A días de un encuentro mundial de las nuevas derechas, como se conoce a las extremas derechas actuales, la fuerza anfitriona en España, Vox celebró este fin de semana un festival masivo, el Viva22, que mezcló discursos, bandas musicales y videos sorpresa, como el que envió el ex presidente estadounidense, Donald Trump. Destacó la importancia de defender las fronteras y el liderazgo del líder de Vox, Santiago Abascal.
Fue una jornada marcada por los discursos antimigratorios, conservadores y anti derechos, pero pocas cosas llamaron más la atención para los que no participaron como una de las bandas de música que tocó una canción que arengaba con: "Vamos a volver al 36", en una clara referencia al año en que el entonces general Francisco Franco dio un golpe contra la entonces República socialista e inició tres años de sangre, dolor y devastación que conmocionaron al mundo entero. Tras la Guerra Civil Española, el país quedó bajo control del nuevo régimen franquista, un sistema político autoritario que aún hoy marca a la clase política y la sociedad españolas.
"¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Quienes tenían que proteger nuestra economía, nuestra libertad, nuestras instituciones, la seguridad de nuestra nación y nuestra soberanía han traicionado a su pueblo", denunció Abascal, en el cierre del festival, en el que su partido presentó las líneas políticas para los próximos meses. Para el líder de ultraderecha, que durante el encuentro intentó mostrar la unidad de Vox y arengar a sus seguidores, no solo España atraviesa una situación "grave", sino que el resto de soberanías europeas están "al borde del abismo", informó la agencia de noticias Europa Press.
Abascal, de 46 años, volvió a despotricar contra los impuestos, la inmigración y la inseguridad y a criticar duramente las políticas del Gobierno español del presidente Pedro Sánchez, una coalición entre su partido socialista PSOE y el partido de izquierda Podemos. Durante el encuentro, Vox mostró a través de videos el apoyo de numerosos líderes, encabezados por Trump, quien agradeció a Abascal el "increíble" trabajo que realiza y abogó por unas fronteras seguras y la defensa de la agenda conservadora.
El capítulo argentino estuvo representado por el diputado libertario de Libertad Avanza, Javier Milei, quien disertó sobre la "batalla cultural" desde el punto de vista económico, frente al "zurderío" que "nos contamina la vida" y "buscan destruir nuestra sociedad y arruinar nuestra vida convirtiéndonos en esclavos".
Una vez más, Milei apuntó contra las máximas del ideario peronista al señalar que "el problema es que las necesidades son infinitas y los derechos alguien los tiene que pagar y los recursos son finitos" y que "en los últimos 50 años se triplicó el estado con el verso de la justicia social y el número de pobres se multiplicó por 8 veces".
También dijeron presentes los dirigentes de la extrema derecha con mayor poder en Europa.
La futura primer ministra Giorgia Meloni, cuyo partido Hermanos de Italia ganó las elecciones generales de Italia del mes pasado, denunció la actual construcción europea y mostró su esperanza de que pronto Vox pueda seguir sus pasos en las urnas. "En España, como en Italia, hay una mayoría de ciudadanos que no se reconocen en utopías e ideologías de izquierdas y piden que asumamos la responsabilidad de gobernar", sostuvo, según Télam.
Desde Hungría, el primer ministro Viktor Orban celebró la "buena costumbre" de los seguidores de Vox de reunirse bajo banderas españolas. "Es bueno para nuestro corazón y nuestra alma; y también porque a los progres globalistas les provoca un infarto", esbozó y se erigió contra la "burocracia" de la Unión Europea (UE), al igual que Trump y Meloni. "Debemos defender los intereses nacionales, nuestras tradiciones y nuestra soberanía", manifestó y continuó: "y no permitir que millones de inmigrantes irregulares invadan nuestros países".
En tanto, el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, quien participó del acto personalmente, sostuvo que de no haber nacido en su país, hubiera deseado hacerlo en España. Abascal le devolvió la gentileza asegurando que él hubiera deseado ser polaco de no ser español.