Casi dos meses después de los resultados de las elecciones legislativas, Emmanuel Macron finalmente se decidió a nombrar un sucesor para Gabriel Attal en la dirección de su gobierno. A pesar de la victoria del Nuevo Frente Popular (alianza de izquierda), nombró a Michel Barnier como primer ministro, miembro de Los Republicanos, el partido de derecha radical, que llegó en cuarto lugar. Más que un revés para la izquierda, esta decisión coloca el fin del mandato presidencial (hasta 2027) bajo el signo de una radicalización hacia la extrema derecha.
¿Quién es Michel Barnier, el nuevo primer ministro de Francia ?
Viejo tecnócrata, Michel Barnier es un hombre presente en los órganos gubernamentales desde hace mucho tiempo. Miembro de varios partidos gaullistas, fue elegido diputado por primera vez en 1978, cuando tenía apenas 27 años. Alineado con una derecha radical conservadora, votó en contra de la despenalización de la homosexualidad en 1981.
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En 1993 ingresó al gobierno, en el Ministerio de Ecología, un puesto que no ocupó por mucho tiempo. Posteriormente, ocupó cargos clave bajo diferentes presidentes de derecha, en los ministerios de Relaciones Exteriores y Agricultura, entre otros.
Europeísta convencido, continuó su carrera como comisario en la UE. También se destacó como representante francés en el grupo Amato, grupo informal donde redactó y abogó por el Tratado de Lisboa de 2007, imponiendo a Francia la Constitución Europea que había sido rechazada dos años antes en un referéndum. Un golpe de fuerza antidemocrático con muchas consecuencias, incluida la liberalización del mercado europeo y la desindustrialización de las últimas regiones obreras de Francia.
Siempre presente en el partido histórico de la derecha francesa (LR), participó en las primarias para elegir un candidato para las elecciones presidenciales de 2022. Después de fracasar dentro de su partido, apoyó a Valérie Pécresse, quien solo obtuvo el 4,9 % de los votos. Durante la campaña, siguió la línea del partido, acercándose a la extrema derecha. Por ejemplo, en 2021 defendió el fin de las regularizaciones, el reagrupamiento familiar y la AME (Ayuda Médica del Estado) para los inmigrantes.
¿Qué política para Macron y cuáles serán las consecuencias tras este nombramiento?
Además de la negación evidente de la democracia, el lugar particular otorgado a Los Republicanos dentro de este gobierno, a través del primer ministro, es una señal clara de una sólida alianza de las derechas. Entonces, ¿qué esperar con el poder en manos de este trío (Macron-LR-Extrema derecha)?
Por supuesto, primero está la feroz voluntad de poner fin a la inmigración. Ya habíamos visto una muestra de esta radicalización con la ley de inmigración promulgada en enero de 2024. Los diputados macronistas se habían apoyado en las enmiendas y los votos del RN para sacar adelante su proyecto de ley que incluía medidas particularmente represivas hacia los menores no acompañados e introducía el concepto de "preferencia nacional". Una xenofobia tan evidente que el Consejo Constitucional (órgano garante de la Constitución) tuvo que censurar algunos artículos de la ley. Así, Michel Barnier anunció su intención de continuar en esta dirección, destacando una “necesidad de autoridad” y poniendo “el control de la inmigración y la seguridad” como tema principal.
A nivel económico, este acercamiento marca también el fin de las esperanzas para la izquierda. Hasta acá, el pueblo francés había apoyado un programa fuertemente social, que preveía el aumento del salario mínimo (SMIC) y la derogación de la reforma previsional (aprobada hace 2 años a la fuerza, contra la opinión del 90% de los trabajadores activos). A contramano, Barnier pone el énfasis en "el peso de la deuda". Un tema muy caro a la derecha, se traducirá en una drástica reducción del gasto público y en la destrucción progresiva de lo que queda del Estado de bienestar.
Consultado por Mediapart, el sociólogo Christian Laval analizó esta nueva forma de “frente anti-popular” de la siguiente manera: “Se trata de desmantelar todo lo que se presenta como un límite a la expansión de la lógica capitalista en la sociedad y de construir una nueva realidad social y humana, en armonía con los intereses del capital”.
De manera similar a Milei, Macron opta por un neoliberalismo de extrema derecha. Un estilo de gobernar antidemocrático y violento que busca sobre todo el apoyo de los grandes empresarios y de las ideas fascistas. Mientras que las opciones electorales han mostrado sus límites para la izquierda, la movilización en las calles parece estar nuevamente en la agenda. Pero, ¿con qué consecuencias y, sobre todo, a qué precio?