El programa de reelección de Macron: independencia energética y políticas liberales

El presidente presentó sus principales promesas en medio de una campaña que tiene una sola certeza: él es el favorito indiscutido para llegar al balotaje y, quizás, como aún sueñan en su equipo, hasta ganar en primera vuelta.

17 de marzo, 2022 | 18.58

En medio de la creciente tensión en Europa por la guerra en Ucrania y los efectos económicos y humanitarios que está teniendo en la región, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, lanzó este jueves su programa electoral para los comicios del mes próximo con dos ejes claros: la búsqueda de una mayor independencia, especialmente en el plano energético, y la garantía de ayudas en esta salida de la pandemia y de creciente inflación "para continuar teniendo un progreso para todos", como menos impuestos. 

"Es un programa cuyo objetivo es proteger a nuestros compatriotas, nuestra nación y emancipar a todos", resumió el líder francés, en conferencia de prensa en las afueras de París, donde advirtió de eventuales "futuras crisis", informó la agencia de noticias francesa AFP. Y entre los puntos de su proyecto se destacan promesas para bajar impuestos por unos 16.600 millones de dólares y una nueva extensión de la edad jubilatoria, lo que demuestra es que Macron volvió a probarse el traje liberal, que dejó un poco de lado durante su mandato por la ola de protestas de los chalecos amarillos y, luego, la explosión de la pandemia. 

Macron se convirtió en 2017, con 39 años, en el presidente electo más joven de Francia con una agenda reformista, europeísta y liberal, pero las crisis sociales, la pandemia y la guerra en Ucrania le obligaron a revisarla. Ahora y de cara a un nuevo mandato hasta 2027, el líder planea profundizar los puntos desplegados en los últimos meses, como el avance hacia una Francia menos dependiente de terceros países, dentro de una Unión Europea (UE) "más fuerte". La promesa contrasta con su rol actual de presidente pro témpore del bloque, pero demuestra que el discurso nacionalista enarbolado por la extrema derecha está surtiendo efecto en los sondeos entre varios de sus rivales. 

La primera vuelta de los comicios serán el 10 de abril y, en caso de que nadie obtenga la mayoría absoluta de los votos, habrá un balotaje el domingo 24 de abril. Según un reciente sondeo de Harris Interacive, el presidente lideraría la primera vuelta con un 30% de intención de voto, seguido de la ultraderechista Marine Le Pen, con un 19,5%, y el izquierdista Jean-Luc Melenchon, con un 13,5%.

Entre sus objetivos, el mandatario reiteró su intención de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050 y reducir su dependencia del gas y petróleo, con el impulso de su principal fuente de electricidad, la energía nuclear y las renovables. En este punto hasta propuso tomar el control de algunas empresas del sector. "El Estado deberá tomar control sobre varios aspectos del sector de la energía. Necesitaremos asumir la propiedad de varios actores industriales", aseguró. 

Otras de sus prioridades son alcanzar un mayor interés de los jóvenes por la agricultura y más producción, así como el desarrollo de industrias "100% francesas" en sectores como las renovables o los vehículos eléctricos. En paralelo, y en el marco de la guerra en Ucrania, el líder francés celebró su política de reanudar el aumento del gasto militar, que superó en 2020 el 2% del PBI y prometió subirlo más para "poder enfrentar una guerra de alta intensidad".

Pero el giro más importante desde el último año es que el mandatario buscará recuperar su imagen de líder reformista con una propuesta que ya se sabe poco popular: retrasar la edad de jubilación a los 65 años. "Es normal, sobre todo teniendo en cuenta la situación actual de las cuentas públicas y de la realidad, que trabajemos más", argumentó, tras subrayar ante 350 periodistas la calidad de los cuidados en una sociedad que envejece.

Y vinculó la medida con la deuda pública, que asciende a un 113% del PBI. Prometió sanearla con la reducción del déficit por debajo del límite europeo del 3% para 2027, pese a que sus promesas electorales cuestan unos 55.500 millones de dólares anuales.Además, unos 16.600 millones corresponden a rebajas de impuestos a empresas y hogares; otros 16.600 millones provendrían de las reformas laboral y de pensiones, y la simplificación administrativa, y unos 22.000 millones restantes saldrían de reducir el costo de funcionamiento del Estado.

Macron también aspira a lograr el "pleno empleo" en el próximo lustro; la educación y la sanidad serán dos de sus prioridades, el acceso al permiso de residencia contará con un examen de francés y la necesidad de probar una integración profesional, y propuso reforzar el control fronterizo.