Las fuerzas de seguridad francesas se desplegaron este jueves en la plaza de la Concordia, en el corazón de París, para dispersar a miles de manifestantes que se movilizaron esta tarde en rechazo a la decisión del Gobierno de firmar por decreto la reforma jubilatoria. El presidente francés, Emmanuel Macron, avanzó en esa decisión la tarde del jueves luego de no alcanzar los acuerdos necesarios en la Cámara baja. La reforma -entre otros puntos- prevé el aumento de la edad jubilatoria de 62 a 64 años y llevar eventualmente a 43 años la cotización para una pensión completa.
Los agentes utilizaron cañones de agua tras un intento de dañar las obras del Obelisco del antiguo Egipto situado en el centro de la plaza, según la policía.
Una decisión impopular
Tras una reunión de crisis, el Ejecutivo optó por recurrir al artículo 49.3 de la Constitución, un mecanismo que le permite aprobar la iniciativa prescindiendo del voto legislativo, ante el temor de no reunir el apoyo necesario en la Cámara baja, donde no cuenta con una mayoría absoluta.
"No podemos hacer apuestas sobre el futuro de nuestras pensiones", argumentó ante el hemiciclo la primera ministra, Élisabeth Borne, mientras los legisladores opositores agitaban carteles con el lema "64 años es no", reclamaban su renuncia a los gritos y cantaban el himno como signo de protesta.
En consecuencia, el debate legislativo quedó suspendido y el texto se considera aprobado, salvo que los diputados presenten y aprueben una moción de censura contra el gobierno, que sería votada el próximo lunes. La líder ultraderechista, Marine Le Pen, ya anunció que presentará una. Los partidos opositores disponen de 24 horas para presentar una moción de censura. Probablemente se debatirá y votará el lunes 20 de marzo, según medios franceses. Sin embargo, no está claro si la oposición acordará votar sobre un único texto. Por ejemplo, Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES), una coalición de extrema izquierda que lidera Jean-Luc Mélenchon, votaría una moción de censura pero no si viene del partido de Le Pen. Por su parte, el Movimiento Demócrata, espacio de centro aliado a Macron, dijo que no votará.