El Gobierno español intentaba hoy encontrar una salida a una huelga de camioneros y transportistas convocada y mantenida al margen de sindicatos y organizaciones patronales que amenaza con asfixiar la economía del país y que provocó algunos faltantes en las góndolas.
"No nos levantaremos hasta que logremos un acuerdo" que ponga fin a la huelga, aseguró ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en referencia a la mesa de negociaciones con las organizaciones patronales de transportistas que tenía lugar hoy.
Los huelguistas acusan al Gobierno de inacción ante la suba del precio de los combustibles y han criticado desde todos los frentes por su gestión de esta protesta, la más importante desde la vuelta del PSOE (Partido Socialista Español) al poder en 2018.
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El Gobierno envió a tres ministros (Economía, Transporte y Hacienda) a esta reunión, a la que Sánchez no puede acudir por su asistencia a las cumbres de la UE y la OTAN en Bruselas.
Sin embargo, hay dudas del impacto de esta reunión porque sólo se invitó a la patronal del sector, el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), que se opone a la huelga, y no a la "plataforma" de transportistas independientes y de pequeñas y medianas empresas que está detrás de los bloqueos.
El Gobierno "negocia con el comité nacional, y ellos no nos representan", sentenció en un comunicado esta plataforma, demandando una vez más tener un lugar en la mesa de negociaciones.
"El paro lo convoca la plataforma y lo tiene que desconvocar la plataforma", agregaron sus representantes, llamando a una nueva manifestación mañana ante el Ministerio de Transportes en Madrid, informó la agencia de noticias AFP.
Iniciada el 14 de marzo en un contexto de altos precios de la energía, esta huelga de los transportistas, ha cobrado amplitud en los últimos días, con la multiplicación de bloqueos de carreteras y ataques a quienes no la secundan.
Ante las protestas, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, propuso una ayuda de 500 millones de euros para compensar el alza de los precios de los carburantes, un gesto considerado insuficiente por los camioneros, al estimar que el mecanismo propuesto por el Gobierno era vago.
"Exigimos al Gobierno que clarifique y detalle con la máxima urgencia las medidas que prevé adoptar" para acabar con la huelga, pidió la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), la principal organización patronal, muy inquieta ante un bloqueo de camioneros "que está ocasionando ya desabastecimientos a la población y paralizando la actividad económica".
Muchas empresas tuvieron que parar la actividad de sus fábricas por falta de suministros o de camiones para distribuir su producción, o amenazan con hacerlo pronto, como Danone, Heineken, Mercedes o Arcelor Mittal.
Y en algunos supermercados empiezan a faltar productos.
Los partidos de la oposición, entre ellos el de extrema derecha Vox, criticaron lo que ellos consideran pasividad del gobierno ante la subida de precios.
Deseoso de aplacar los ánimos, el ejecutivo prometió una serie de medidas para bajar los precios de los combustibles en el marco de un "plan nacional" que se adoptará el 29 de marzo pero cuyos detalles aún no se conocen.
Con información de Télam