El presidente francés, Emmanuel Macron, se convirtió hoy en uno de los primeros líderes occidentales en visitar Arabia Saudita tras el el asesinato de Jamal Khashoggi en 2018 y se reunió con el príncipe heredero Mohamed bin Salman, señalado como autor intelectual del crimen del periodista que fue desmembrado en el consulado de Riad en Turquía.
El mandatario galo aterrizó en Yedá tras una visita a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y a Qatar, en el marco de una gira exprés por la región, y allí estrechó la mano con Mohamed bin Salman.
Con este encuentro, seguido de un almuerzo, Macron se convirtió en uno de los primeros líderes occidentales en reunirse con el príncipe saudita tras el asesinato de Khashoggi.
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La imagen internacional del príncipe heredero quedó manchada por el asesinato del periodista saudita que trabajaba en el diario The Washington Post.
El jefe de Estado francés indicó ayer que era necesario hablar con Arabia Saudita para "trabajar por la estabilidad de la región".
Pero eso "no quiere decir que seamos complacientes", añadió en alusión al crimen.
"Subrayo que Arabia Saudita organizó el G20 el año siguiente (del caso Khashoggi) y no vi que muchas potencias boicotearan el G20", insistió. "Siempre hemos sido claros en el asunto de los derechos humanos en este caso", agregó.
En la reunión Macron quiere defender la causa de Líbano, cuya crisis económica se vio agravada por el conflicto diplomático estallado en octubre con varios países del Golfo, en primer lugar Arabia Saudita, que congeló sus importaciones.
Esta crisis se originó por las críticas del ministro libanés de Información, George Kordahi, a la intervención militar de Arabia Saudita en Yemen, unas declaraciones que terminaron conduciendo ayer a su renuncia.
Macron celebró su salida del Gobierno y expresó sus esperanzas de "poder reimplicar al conjunto de países del Golfo en su relación con Líbano", país con el que el mandatario está muy comprometido desde la mortífera explosión que golpeó a Beirut hace más de un año.
Las relaciones entre Beirut y las monarquías del Golfo son tensas debido a la creciente influencia del movimiento libanés Hezbollah, cercano a Irán, principal rival regional de Arabia Saudita.
"Francia tiene un papel en esta región (...), ¿pero cómo trabajar por la estabilidad de la región, cómo tratar sobre Líbano y tantas otras cuestiones ignorando al primer país del Golfo en geografía y tamaño?", se preguntó Macron.
El presidente francés llegó a Yedá en una parada de un par de horas en el segundo día de una gira por el Golfo durante la cual firmó un acuerdo para vender 80 aviones de combate Rafale a los EAU por casi 16.000 millones de dólares, un pedido récord para estos cazas en servicio desde 2004, informó la agencia de noticias AFP.
Después de Dubái, el mandatario se dirigió a Qatar para reunirse con el emir, el jeque Tamim bin Hamad Al Zani.
En Doha, Macron agradeció a Qatar la ayuda en la organización de la evacuación de 258 afganos, "amenazados debido a sus compromisos" o por sus "vínculos con Francia", que serán repatriados a París tras pasar por este emirato.
Con información de Télam