En dos meses, Colombia, un país signado desde hace décadas por el neoliberalismo económico y la violencia política, podría completar el giro político histórico que inició este fin de semana con las elecciones legislativas si su candidato, el senador y ex integrante de la guerrilla urbana M-19 Gustavo Petro, gana las elecciones presidenciales, como auguran las encuestas. Al igual que Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, el colombiano insistió con sus aspiraciones presidenciales a pesar de las sucesivas derrotas sufridas, amplió su base aliada - e imprimió un barniz de pragmatismo a su tercera candidatura para conseguir lo que hasta hace unos años parecía imposible: llegar como favorito indiscutido a las urnas.
Parece realismo mágico pronosticar que la izquierda pueda vencer en Colombia. El país caribeño, cuya marca for export es su rico café y sus paradisíacas playas, tiene condicionantes geopolíticos muy marcados. Se trata de la nación que más asistencia militar -tanto en el capítulo antinarcóticos como antiinsurgente- recibe por parte de los Estados Unidos en la región. Su presidente Iván Duque fue recibido días atrás en la Casa Blanca por Joe Biden para firmar la adhesión de su país como aliado extra OTAN, una calificación legal que Washington le otorgó solo a dos otros países de la región en momentos de identificación política muy especiales: en 1998 a la Argentina de Menem y en 2019 al Brasil de Jair Bolsonaro. Sin embargo, pese a las relaciones carnales que marcaron la relación de los últimos gobiernos colombianos con la Casa Blanca, los resultados de las elecciones legislativas de este fin de semana demuestran que un posible triunfo presidencial de Petro en mayo no es un cuento fantástico de Gabriel García Márquez.
La revista colombiana Cambio resumió la gran elección hecha por la plataforma progresista Pacto Histórico este domingo, que la convertirá en la fuerza más importante del Senado: “El Pacto Histórico, sin duda, es el gran ganador porque tendrá 16 curules y, gracias a las coaliciones, podría jugar a lograr mayorías si la alianza Verde Esperanza se une con los Comunes y los indígenas y, así, podrían sumar 37 sillas. Eso sí, tendrá como opositora a la derecha que, articulada, suma 34 escaños”. En Diputados, la fuerza de Petro quedó segunda, por detrás del Partido Liberal; sin embargo, en ambas cámaras, el nuevo mapa político colombiano visibiliza que ya no hay dos o tres fuerzas mayoritarias repartiéndose los votos, un hecho que obligará al próximo presidente a tejer alianzas legislativas.
Pero, además, sin dudas, el nuevo mapa político evidencia un clima político diferente en el país.
Ya Petro lo había adelantado cuando participó en la asunción del presidente chileno Gabriel Boric el viernes pasado. Ambos integran una oleada progresista regional renovadora, de sesgos semejantes pero también distintos,con un perfil emancipador de líderes latinoamericanos de principios de siglo como Néstor Kirchner, Lula y Hugo Chávez.
Lo describió el diario chileno La Tercera el mismo día de la asunción: “Boric está a la vanguardia de una nueva conciencia en América Latina sobre el cambio climático y su relación con la desigualdad…Para Petro la nueva línea divisoria está entre la política de la vida amigable con el medioambiente y el tipo de modelos económicos que perpetúan la extracción de combustibles fósiles respaldados por lo que él llama la política de la muerte”.
El Destape habló con Gloria Florez, una ex referente de la coalición Alianza Verde que obtuvo su banca como senadora en el distrito de Bogotá como parte del largo proceso de unidad que logró articular en los últimos años la mayor parte del campo progresista colombiano detrás de la candidatura presidencial de Petro. A modo de presentación del espacio político que busca clausurar el largo ciclo uribista, Florez enumeró las tres banderas programáticas centrales Pacto Histórico: transición energética, reforma tributaria, y reforma rural.
Florez anticipó que un gobierno de Petro buscará gravar la riqueza offshore y los patrimonios rurales ociosos: “Construiremos una reforma tributaria para elevar el impuesto a los dividendos, gravar la renta presuntiva para fortunas en paraísos fiscales, y aumentar el impuesto predial para latifundios superiores a cierto nivel de hectáreas y tierras improductivas”.
En campaña, Petro se muestra proclive a “descarbonizar” la matriz energética nacional; es decir, pretende disminuir el desarrollo petrolero a favor de impulsar proyectos de producción de energía eólica. “Debemos transformar la matriz energética para que de manera transitoria, no solo dejemos de consumir en las magnitudes actuales carbón y petróleo, también para lograr que nuestra economía dependa cada vez menos de la exportación de estas materias primas”, justificó Florez, socióloga por la Universidad de Santander y fundadora de la reconocida organización de derechos humanos MINGA.
La disputa por el voto opositor
Petro disputa el voto opositor y principalmente el centrista con la alianza Centro Esperanza, liderada por el ex alcalde de Medellín Sergio Fajardo, quien resultó ganador de la primaria política de su espacio en las primarias de este domingo. Sin embargo, su triunfo fue débil porque el espacio consiguió una baja concurrencia a las urnas, muy por debajo del caudal de votos de Petro y de la coalición de derecha Equipo por Colombia, un conjunto de partidos conservadores que decidieron agruparse lejos del alicaído presente del oficialista Centro Democrático.
La crisis del oficialismo es tal que, apenas un día después de las primarias presidenciales y de las elecciones legislativas, el candidato del gobierno, Óscar Iván Zuluaga, bajó su campaña este lunes para sumarse a la del elegido por el Equipo opr Colombia: Federico “Fico” Gutiérrez, un ex alcalde de Medellín de 47 años que, en una reciente entrevista con el diario español El País, dejó en claro que no dudará en lanzar una campaña del miedo: “Petro es un riesgo y es un peligro para la democracia. Su discurso es de odio y lucha de clases. Yo represento todo lo contrario a lo que él representa”.
“Por el bien de Colombia he tomado la decisión personal de renunciar a la candidatura personal por el Centro Democrático para acompañar la aspiración presidencial de Federico Gutiérrez, lo hago si cálculos políticos ni autocráticos, sin esperar nada a cambio y con sincero entusiasmo”, anunció y agregó que su partido tiene libertad para decidir si se suma a esta decisión o impulsa una candidatura propia.
A su vez, las profundas desavenencias internas de Centro Esperanza llevaron a la mediática ex rehén de las FARC Ingrid Betancourt -cuya libertad en en 2008 fue conseguida gracias a un cinematográfico y exitoso rescate planificado por el gobierno de Juan Manuel Santos- a presentar su propia candidatura y también introdujeron en la carrera presidencial a un novato político, el millonario Rodolfo Hernández, quien si bien fue alcalde de una ciudad como Bucaramanga no cuenta con una estructura de peso partidario sólida. Pero eso no evitó que siga subiendo en los sondeos gracias a su presencia en redes sociales y el traje que se ha confeccionado de dirigente disruptivo y de la antipolítica.
Mientras que todas las encuestas coinciden en que a Petro le sobra para llegar al balotaje, aún no está claro quién será su rival en una eventual segunda vuelta. “El más serio competidor de Petro aún es una incógnita. Por un lado, Fico Gutiérrez sacó mucho más votos que Sergio Fajardo, pero su elección puede resultar mentirosa porque el millón de votos que obtuvo es probable que migren en mayo a otras candidaturas de la derecha que ya están resueltas, como las de Zuluaga o Hernández, u otras que podrían concretarse, como la de German Vargas Lleras (ex Vicepresidente de Colombia). A Sergio Fajardo le fue pésimo en la primaria; sin embargo, aún sigue apareciendo en las encuestas como el candidato más cercano a Petro en las preferencias”, explicó a El Destape Juan Lombo, periodista de la sección política del portal bogotano El Espectador, antes que se conociera la decisión de Zuluaga.
¿Es probable, entonces, estimar un giro político en el vecino país sudamericano? El colega Lombo lo estimó como una hipótesis posible: “Petro tiene posibilidades de triunfar en segunda vuelta, en las elecciones legislativas demostró que tiene un caudal político muy grande, que ha crecido electoralmente en los últimos cuatro años. Incluso, no es descabellado pensar en un triunfo de Petro en primera vuelta, si es que consolida una política de alianzas más grande en el campo progresista de acá a mayo”.
Sin embargo, la senadora Florez advirtió que la derecha podría orquestar un fraude para no ceder el gobierno: “La Registraduría Nacional cada vez coloca más barreras para que se no haga un conteo transparente de los votos. El gobierno nacional no tiene control del orden público en las regiones para el día de las elecciones. Recientemente, hasta el Defensor del Pueblo prohibió el desplazamiento de sus funcionarios a zonas apartadas del país donde el accionar de los grupos armados ilegales limitan la movilidad de las comunidades, y también de las personas que aspiramos a llegar al congreso de Colombia”.