Macron y Sánchez llaman a dar respuesta "proactiva" europea ante subsidios impulsados por EEUU

19 de enero, 2023 | 14.57

(Agrega declaraciones de Macron y detalle sobre el acuerdo franco-español)

El presidente francés, Emmanuel Macron, y el del Gobierno español, Pedro Sánchez, coincidieron hoy en hacer un llamado a Europa para que dé una respuesta "proactiva" a los subsidios del plan masivo de inversión impulsado por el presidente estadounidense, Joe Biden, para afrontar el cambio climático, y de este modo evitar la "desindustrialización" de Europa.

"Ambos somos conscientes de que hay que reaccionar de una forma muy proactiva" a esas subvenciones, criticadas por su carácter proteccionista, aseguró Macron en una conferencia de prensa conjunta tras haber firmado con Sánchez un "tratado de amistad" en Barcelona, que eleva la relación entre los dos países al más alto nivel.

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"Celebramos que Estados Unidos se incorpore a la transición verde, pero (...) tenemos que encontrar un acuerdo en el que ese compromiso con la transición verde no signifique la desindustrialización de Europa", insistió de su lado Sánchez.

"Europa está en un momento crítico por la guerra (en Ucrania), pero también por decisiones comerciales que están tomando aliados de Europa, como es el caso de Estados Unidos", continuó el mandatario español, informó la agencia de noticias AFP.

Tal y como pretendía, Macron logró concertar en Barcelona una línea común con Madrid para articular una respuesta europea a este plan lanzado por Washington para afrontar el cambio climático, bautizado como Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés).

Mientras tanto, en su país se registraban huelgas y manifestaciones masivas contra la reforma jubilatoria y en Barcelona, muy cerca de donde se celebraba la cumbre, los independentistas catalanes salieron a las calles en protesta con consignas como "¡ni Francia, ni España, países catalanes!".

El presidente francés, que ya criticó a finales de noviembre en Washington estos subsidios estadounidenses "superagresivos", quiere que la Unión Europea (UE) responda de forma rotunda para evitar la fuga de empresas europeas que se vean atraídas por las ayudas estadounidenses.

Bruselas observa con preocupación desde hace meses los efectos de la IRA, un plan de unos 420.000 millones de dólares que Biden firmó en agosto y que prevé, entre otras medidas, subvenciones que favorecen a las empresas implantadas en Estados Unidos, especialmente en los sectores de los vehículos eléctricos o de las energías renovables.

La Unión Europea teme una fuga de estas empresas más allá del Atlántico.

Macron está maniobrando para convencer a sus socios de la importancia de adoptar por igual un plan europeo masivo.

Por lo pronto, tendrá que convencer al canciller alemán, Olaf Scholz, a quien recibe el domingo en París.

El Tratado de Amistad y Cooperación franco-español firmado hoy, bajo la cúpula del Museo Nacional de Arte de Cataluña, contempla intensificar los contactos entre ambos países para buscar un "frente común" en la UE y las relaciones internacionales, con relación constante entre ambos Gobiernos e incluso intercambios periódicos en los respectivos Consejos de Ministros.

Este tratado "histórico" es el tercero de este tipo que Francia suscribe en Europa, después del firmado en 1963 con Alemania, y el del Quirinal, sellado con Italia en noviembre de 2021.

España, de su lado, solo tiene uno similar, con Portugal.

El documento prevé un refuerzo de las relaciones bilaterales sobre cuestiones migratorias, de defensa, energía o juventud.

En política exterior, ambos países acuerdan que su red diplomática comparta análisis para promover intereses comunes en regiones como el Mediterráneo y África; además de la necesidad de profundizar los vínculos con América Latina y el Caribe.

Asimismo, corroboran su compromiso con la OTAN a la vez que apuestan por una defensa europea "más fuerte".

En materia medioambiental, apoyarán el reconocimiento por la Organización Marítima Internacional de una Zona Marina Especialmente Sensible (ZMES) en el Mediterráneo noroccidental.

Además, el acuerdo se produjo tres meses después de que Francia y España superaran uno de sus principales desacuerdos al decidir, junto a Portugal, sustituir el proyecto de gasoducto Midcat -al que se oponía París- por un conducto de hidrógeno "verde" entre Barcelona y Marsella, bautizado H2Med.

La elección de la capital catalana como sede de la cumbre pretendía destacar la importancia de este proyecto estratégico, además de subrayar la distensión del clima social y político en esta dinámica región del noreste de España, escenario de una tentativa de secesión en 2017.

Con información de Télam