Líderes de la oposición política de Francia y representantes de los principales sindicatos acusaron hoy al presidente Emmanuel Macron de mostrar arrogancia y mentir durante una entrevista televisiva sobre la polémica reforma jubilatoria que aprobó por decreto.
El excandidato presidencial Jean-Luc Mélenchon, del partido de izquierda La Francia Insumisa (LFI), Macron incurrió en "sus habituales marcas de desprecio" hacia quienes no comulgan con sus medidas.
La presidenta de la bancada de LFI en la Asamblea Nacional (Cámara baja), Mathilde Panot, escribió en Twitter que Macron vive en una "realidad alternativa".
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Es "arrogante, mentiroso e irresponsable", sentenció.
Macron dijo en las entrevistas que quienes protagonizaron actos vandálicos en las múltiples protestas contra la reforma eran "sediciosos", aunque dijo que respetaba las protestas pacíficas de los sindicatos y las espontáneas.
El primer secretario del Partido Socialista (PS), Olivier Faure, cree que Macron "no comprende a los franceses" y desconoce "la legitimidad de la expresión popular", en alusión a las protestas que se suceden desde enero y que recrudecieron en días recientes.
El presidente "ha echado más brasas a un asador bien prendido", agregó Faure.
Sus declaraciones son "un desprecio para las millones de personas que manifiestan", dijo el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martinez.
Macron acusó durante su entrevista a los sindicatos de no aceptar ningún tipo de medida de compromiso para acercar posturas, algo que han desmentido desde estas organizaciones.
"Sólo considera válidas las propuestas alternativas si están de acuerdo con él", agregó Martines, informó la agencia de noticias DPA.
El líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, dijo que su sindicato "tiene un proyecto de reforma de las pensiones".
En este sentido, acusó en Twitter a Macron de intentar "reescribir la historia" para "ocultar" que no tiene una mayoría suficiente con la que aprobar su "injusta" Ley.
La reforma contempla, entre otras medidas, elevar de 62 a 64 años la edad de jubilación.
El Gobierno tuvo que recurrir para sacarla adelante a un precepto constitucional que le permite esquivar una votación en la Asamblea Nacional, a costa de someterse este pasado lunes a dos mociones de censura promovidas por distintos grupos opositores.
Con información de Télam