Líder opositor de Zimbabwe se adjudicó el triunfo a presidente y la SADC denunció irregularidades

27 de agosto, 2023 | 12.12

Tras un proceso electoral lleno de irregularidades que, según observadores de la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC), "no han alcanzado los requisitos" democráticos, el jefe de la oposición de Zimbabwe, Nelson Chamisa, reivindicó hoy su propia victoria electoral y negó los dichos de ayer del presidente saliente, Emmerson Mnangagwa, quien se declaró ganador.

"Ganamos estas elecciones. Somos los líderes. Nos sorprende incluso que Mnangagwa se haya declarado ganador (...) Tenemos los verdaderos resultados", anunció hoy el abogado de 45 años y candidato del opositor Coalición de Ciudadanos por el Cambio (CCC) en conferencia de prensa en Harare.

De este modo, Chamisa respondió hoy a la reelección oficialmente anunciada ayer por el presidente saliente, Emmerson Mnangagwa, y reivindicó su propia victoria.

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Ayer, la comisión electoral del país sudafricano anunció que Mnangagwa, de 80 años, se impuso en las elecciones celebradas el miércoles y jueves pasados con el 52,6% de los votos y quedó por delante de Chamisa (44%), quien había denunciado un "fraude".

Por su parte, los observadores de la Comunidad para el Desarrollo de África Austral (SADC) consideraron hoy que, a pesar de su pacífico desarrollo, las pasadas elecciones presidenciales en Zimbabwe "no han alcanzado los requisitos marcados por la Constitución" del país, ni los principios de la organización regional africana.

El informe inicial del organismo internacional creado en 1980 destacó la presencia de una "sombría organización", Socios Eternos de Zimbabwe (FAZ), considerada por sus críticos como una mafia al servicio del presidente del país Emmerson Mnangagwa.

"Nuestros observadores han confirmado la existencia de este grupo, cuyos agentes eran fácilmente identificables dado los parches que llevaban en su ropa, mientras se presentaban como observadores locales", explicaron los observadores.

Los comicios de la semana pasada, en los que 6,6 millones de electores fueron llamados a elegir presidente, legisladores y alcaldes, estuvieron marcados por numerosas denuncias de irregularidades por parte de la oposición y los observadores.

La reacción del Gobierno al informe inicial fue enérgica hasta el punto de que Mnangagwa dedicó parte de su discurso triunfal anoche a defenderse de las críticas.

"Algunas misiones de observación han ido más allá del deber al cuestionar una ley electoral aprobada por nuestro propio Parlamento. Las elecciones no las he hecho yo. Yo me he limitado a competir en ellas", indicó durante su discurso, recogido por el portal New Zimbabwe.

Otros responsables del partido del Gobierno zimbabwense llegaron a denunciar que el informe fue manipulado por orden de "enemigos del país", como el presidente de Zambia, Hakainde Hichilema, para orquestar un cambio en el poder, teniendo en cuenta que el ex vicepresidente de ese país Nevers Mumba es precisamente jefe de esta misión de observación, informó la agencia de noticias Europa Press.

"La declaración preliminar de los observadores", recordó la SADC, "es una posición de observación colectiva (...) y no una opinión subjetiva de un individuo" fue la respuesta de la misión de observación a través de Twitter.

Mnangagwa y su partido Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (Zanu-PF por sus siglas en inglés) se encuentran en el poder desde la independencia de este país sudafricano del Reino Unido en 1980.

Las elecciones generales de la semana pasada son las segundas desde el derrocamiento del gobernante Robert Mugabe, que tras estar 30 años en el poder, fue desplazado mediante un golpe de Estado en 2017 en medio de una hiperinflación y altas tasas de desempleo y pobreza.

Mnangagwa era un aliado cercano de Mugabe y se desempeñó como vicepresidente antes del golpe.

Si bien intentó presentarse como un reformador, muchos lo acusan de ser incluso más represivo que el hombre al que ayudó a sacar del poder.

Durante las últimas dos décadas, el país estuvo bajo sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) por supuestos abusos contra los derechos humanos, acusaciones negadas por el partido gobernante.

Con información de Télam