El desabastecimiento de combustible por una huelga en el sector petrolero continuó hoy en Francia, cuyo presidente, Emmanuel Macron, llamó a una solución "rápida" a cinco días de anunciar una drástica reducción del consumo de energía de cara al próximo invierno boreal por un corte del gas ruso a raíz de la guerra en Ucrania.
"El bloqueo no es una manera de negociar", sostuvo Macron durante una visita a Château-Gontier, poco después de que los trabajadores extendieran la medida a unas 15 gasolineras de autopista de una filial de TotalEnergies, la mayor refinería del país.
Los llamados de los últimos días al diálogo no surtieron efecto y la primera ministra, Elisabeth Borne, convocó incluso a una reunión de urgencia con sus colegas afectados por la situación.
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Las imágenes de gasolineras cerradas o de largas filas se repiten en Francia, que sufre problemas de suministro en un tercio de ellas. En el norte, donde la situación es crítica, esta mañana los automovilistas esperaban abastecerse en la única gasolinera abierta en Lille.
Según el ministerio de Transición Ecológica, un 29,7% de las gasolineras carecían ayer de al menos un tipo de combustible frente a un 21% el sábado.
Los precios del combustible aumentaron la semana pasada unos 10 céntimos en promedio el litro. El gasoil alcanzó los 1,8035 euros (1,75 dólares), pese a los 30 céntimos de rebaja aprobada por el Estado para contener la inflación, consignó la agencia de noticias AFP.
La Confederación General del Trabajo (CGT) reclama un aumento salarial del 10% en 2022 -7% por la inflación y 3% por el reparto de la riqueza-, pero la dirección de TotalEnergies asegura haber tomado ya medidas que representan un aumento medio del 3,5% este año.
Para paliar la situación, Francia, la segunda economía de la Unión Europea (UE), ya desbloqueó sus reservas estratégicas de combustible y autorizó a los camiones cisterna a circular en domingo, mientras TotalEnergies importó combustible.
En las últimas semanas, el Ejecutivo multiplicó sus llamados a los ciudadanos para que moderen su consumo de gas y electricidad, para evitar cortes durante el inminente invierno boreal.
Las fuerzas de izquierda llamaron para el próximo domingo a una manifestación "contra la vida cara" y contra la política liberal de Macron, cuyo primer mandato ya estuvo marcado por la protesta social de los "chalecos amarillos".
Francia reveló el jueves que planea una drástica reducción del consumo de energía en pleno corte de suministro del indispensable gas ruso a causa de la guerra en Ucrania, con el objetivo de restringirlo hasta un 40% para 2050.
Limitar la temperatura a 19ºC en interiores, apagar carteles y publicidad luminosa en la noche, incentivos para fomentar el teletrabajo y los vehículos compartidos son algunas de las medidas anunciadas por el Gobierno.
"Si toda la nación consigue cumplir este objetivo, que es puramente voluntario, en el peor de los escenarios, pasaremos el invierno", expresó entonces Macron.
Aunque Francia ya se había comprometido a alcanzar la neutralidad carbono para 2050, como el resto de la Unión Europea (UE), la guerra en Ucrania puso en el punto de mira su dependencia de los hidrocarburos rusos.
Desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania a fines de febrero, los llamados al ahorro de energía se multiplicaron en la UE y se recrudecieron en las últimas semanas, ante un invierno que se anuncia complicado sin gas ruso.
Francia tiene parados, en su mayoría por problemas de corrosión, la mitad de sus reactores nucleares, su principal fuente de producción de electricidad.
El país busca reducir en dos años un 10% su consumo de energía respecto a los niveles de 2019 y en un 40% para 2050.
Otras de las medidas propuestas, en su mayoría voluntarias, prevén reducir el período de calefacción en los inmuebles, bajar a un grado la temperatura de las piscinas y a dos la de los gimnasios.
Con información de Télam