Los sindicatos franceses anunciaron que volverán a parar y marchar este jueves al edificio de la Asamblea Nacional para protestar contra el proyecto de reforma jubilatoria del presidente Emmanuel Macron, en el día que está prevista la votación de la iniciativa que reunió el rechazo de todas las centrales obreras. El trámite parlamentario entró hoy en su recta final, en medio de la huelga de recolectores de basura que generó más de un dolor de cabeza al mandatario francés.
"El jueves habrá manifestaciones en toda Francia", dijo el secretario general de la Confederación Democrática Francesa del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, a la radio RTL. Hoy, siete diputados y siete senadores de una Comisión Parlamentaria Mixta terminarán de delinear el texto conjunto que será votado mañana por ambas cámaras del Parlamento.
En los últimos dos meses ya hubo siete huelgas nacionales, con manifestaciones en cientas de ciudades de Francia. La mayoría de ellas reunió a más de 1 millón de participantes en todo el país. Tras manifestaciones masivas en enero y febrero, los sindicatos intensificaron su oposición a la reforma la semana pasada con huelgas prorrogables en sectores clave como el transporte y la energía. Mientras tanto, 7.000 toneladas de basura se acumulan hoy en las calles de París, donde también empezaron a proliferar más ratas de lo normal.
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La Asamblea Nacional y el Senado tienen hasta el 26 de marzo para adoptar el mismo texto y, en caso de no conseguirlo, el Gobierno podría ordenar la aplicación de la reforma, al haber escogido en enero un controvertido procedimiento legislativo para presentarla.
El oficialismo da por hecho su adopción en el Senado, que el fin de semana ya dio su primer visto bueno gracias al apoyo de la oposición de derecha, aunque su aprobación en la Asamblea Nacional se prefigura más complicada.
El Gobierno aún tiene un as en la manga, aunque dice que pretende evitarlo: la activación del artículo 49.3 de la Constitución para aprobar un texto sin votación, una opción que podría caldear un ambiente ya tenso y aumentar la imagen de "autoritario" de Macron.
Dos de cada tres franceses, según los sondeos, se oponen a su plan de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y de adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 hasta ahora) para cobrar una pensión completa.
Con información de Télam