Bob Menendez es uno de los senadores del oficialismo más poderosos en Estados Unidos. No hace mucho, la prensa norteamericana lo calificaba como "el demócrata al que la Casa Blanca le tiene más miedo", dado sus constantes presiones para que la Casa Blanca mantenga una línea dura y agresiva en su política exterior, especialmente hacia América Latina. Pero en los últimos días, su presente y futuro políticos penden de un hilo por una nueva investigación de corrupción.
La semana pasada, la Justicia estadounidense lo imputó por recibir presuntamente sobornos para garantizar ayuda al Estado de Egipto. No es la primera vez que el veterano legislador es acusado en los tribunales de corrupción, pero esta vez, ante la evidencia encontrada en su casa -más de medio millón de dólares en efectivo y lingotes de oro- la presión política ya está escalando. Primero, el gobernador de su estado, Nueva Jersey, y correligionario demócrata, Phil Murphy, llamó a que renuncie y, este lunes, la vocera de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre aseguró que el Gobierno considera que la denuncia "es un asunto muy, muy serio".
Además, el presidente del bloque demócrata en el Senado, Chuck Schumer, ya anunció que Menendez dejó provisoriamente la poderosa presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta "hasta que el asunto se resuelva". Sin embargo, el veterano legislador de padres cubanos -que abandonaron la isla latinoamericana seis años antes de la Revolución Cubana- se negó este lunes a renunciar a su banca ni a bajar su candidatura a la reelección en las elecciones generales del año próximo. Convocó a una conferencia de prensa y afirmó: "Creo firmemente que seré exonerado".
"Todas las personas son inocentes hasta que se demuestra su culpabilidad", agregó el senador, quien abandonó la conferencia cuando le preguntaron por el dinero y el oro que encontraron en su casa y por el que lo imputaron tanto a él como a su esposa, Nadine Arslanian. "Reconozco la gravedad de este momento y que será mi mayor batalla hasta hoy en día", concluyó en español.
La Fiscalía que lleva el caso informó que encontró en su casa de Nueva Jersey más de medio millón de dólares en billetes, algunos escondidos en la ropa del senador, y lingotes de oro por un valor de más de 100.000 dólares. La premisa de la investigación es que el entonces presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores recibió presuntos sobornos de manos de tres empresarios que hicieron de intermediarios del Gobierno de Egipto a cambio de información privilegiada del Estado norteamericano que fue utilizada, dice la acusación formal, para "ayudar secretamente al Gobierno de Egipto" y "presionar y aconsejar indebidamente" a un funcionario estadounidense del Departamento de Agricultura, según publicó el portal de noticias ABC.
En la conferencia de prensa de este lunes, Menendez se negó a contestar sobre sus vínculos con los empresarios egipcios señalados por la Fiscalía y solo se limitó a explicar que el efectivo y el oro encontrado en su casa son producto de extracciones que ha hecho a través de los años de su cuenta de ahorro, donde deposita su sueldo. "Puede parecer un poco anacrónico pero este dinero es de mi cuenta de ahorro personal, que guardé para emergencias debido a la historia de mi familia que enfrentó confiscaciones en Cuba", argumentó.
Sin embargo, tanto demócratas críticos como republicanos recordaron en las últimas horas que esta no es la primera vez que se lo acusa de corrupción. En 2015, fue acusado de aceptar sobornos de vuelos en jets privados, vacaciones de lujo y más de 750.000 dólares en donaciones ilegales de campaña, pero los cargos fueron desestimados tres años más tarde debido a que el jurado no logró llegar a un veredicto unánime y el Departamento de Justicia desistió realizar un nuevo juicio, recordó Télam.