La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, convocó hoy a elecciones legislativas anticipadas para el 1º de noviembre, tras la amenaza de uno de los socios del gobierno de coalición de presentar una moción de censura si no lo hacía.
"Hoy le informé a la reina que las elecciones al Parlamento serán organizadas" el 1º de noviembre, indicó la dirigente socialdemócrata en una conferencia de prensa, informó la agencia de noticias AFP.
"Las adversidades y crisis superpuestas a las que se enfrenta el mundo, nos obligan a probar una nueva forma de Gobierno en Dinamarca", dijo Frederiksen en una breve conferencia de prensa celebrada en la residencia oficial de Marienborg.
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En su anuncio, la primera ministra dijo que estaba preparada para formar un Gobierno transversal, una medida que rompería con el sistema tradicional de "política de bloque" de Dinamarca, que ve a los partidos de derecha e izquierda en facciones opuestas.
"Deseamos una cooperación más vinculante y nosotros, los socialdemócratas, queremos encabezar este camino: un Gobierno amplio con partidos de ambos lados del espectro político", agregó.
Frederiksen, en el poder desde junio de 2019 y con un mandato que expiraba en junio de 2023, se vio obligada a ceder a un ultimátum de uno de sus socios en el parlamento que amenazó con tumbar al Gobierno si no se convocaba a elecciones antes de mañana.
La líder social liberal, Sofie Carsten-Nielsen, presentó el ultimátum a la primera ministra el pasado 2 de julio, por su convicción de que se forme un nuevo Ejecutivo que no solo esté formado por los socialdemócratas y que pueda ampliarse tanto a la centroizquierda como a la centroderecha, según declaró a la prensa.
"El Gobierno concentra demasiado poder y actúa con excesiva obstinación, por lo que es necesario un nuevo comienzo", argumentó.
Se trata de una apuesta arriesgada, ya que las encuestas muestran un retroceso para su formación, que además no provoca demasiado entusiasmo entre sus colegas.
La izquierda considera a Nielsen demasiado liberal en sus concepciones económicas, mientras la derecha y también no pocos socialdemócratas, la consideran excesivamente blanda ante la inmigración.
La derecha, especialmente los moderados, el nuevo partido fundado por el exprimer ministro Lars Lokke Rasmussen después de su salida de los liberales, observa con buenos ojos un posible Gobierno con representantes de ambos bloques (igualados en los sondeos), aunque es poco probable que pueda convertirse en realidad, dadas las grandes diferencias que persisten entre las partes, especialmente en lo referente a una eventual rebaja de impuestos y al tamaño del sector público.
Aun así, no cabe descartar que se alcance finalmente un acuerdo con una estricta política contra los inmigrantes como mínimo común denominador. Irónicamente, una posible consecuencia de esto sería que los social liberales podrían quedar excluidos.
Con información de Télam
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