Escenario caliente en Bolivia: entre la feroz interna del oficialismo y una derecha "buitre"

Aún falta para las elecciones presidenciales de 2025, pero el escenario político está que arde en el país vecino. El temor a que la interna entre Evo y su sucesor, Arce, escale y se traslade, con violencia, a las calles; y que la derecha salga ganando en las urnas de la división oficialista.

19 de mayo, 2024 | 00.05

La disputa entre el presidente de Bolivia, Luis Arce, y el ex mandatario Evo Morales no solo parece irreversible sino que temen que escale a mayores niveles de conflictividad. Se espera que en los próximos días el Tribunal Supremo Electoral decida si serán los arcistas o los evistas quienes se queden con la sigla del Movimiento al Socialismo (MAS), dado que la pelea por su dirección fue lo que marcó la controversia de los últimos meses. Mientras, de cara a las elecciones del 2025, la derecha fraccionada mira con pochoclos la guerra en el oficialismo y se entusiasma con unificarse y hacerse con el poder.

La sigla

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Si bien durante gran parte del Gobierno actual quedaron expuestas las diferencias entre Arce y Evo, no fue hasta el momento de escoger a la directiva del MAS -el sello que ganó las elecciones desde el 2005- que quedó expuesta una guerra entre las dos facciones. Desde fines del 2023, hubo varios vaivenes: desde un congreso partidario que nominó al ex mandatario en la continuidad de la presidencia del Movimiento al Socialismo y expulsó al mandatario actual del espacio, hasta el siguiente congreso del MAS, hace solo unos días, en el que se eligieron directivos de la fuerza, se impuso la facción que responde al jefe del Ejecutivo y se excluyó a Morales.

En medio de toda esa disputa por cuál de las dos facciones se quedará con la directiva del MAS, el Tribunal Supremo Electoral reconoce a Evo como su presidente hasta que el mismo organismo decida en los próximos días quién se quedará con la dirección del espacio político y si reconocerá al ex mandatario o a Grover García, el aliado de Arce que fue electo la semana pasada en el congreso partidario en el Alto. Según varios analistas, hay más posibilidades de que el oficialismo gane esta batalla y temen que eso lleve a una conflictividad en las calles, donde aún el ex mandatario puede tener más peso.

Es válido recordar que la pelea por el sello del MAS se da en el marco de las elecciones presidenciales en el 2025 y que fue el Movimiento al Socialismo quien gobierna desde el 2006, salvo el período tras el golpe de Estado en el 2019. A su vez, la disputa que se había generado previo a la llegada de Jeanine Añez había sido por las críticas que habían suscitado a la intención de Evo de ser candidato una vez más, cuando en referéndum había perdido esa opción. En el 2023, el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia anuló mediante un dictamen la potestad de la reelección indefinida, por lo cual ex mandatario estaría inhabilitado para presentarse nuevamente. Sin embargo, el ex presidente considera que hay un lawfare en su contra y que detrás de esa decisión está Arce.

“Con seguridad, ustedes ya conocen que existen diferencias al interior del MAS-IPSP. Estas no son diferencias superficiales, son de carácter ideológico, programático, ético y repercuten directamente en la manera de hacer política y sobre todo en para qué y para quién se hace política”, sostuvieron en una carta abierta que el propio Evo publicó en sus redes. En ella detallaron las diferencias que mantienen con el oficialismo y también se refirieron a las elecciones del 2025: “Bolivia ha entrado en una etapa muy difícil y es muy probable que el resultado de estas traiciones sea el retorno de la derecha”.

¿Son de carácter ideológico?

El evismo acusa a Arce de buscar proscribir al ex mandatario y a su Gobierno de cometer actos de corrupción, de perseguir a los militantes de Evo y de haber tomado otro rumbo al de las administraciones del MAS anteriores, entre otras cosas. Sin embargo, desde el oficialismo consideran que la decisión del ex jefe del Ejecutivo se debe a un deseo personal, incluso lo denominaron como “obsesión”, de poder volver al poder y que por eso lleva adelante este enfrentamiento. De hecho, unos meses atrás Arce sostuvo que el cocalero se volvió su “principal opositor”, según los sondeos.

“El MAS está perdiendo el partido él solo. Él solo por este tipo de cosas, por este tipo de angustias personales y no querer ver. De haber perdido el olfato político y de privilegiar los intereses y las ambiciones personales antes que el bienestar común. A la fecha, Lucho Arce todavía no se ha manifestado si va a ser o no va a ser candidato”, explicó a El Destape, el viceministro de Coordinación Gubernamental de Bolivia, Gustavo Torrico. El funcionario sostuvo que lo ideal sería que puedan ir a un congreso de unidad y ahí elegir una nueva comisión directiva para el espacio político. Sin embargo, si bien recordó que Evo habló de una posible interna o primaria, no cree que avancen en una unidad que solucione el dilema del sello.

“La división del MAS es inminente. Lo que más nos duele, lo que más nos delata de alguna forma la ruptura es que nuestro mismo Presidente, al que nosotros hemos puesto como Presidente, al que Evo Morales ha escogido en Argentina para que sea el candidato a la presidencia, es el que ha empezado una estrategia sistemática para proscribir al MAS y para eliminar y proscribir a Evo Morales en las próximas elecciones”, afirmó a El Destape, la
ex viceministra de Justicia y Derechos Fundamentales en el gobierno de Morales, ex Consejera de Bolivia ante la OEA, y abogada constitucionalista, Cecilia Urquieta, quien apoya al ex mandatario. 

Urquieta sostiene que las diferencias entre Arce y Evo no tienen que ver con elecciones de candidatos, sino que cuestiona el accionar de la administración. “Desde afuera pareciera como si fuese una ruptura entre dos personalidades por temas políticos y no lo es. El Gobierno ha empezado a tomar una posición totalmente contraria al MAS y ha empezado a tener estas actuaciones delincuenciales, de corrupción y narcotráfico muy de frente. Ya son muy evidentes todas las cosas que han empezado a hacer y bueno, ahí se ha consolidado la ruptura”, agregó la ex funcionaria quien comparó al mandatario con Lenín Moreno, cuestionó la situación económica y denunció que la Justicia es manejada por el oficialismo.

Al consultar al analista político y asesor del ex presidente Carlos Mesa, Ricardo Paz, no duda en calificar los motivos de la división del MAS y es concluyente: “La disputa que se está produciendo al interior del MAS, no es una lucha ideológica ni programática ni de visión de país o políticas públicas, es estrictamente por la titularidad del poder, quién va a ser candidato por el MAS, si va a ser Evo o el actual Presidente. Esa es la disputa, eso se reduce, no hay que buscarle más elementos, es una pelea por el liderazgo de la sigla”.

El analista que supo participar del sector opositor al masismo agregó que varios mandatarios de la región, como pueden ser Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil o incluso Nicolás Maduro de Venezuela, entre otros, trabajan para que haya un punto de encuentro entre las dos facciones y así garantizar la continuidad del Movimiento al Socialismo. “Evo no acepta la decisión del Tribunal Constitucional, ni acepta otro mecanismo de que él ya no puede volver a ser candidato, y ese es el origen de todo el conflicto”, opinó Paz sobre las dificultades que ve para que haya un acuerdo, como un posible congreso de unidad que debería ser previo a una interna, como ha planteado el propio Evo.

La derecha opositora, fracturada pero feliz por la interna del MAS

Si bien parte de la oposición al MAS mira con satisfacción la pelea del oficialismo, tampoco es que esté unificada detrás de un candidato que pueda ser competitivo. “La derecha boliviana, como siempre, está fraccionada. No creo que la derecha, honestamente y no porque sea militante del MAS pero sobre todo militante de la izquierda, sea el espacio que pueda hacer la diferencia. Yo creo que la única forma en que la derecha pueda llegar con una alianza entre todos, yo no diría en una alianza, en una juntucha, en un club de buitres, es que hagan eso, de unirse y elegir a su mejor buitre. Pero después de eso, no lo creo”, afirmó entre chicanas Torrico. 

“La oposición está viendo desde el palco. La oposición está feliz de la vida de que haya esta ruptura porque ellos están fraccionados, aunque no son mayoría, lo hemos podido ver en las últimas elecciones, pero ellos están capitalizando esta ruptura y de alguna forma yo pienso personalmente que ya Luis Arce está trabajando con la derecha totalmente. Si hubiera una oposición que fuera junta tal vez habría una posibilidad de ganarnos, si es que nos dejan ir a elecciones y si no va Evo Morales es muy probable que pueda ganar la derecha”, afirmó también Urquieta.

En medio de la interna del MAS, se barajó la posibilidad de que surja la postulación del actual presidente del Senado y vicepresidente de las Seis Federaciones Cocaleras del Trópico de Cochabamba, Andrónico Rodríguez, como un candidato que si bien es más cercano a Evo, podría saldar las diferencias, pero no es nada oficial aún. Parecen pocas las chances de que haya una pacificación dentro del MAS en lo inmediato y eso puede darle tiempo y posibilidades a la oposición de rearmarse y estar mejor preparada para competirle a un proyecto que gobierna desde hace casi 20 años y que supo poner a Bolivia en el lugar de “milagro económico”, incluso en momentos muy complejos en la región.