(Por Martín Piqué).- El candidato a la Asamblea Nacional de Francia Christian Rodríguez se postula para representar a los franceses residentes en América latina por la Nueva Unión Popular Ecologista y Social (Nupes) y en una entrevista con Télam vaticinó que el descontento social por la reforma jubilatoria constituye "una derrota ideológica y cultural del macronismo" que marcará "el comienzo del fin" del liderazgo de Emmanuel Macron.
Para Rodríguez, en las protestas de la semana pasada en París hubo "850.000 personas, algo que no se ha visto ni en mayo de 1968", y ese nivel de participación refleja un rechazo transversal al objetivo del segundo mandato de Macron, que a su juicio es "completar las privatizaciones que faltan" e "imponer a sangre y fuego la ruptura del Estado de Bienestar Social".
Responsable de relaciones internacionales de France Insoumise, el partido de la nueva izquierda fundado por Jean-Luc Mélenchon, Rodríguez (57) competirá este fin de semana en nombre de la coalición opositora Nupes en las elecciones que definirán al nuevo representante en la Asamblea Nacional de los 68.000 franceses que viven en América latina y que están inscritos en los consulados, lo que les da derecho a votar.
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"El hecho de que nos hayan faltado apenas 9 votos para la moción de censura refleja el aislamiento y soledad absoluta del poder (de Macron) en el marco de la crisis política que está en este momento viviendo Francia", analizó el candidato, que nació en Chile y siendo muy joven se exilió en Francia tras huir de la dictadura de Augusto Pinochet, que había secuestrado y asesinado a su primo, el estudiante secundario Luis Cotal Álvarez.
Rodríguez, doctor en Sociología por la École des Hautes Études en Sciences Sociales (Ehess), analizó como "un éxito de la coalición anti-Macron" el desenlace de la votación en la que el actual jefe de Estado evitó que cayera el gobierno por 287 votos contra 278, resultado al que se llegó luego de que el propio Macron apelara al artículo 49.3 de la Constitución para aprobar por decreto el retraso en la edad jubilatoria de 62 a 64 años.
-Télam: ¿Por qué Macron impulsó una reforma al sistema nacional de pensiones que le implicaría tanto costo político?
-Christian Rodríguez: Es una muy buena pregunta. Este gobierno, desde que llegó en esta segunda versión, lo único que ha hecho ha sido utilizar el artículo 49.3, que es el artículo de la Constitución que le permite al gobierno decir "se acabó el debate, esto está aprobado, nosotros asumimos la responsabilidad", porque ese artículo le da el poder de anular la discusión parlamentaria. Bueno, te creo si dices que lo usarás una, dos veces, pero once veces...
-T: La reacción de la sociedad al cambio en el sistema de pensiones ha sido mucho más grande y transversal que en otras ocasiones. ¿A qué se debe?
-CR: Sí, mucho más. Primero, porque venimos saliendo de la crisis del Covid. Segundo, porque en Francia hay una crisis energética producto de la guerra brutal (entre Rusia y Ucrania), con alzas de la tarifas eléctrica y el gas. Y un tercer elemento para entender el contexto es la situación social, con 10 millones de pobres en la que es considerada, oficialmente, la quinta potencia mundial. Hay una nueva alza en el precio de la canasta familiar. En el mes de marzo hubo 14,3% de alza en la canasta. En febrero, 12,7. O sea, la pasta, el tallarín, el spaghetti, que estaba a 1,10 euro hoy en día usted lo encuentra a 3,20 euros. En Francia se vive una especie de asfixia mientras que Macron y su círculo están completamente alejados de la realidad. En definitiva, lo que se juega aquí es para qué fue elegido Macron en esta versión número 2, que es terminar con las privatizaciones que faltan. Lo que implica terminar de entregar a los fondos de pensiones y a la especulación financiera el pozo de la seguridad social. Si no fuera así, no se entendería esta testadurez de querer hacer pasar a toda costa el tema de la jubilación, que económicamente no tiene justificación.
-T: ¿Qué opina de los argumentos económicos que esgrime Macron para justificar una reforma de este tipo?
-CR: Macron dice que son 12.000 millones de euros (se refiere al déficit del sistema previsional que arguye el ministro de Trabajo francés). Pero eso equivale a una ínfima parte de la tasa más rica de la empresa que no paga ningún impuesto en Francia. Entonces, nosotros pedimos aumento (de impuestos), repartición de la riqueza justa y ahí van a encontrar los dineros y de aquí a diez años las arcas estarán llenas. Ese argumento no le ha funcionado, porque hemos probado punto por punto que su reforma no tiene justificación económica. Es una locura imponernos dos años de trabajo más (por la suba de la edad jubilatoria de 62 a 64 años).
-T: ¿Por qué faltaron votos para la moción de censura?
-CR: ¿Por los nueve votos que faltaron? Fue un éxito de la coalición anti-Macron. El primer dato a tener en cuenta es que Macron ha gobernado con minoría legislativa. No tiene mayoría y está obligado a negociar con los republicanos del partido de (Jacques) Chirac y con la extrema de derecha, Renovación Nacional. Por eso impone cada vez más el artículo 49.3. Pero el hecho de que hayan faltado apenas 9 votos refleja el aislamiento y la soledad absoluta en el poder (de Macron) en el marco de esta crisis política que en este momento está viviendo Francia. La única posibilidad que tiene Macron, si se quiere levantar, es hacer una alianza con la derecha, y con eso se cae su mito: el mito de que no es ni de izquierda ni de derecha.
-T: ¿Cómo describiría lo que está pasando en las calles?
-CR: La cantidad de movilizados en París no se ha visto ni en el '68. Es un dato muy importante. Y hay tres frentes, unidos y muy sólidos. El frente sindical, unido por primera vez después de décadas; el movimiento de la calle, que no ha dejado de crecer y sigue movilizándose, y por último el frente parlamentario de la Nupes, que ha defendido permanentemente el proyecto de la jubilación. Si el neoliberalismo es una revolución cultural que arremete contra el Estado de Bienestar, lo que está pasando demuestra la derrota cultural del macronismo. Esto es un golpe fuerte, el comienzo del fin de Macron.
-T: ¿Qué espacio político cree que está capitalizando el descontento social, la Nupes de Mélenchon o Marine Le Pen?
-CR: El frente sindical no tiene absolutamente nada que ver con Marine Le Pen ni con el partido más extremista de la derecha y desde el punto de vista de la convocatoria a la movilización evidentemente hay una alianza más bien hacia el sector progresista, ecológico, social, político, de la Nupes. Yo no creo que haya sido casual que Marine Le Pen haya estado absolutamente muda durante todo el debate parlamentario, incluso ausente.
-T: ¿Cómo influye lo que está pasando a nivel nacional en Francia con la elección de diputados por la circunscripción de América latina que se completará este fin de semana?
-CR: El efecto de las protestas contra Macron se traslada a esta elección y se simboliza en la movilización de los franceses de la segunda circunscripción (franceses que residen en América latina y el Caribe). Por otro lado, esta elección se vuelve a realizar por un recurso que yo interpuse por una irregularidad en la elección pasada, que fue aceptado por el Consejo Constitucional (el órgano judicial ordenó volver a realizar los comicios de los franceses que viven en América latina por defectos en el voto electrónico).
-T: ¿Qué evaluación hizo de la última elección presidencial? Mélenchon dijo que era su última postulación para ese cargo.
-CR: Perdimos por 320.000 votos la posibilidad de pasar a la segunda vuelta, pero después de perder no nos fuimos a casa sino que llamamos a una gran alianza y quien llamó a esa gran alianza (por Mélenchon) obtuvo el 23% de los votos frente a los resultados que obtuvieron los socialistas, el 1,7%, o el Partido Comunista, 1,3%, que por haber ido solo sacó 400.000 votos. Aunque si esos 400.000 hubieran estado en nuestro campo, hubiéramos tenido otra historia porque Mélenchon sería jefe de Estado. Otra historia no solo para Francia sino para el conjunto.
-T: Estuvo en Buenos Aires el último 24 de marzo y sé que participó de la movilización por el Día de la Memoria. ¿Qué significa para usted esa experiencia?
-CR: En la Argentina participé del Foro Mundial de Derechos Humanos y también de la recordación del golpe de 1976. Es una sociedad muy movilizada. Yo en Chile tengo un primo detenido-desaparecido, que fue asesinado a los 14 años: se llamaba Luis Cotal Álvarez. Vivía conmigo, en la misma pieza y, junto a mi tío, está detenido-desaparecido. En Buenos Aires también fui a homenajear a la Iglesia de la Santa Cruz a las dos religiosas francesas (por las monjas Alice Domon y Leonie Duquet, secuestradas y asesinadas por el grupo de tareas de la ESMA tras la infiltración de Alfredo Astiz). Me enteré que fui el segundo político francés que va a ese lugar, el primero fue Francois FIllon, el exprimer ministro de Nicolas Sarkozy. Para mí fue algo muy importante estar ahí.
Con información de Télam