Las elecciones en Venezuela dejaron un sabor amargo. La polarización en el país sudamericano es insoslayable y las lecturas de un lado y del otro están en las antípodas: hay movilizaciones de un lado y del otro, denuncias cruzadas de intentos de desestabilización y de falta de respeto a la soberanía popular en las urnas. En el medio, además de la población venezolana, yacen los intereses de la comunidad internacional así como de líderes latinoamericanos -de Brasil, Colombia y México, por poner algunos ejemplos- que pujan para mantener la estabilidad en el país y, por ende, en la región. ¿Quién es quién en la disputa que revivió con más fuerza tras las comicios que toda la región mira? ¿Cuáles son sus miradas?
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"Lo que está en curso es una operación de cambio de régimen, de desestabilización y caos inducido. Está en práctica un dispositvo de golpe de Estado", sostuvo ante El Destape el politólogo del equipo de investigación Misión Verdad, William Serafino. La actuación estelar -dijo- es la del dueño de X, ex Twitter, Elon Musk, con sus opiniones e incidencias en la red social. La incertidumbre llegó el domingo tras la proclamación de los resultados que hizo el Consejo Nacional Electoral (CNE), en los que dio por ganador al presidente, Nicolás Maduro, por un 51,2% de los votos contra un 44,2% cosechado por el opositor Edmundo González, prácticamente sin información desagregada del resto de los ocho candidatos. El problema es que nunca se mostraron las actas por supuestos ataques hackers al sistema, según dijeron desde el Gobierno venezolano; y desde la oposición no tardaron en llegar las denuncias por fraude -algo que se veía venir-.
La oposición, centrada en la figura de María Corina Machado, anunció también su triunfo. Según las actas que ellos mismos recolectaron, ganaron por un 70% de los votos. Un trabajo que llevaron a cabo de manera artesanal con testigos de mesa propios y aliados, que hicieron copias de las actas y las digitalizaron para luego volcarlas a un sitio propio.
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En ese escenario, se está a la expectativa de lo que haga o deje de hacer la comunidad internacional. Un primer paso lo dieron este martes los presidentes de Estados Unidos y Brasil, Joe Biden y Luiz Inácio Lula da Silva, que mantuvieron una conversación telefónica y coincidieron en la necesidad de que el Ejecutivo de Maduro respalde sus resultados con los documentos correspondientes. La mirada del mandatario sudamericano era una de las más esperadas, junto con la del de Colombia, Gustavo Petro. "Son instancias fundamentales para ver como se va a desarrollar el contexto internacional", dijo Serafino y sostuvo que, mientras tanto, "los dispositivos del orden público seguirán trabajando para eliminar la tensión en las calles".
Del otro lado, la analista de la Universidad Central de Venezuela Muriel Ñañez dijo que lo que se "teme" es que "el sentir popular no se pueda traducir realmente en un cambio político. Eso sólo se logra con mucha presión en la calle y mucha presión internacional", sostuvo y analizó que "es difícil" que la oposición llame a que cesen las movilizaciones que se dan por estas horas con epicentro en Caracas. Desde su posición, de ahora en adelante hay tres escenarios posibles: "1. Que la violencia crezca y la represión crezca en el mismo sentido. 2. Que no se haga la suficiente presión y ellos (por el Gobierno) no cedan y, en ese caso, lo que viene es una profundización del autoritarismo y la dictadura. 3. Que la comunidad internacional dé la espalda totalmente y nos deje a nosotros el asunto y esto sea un poco caos", analizó.
Quién es quién en la disputa electoral en Venezuela
Plataforma Unitaria Democrática (PUD): coalición de partidos de la oposición creada en 2021, tras la inhabilitación de la articulación opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD, luego rehabilitada para las elecciones regionales de ese año). Cuenta con el apoyo de una decena de partidos y es la plataforma con la que un amplio sector de la oposición llegó a las elecciones, llevadas a cabo en el marco del Acuerdo de Barbados mediado por Noruega. Estuvieron en la cooperación, además México, Colombia y Brasil, entre otros países.
María Corina Machado: es la principal referenta de la oposición y fundadora del partido Vente Venezuela (2012). Ubicada en el ala dura y ferviente antichavista. Fue una de las caras visibles de las protestas callejeras conocidas como guarimbas denominadas “La Salida”, en 2014; y acompañó el intento insurreccional del autoproclamado presidente Juan Guaidó, en 2019.
Está inhabilitada por 15 años para ejercer cargos públicos por la Contraloría General de Venezuela como por el Tribunal Superior de Justicia, por estar acusada de hechos de corrupción durante la presidencia paralela de Guaidó -una estrategia asumida como fallida por la misma oposición-. Reconocida por haberse enfrentado a Hugo Chávez, en 2012; y, luego, por haber pedido una “intervención” militar a su país por parte de Estados Unidos hace cinco años. Más allá de haberse mantenido al margen de las conversaciones que la oposición y el Gobierno llevaron adelante, participó de las elecciones internas de la PUD y la declararon ganadora por más del 90% de los votos. Su aspiración nació frustrada, pero no soslayada: fue la cara de la campaña del ex diplomático y candidato presidencial, Edmundo González, en el retorno de una oposición fragmentada que consiguió establecer acuerdos mínimos luego de años de abtencionismo.
Edmundo González: su candidatura se dio de casualidad. Veterano diplomático, de 74 años, cuadro técnico de la MUD, embajador en Argentina en los primeros años de Chávez, en lo que en Venezuela se recuerda como “la transición”. Fue inscripto como candidato por la PUD por una cuestión meramente técnica: la elegida para reemplazar a Machado, Corina Yoris nunca pudo inscribirse, y él era el que tenía la firma habilitada en el CNE. Su candidatura fue confirmada el 20 de abril, luego de arduas discusiones internas entre extremistas y moderados que conforman el partido. Es académico, estudió en Estados Unidos y actuó tras bambalinas desde el inicio de la creación de la MUD. "No tiene atributos políticos, pero tiene méritos, idioma, formación impecable, cristiano, abuelito y no se le conoce ningún escándalo. Es difícil darle un golpe”, definió ante El Destape una fuente cercana a la oposición.
Aimé Nogal y Juan Carlos del Pino: son los dos representantes elegidos por la oposición en el CNE, cuerpo electo por la Asamblea Nacional. Nogal estuvo junto al presidente del organismo, Elvis Amorso, cuando el domingo presentaron los resultados. Fue fuertemente cuestionada en las entrañas opositoras y este medio pudo saber que ya no forma parte de las filas de la "alternancia democrática". Afirmaron a El Destape que "está siendo sometida a procesos disciplinatorios y de expulsión de su partido (Un Nuevo Tiempo, parte de la PUD) por avalar el fraude electoral del régimen", dijeron. Del Pino (Acción Democrática), en tanto, "está escondido por seguridad".
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Jorge Rodríguez: actual presidente de la Asamblea Nacional (por tercer año consecutivo), ex diputado, vicepresidente, ministro de comunicación y ex rector del CNE. Uno de los hombres de confianza del fallecido Hugo Chávez y, ahora, mano derecha de Maduro. Fue cuestionado durante su paso por el CNE por haber convalidado la reelección de Chávez. También, ofició de jefe negociador en representación del Gobierno ante las distintas instancias de diálogo que se llevaron a cabo desde 2021, en adelante. Es uno de los hombres más poderosos en el Gobierno. Es médico psiquiatra y escritor de cuentos. Es hermano de Delcy Rodríguez, actual vicepresidenta y ministra de Economía, y es considerado, junto con ella, una de las figuras con mayor poder e influencia en el gobierno y el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). En el marco de las sanciones impuestas a Venezuela como a distintos referentes del oficialismo --y mismo con limitación de acceso a las arcas del país, en lo que las autoridades venezolanas denuncian como bloqueo económico-, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos lo señaló por supuesta implicación en actos de corrupción. También fue sancionado por Canadá por su supuesto papel “en la erosión de la democracia”, junto con una veintena de otros funcionarios.
Vladimir Padrino: ministro de Defensa desde 2014 y jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). Era comandante del Batallón de Infantería Simón Bolívar que defendió a Chávez durante el intento de golpe de Estado, en 2002. Otro de los hombres de confianza de Maduro. Es vicepresidente Sectorial de Soberanía, Seguridad y Paz y jefe de la Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro, desde donde se encarga de conducir las políticas públicas en tres motores principales del país: los sectores agroalimentario, farmacéutico e industrial. Como otros funcionarios del Gobierno, es uno de los señalados por Estados Unidos, que ofrece una recompensa por 10 millones de dólares por su captura. “Hay en marcha un golpe de Estado orquestado por fuerzas extranjeras”, denunció este martes. Es uno de los señalados para una “transición”.
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Centro Carter: el instituto estadounidense es, junto con la misión de las Naciones Unidas, uno de los actores más relevantes en estas elecciones por ser considerado veedor “independiente” en esta contienda. Fue fundado en 1982 y ganó el Premio Nobel de la Paz, en 2022, por colaboración en la resolución de conflictos internacionales. Su pronunciamiento se considera fundamental. Este lunes se sumó al pedido a las autoridades venezolanas para que se dieran a conocer los detalles de las actas de las elecciones por las que el CNE proclamó a Maduro como presidente. Postergó la presentación de su informe preliminar hasta la media noche de este miércoles: "Las elecciones presidenciales de Venezuela de 2024 no cumplieron con los estándares internacionales de integridad electoral y no pueden considerarse democráticas", dijeron en el comunicado que publicaron porque no pudieron verificar los datos dados a conocer por el CNE.
Brasil, Colombia y México: países representados por líderes de la izquierda progresista de la región con: por Lula, Petro y Andrés Manuel López Obrador, son tres de las potencias latinoamericanas. Consideran clave la estabilidad venezolana en pos de la estabilidad de la región en términos económicos como políticos y por los efectos colaterales en cada país -la diáspora venezolana en todo el continente, Colombia y su conflicto armado con más de dos míl kilómetros de frontera compartida y Brasil con sus elecciones regionales en octubre de este año en las que se definirá la fuerza del bolsonarismo de cara a la próxima contienda presidencial, por ejemplo-. Con manifiesta cercanía ideológica a Maduro, con fuerte participación en los procesos de negociación que se dieron entre oposición y Gobierno.
Los tres se mantuvieron expectantes. Lula se pronunció recién este martes y decidió bajarle el tono, luego de hablar con su par estadounidense, Joe Biden. Aunque reclamó las actas, dijo estar convencido de que "es un proceso normal". Colombia pidió a los líderes políticos venezolanos “rechazar la violencia, preservar la paz y priorizar el diálogo” y en las últimas horas insistió en el pedido de la publicación de las actas. López Obrador, por su parte, dijo que reconocería los resultados si el CNE “confirma la tendencia” y pidió “no meter las narices” en Venezuela, fiel a su posición de no injerencia en los asuntos internos de otros países. Según publicó Bloomberg, los tres líderes buscan realizar un pronunciamiento conjunto.
Celso Amorim: mano derecha de extrema confianza de Lula en temas internacionales. Ex canciller, ex ministro de Defensa y ahora asesor en Asuntos Exteriores. Fue parte de negociaciones históricas en la región, como la creación del Mercosur y de la Unasur. Es el enviado de Brasil a Venezuela, en permanente contacto con Lula. Se reunió con Maduro, según informó el diario paulista Folha, y le solicitó la publicación de los datos de las elecciones.
Organización de Estados Americanos: la OEA es uno de los mecanismos de articulación más importante de la región, incluye a Estados Unidos y a Canadá. Con una mirada del diálogo multilateral dirigida hacia Washington, sin la presencia de Cuba expulsada tras la revolución ni Nicaragua (2023) ni Venezuela (2019), que abandonaron el organismo. Aún se la cuestiona en la región por cómo actuó durante el golpe de Estado en Bolivia (2019), cuando presentó supuestas pruebas de un fraude electoral que no sucedió pero que sirvió de justificación del golpe. Ahora, frente a Venezuela, denunció detenciones arbitrarias y actos de intimidación, entre otras irregularidades y su Consejo Permanente se reunirá este miércoles para analizar la situación en el país sudamericano a pedido de los mismos Gobiernos que no reconocieron el resultado anunciado en Caracas.