El gobierno español cuestionó hoy la "decisión unilateral" de la alcaldía de Barcelona de romper temporalmente relaciones institucionales con Israel, incluido el hermanamiento con Tel Aviv, y aseguró que ese tipo de iniciativa no conseguirá "nada bueno".
"Creo que la vocación de Barcelona es de ser una ciudad abierta, como lo es España, y de ser la capital del Mediterráneo. No creo que suspendiendo, cortando, expulsando, se consiga nada bueno, ni se construya un diálogo entre Israel y Palestina", estimó en un evento en esa ciudad balnearia el canciller español, José Manuel Albares.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, anunció el pasado 8 de febrero que la urbe suspendía sus relaciones institucionales con Israel, incluido el hermanamiento con Tel Aviv, "hasta que las autoridades israelíes pongan fin a la violación sistemática de los derechos humanos contra la población palestina".
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Barcelona se encontraba hermanada con la capital israelí y Gaza desde la firma de un acuerdo de amistad y colaboración en 1998.
Colau, quien dirige una coalición de partidos de izquierda, comunicó esa medida, principalmente simbólica, en una carta dirigida al primer ministro israelí, el conservador Benjamin Netanyahu.
La medida, solicitada por organizaciones propalestinas locales tras recabar más de 4.100 firmas, fue aplaudida por el Gobierno palestino, que reclamó a otras ciudades que "presionen" al Ejecutivo israelí para "poner fin a todas sus violaciones y crímenes".
La Federación de Comunidades Judías de España, en cambio, calificó la iniciativa de "antisemitismo sofisticado" y lamentó que "no representa ni en forma ni en fondo lo que es Barcelona ni sus ciudadanos".
Para Albares, se trata de una "decisión unilateral" y "casi personal" de Colau, una antigua activista social y por el derecho a la vivienda que gobierna la segunda ciudad más grande del país desde 2015.
"La posición del gobierno de España es muy clara en cuanto a apostar a una solución en el conflicto entre Israel y Palestina, de dos Estados, y eso incluye un Estado palestino", dijo Albares.
"La sociedad israelí no es una sociedad monolítica, hay gente que apoya al gobierno, hay gente que lo critica", argumentó el ministro, quien agregó que el propio alcalde de Tel Aviv ha fustigado "con mucha dureza" al gobierno de Netanyahu.
Israel capturó Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén este en una guerra contra países árabes en 1967. Los palestinos reclaman esos territorios para su anhelado Estado independiente.
Con información de Télam
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