El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió el martes a los trabajadores del sector automotriz, en huelga desde hace 12 días, y aseguró que merecen un aumento salarial "significativo", al unirse a un piquete en el estado de Michigan, en una demostración de apoyo a la actividad sindical sin precedentes para un mandatario en funciones. En la Argentina, en paralelo, también hay importantes dirigentes del gobierno que se sumaron a manifestaciones en las últimas semanas, como es el caso del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, quien viene organizando y participando de "paros activos" para defender la obra pública en todo el país.
"Se merecen el significativo aumento que necesitan", dijo Biden a través de un megáfono, mientras caminaba a lo largo del piquete, con una gorra de béisbol del sindicato United Auto Workers (UAW) e intercambiaba calurosos saludos entre los trabajadores.
Biden desembarcó en un almacén de distribución de repuestos de General Motors ubicado en un suburbio al oeste de Detroit, la ciudad más grande del estado y conocida por su industria automotriz, y animó a los trabajadores a seguir luchando por mejoras salariales, a pesar de la preocupación por los daños a la economía que podría provocar una huelga prolongada. "Sigan firmes", alentó y apoyó la demanda del sindicato de un aumento del 40%. "¡Sin trato, no hay ruedas!", corearon los trabajadores cuando llegó Biden.
Al mandatario se le unió el presidente de la UAW, Shawn Fain, quien lo acompañó en la limusina presidencial hasta el piquete. "Gracias, señor presidente, por venir a apoyarnos en este momento", dijo Fein, quien aseguró que el sindicato está involucrado en una "especie de guerra" contra la "codicia corporativa". "Nosotros hacemos el trabajo pesado. Nosotros hacemos el trabajo real, no los directores ejecutivos", dijo Fein.
La Casa Blanca calificó la visita de hecho "histórico". Biden, que se define como el presidente más sindicalista de la historia de Estados Unidos, considera que los empleados deben beneficiarse de las "ganancias récord" de las empresas. "Biden está luchando para garantizar que los automóviles del futuro sean construidos en Estados Unidos por trabajadores estadounidenses sindicalizados con empleos bien remunerados, en lugar de ser construidos en China", dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, a la cadena de noticias CNN.
El presidente llegó a Michigan un día antes que el expresidente Donald Trump, favorito para la nominación republicana en 2024, donde celebrará su propio evento en un intento de cortejar a los trabajadores de las automotrices, a pesar de que los líderes sindicales dicen que no es un aliado. El ex mandatario tampoco estará en el segundo debate de las primarias republicanas de mañana, como ocurrió con el primero el mes pasado, y buscará capitalizar el descontento por el estado de la economía y el enojo por el impulso de la gestión de Biden por más vehículos eléctricos, un componente clave de su estrategia de energía limpia.
Trump, que anunció su viaje antes del de Biden, acusó al presidente de copiarle. Su vocero, Jason Miller, calificó la visita del presidente como "una pobre sesión de fotos". La Casa Blanca niega que la idea de Trump haya influenciado la decisión del presidente.
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La huelga del UAW se expandió a 20 estados la semana pasada y sigue siendo un dilema para la gestión de Biden, ya que una parte de las quejas de los trabajadores incluye preocupaciones sobre una transición más amplia a los vehículos eléctricos. El alejamiento de los vehículos propulsados por nafta preocupó a algunos trabajadores porque las versiones eléctricas requieren menos gente para fabricarlas y no hay garantía de que las fábricas que los producen estén sindicalizadas.
La huelga en General Motors, Ford y Stellantis tuvo hasta ahora un efecto limitado en las ganancias de las empresas, al tiempo que introdujo nuevas presiones sobre los proveedores de piezas de automóvil de los "Tres Grandes". El UAW representa a casi 150.000 trabajadores de la industria automotriz estadounidense. Hasta ahora, las tres empresas con sede en Detroit presentaron propuestas que ofrecían un aumento salarial del 20% durante la vigencia del convenio, pero mantenían la semana laboral de 40 horas. El sindicato exige un aumento salarial combinado del 46% a lo largo de los cuatro años de duración de un nuevo convenio, así como una semana laboral de 32 horas con un salario de 40 horas.
Con información de Télam