La crisis dentro del Partido Popular, la principal fuerza opositora de España, ya no tiene vuelta atrás y así quedó demostrado hoy cuando el secretario general, Teodoro Gardía Egea, renunció junto con otros miembros de la mesa chica del líder partidario Pablo Casado, quien parece haber perdido el apoyo de la mayoría de los principales líderes de la formación en todo el país.
El escándalo que originó la actual desbandada estalló apenas la semana pasada. Dos diarios informaron que la dirección partidaria había contratado una agencia de detectives para espiar al hermano de la alcadesa de la capital del país y figura en ascenso del partido, Isabel Díaz Ayuso, para comprobar si había recibido una comisión por una compra de barbijos por parte de la Comunidad de Madrid, que fue adjudicada directamente, sin licitación, en los primeros días de la pandemia de coronavirus. En otras palabras, si su hermana lo había favorecido económicamente.
La Presidencia del PP negó inmediatamente que hubiera realizado tareas de espionaje, pero una agencia privada de investigadores afirmó al día siguiente que había sido contactada por dirigentes del partido y que no había aceptado el trabajo. Por su parte, Díaz Ayuso admitió que su hermano recibió una comisión equivalente a unos 63.000 dólares por asegurar la provisión de tapabocas, pero aseguró que se trató de una operación legal.
El viernes pasado, Casado hizo saber que aceptaba las explicaciones de la alcaldesa madrileña, pero el daño a su liderazgo ya estaba hecho. El ataque del líder partidario a una de las dirigentes de su partido que mejor miden no fue tolerado ni por la base partidario ni por el resto de los dirigentes y jefes de gobierno que posee la fuerza en el país.
En los últimos días Casado intentó calmar el enojo con reuniones a puertas cerradas, pero hoy quedó claro que la mayoría de la primera línea del PP quiere un congreso extraordinario para definir el futuro del partido, en otras palabras, su continuidad.
"La situación es insostenible y se necesitan tomar medidas urgentes ante una situación a la que a ninguno nos gusta", sentenció hoy el presidente del gobierno de Murcia, Fernando López Miras, al anunciar su apoyo a un congreso extraordinario de su partido.
Según relevó el diario Público, ya suman 13 los "barones" de las regiones del PP que apoyaron la convocatoria inmediata de un congreso extraordinario: Alberto Núñez Feijóo (Galicia), Juanma Moreno (Andalucía), Isabel Díaz Ayuso (Madrid), Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León), Alejandro Fernández (Cataluña), Paco Núñez (Castilla-La Mancha), José Antonio Monago (Extremadura), Teresa Mallada (Asturias), María José Sáenz de Buruaga (Cantabria), Jorge Azcón (Aragón), Carlos Mazón (Comunidad Valenciana), Carlos Iturgaiz (País Vasco) y Manuel Domínguez (Canarias). Aún quedan por definirse Marga Prohens (Baleares), José Ignacio Ceniceros (La Rioja) y Ana Beltrán (Navarra).
En paralelo, la bancada parlamentaria del partido emitió un comunicado público para apoyar la convocatoria a un congreso extraordinario.
Y aunque esta posición no puede traducirse automáticamente en un apoyo seguro a la salida de Casado de la cúpula, dentro del grupo mayoritario ya está creciendo un nombre para su reemplazo: el presidente del gobierno de Galicia desde 2009, Núñez Feijóo.
Por ahora el dirigente gallego no adelantó su candidatura, pero sí coqueteó con los rumores que circulan en España. "Todos debemos tomar decisiones, yo entre ellos", aseguró ante la prensa.
Como se resuelva esta crisis será fundamental para cómo llegará la derecha española a las próximas elecciones generales, que se deben convocar como muy tarde a finales del año próximo y en las que el PP espera recuperar el poder a estos últimos cuatro años del gobierno socialista de Pedro Sánchez.
Mientras, en el plano judicial, la denuncia por presunta corrupción continúa avanzando. La Fiscalía Anticorrupción de España aceptó hoy abrir la investigación para dilucidar si pudo haber algún tipo de irregularidad en el contrato de compra de tapabocas que la Comunidad de Madrid.