“Hay que hacerle entender a (Nicolás) Maduro que el costo de permanencia (en el poder) se va a incrementar cada día que pase”, prometió Maria Corina Machado en una entrevista colectiva con medios argentinos y chilenos, incluido El Destape. La ganadora de la primaria opositora venezolana, pero inhibida de competir, habló de una transición negociada y de la manifestación en “318 ciudades del mundo” del próximo sábado. Mientras, el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva dijo que “aún no” reconoce al presidente venezolano como ganador de las elecciones del 28 de julio y se refirió a las opciones que baraja para Venezuela, en tanto que su principal asesor internacional, Celso Amorim, dijo que su país no le puede “imponer la democracia a Venezuela” y habló sobre la posible repetición de elecciones. A eso se suma que este jueves Andrés Manuel López Obrador rompió definitivamente la triada inicial junto a la Colombia de Gustavo Petro, al asegurar que no cree "prudente" pedir nuevas elecciones en Venezuela.
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Venezuela continúa sumida en un clima de incertidumbre por el resultado de las elecciones presenciales del 28 de julio, que dieron ganador al presidente Maduro, pero fueron cuestionadas no solo por la oposición, sino por parte de la comunidad internacional porque la Cámara Nacional Electoral (CNE) no presentó los datos desglosados de los comicios, ni las actas que los certifican. El oficialismo asegura que cuenta con pruebas que respaldan su victoria y apuesta a que la Sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), señalada por la oposición de imparcial, certifique el resultado. La oposición, pero también voces internacionales, aseguran que el TSJ no es el encargado de hacer dicha revisión. En tanto, la oposición asegura que el ganador fue el opositor Edmundo González Urrutia, apoyado por Machado, con base a más del 80% de las actas electorales -ya que una copia de estas son entregadas a los veedores, suerte de fiscales, al final del día de la elección-, las cuales dicen tener en su poder y han sido publicadas.
La creatividad brasileña se agota
Los gobiernos de Brasil, Colombia y México venían impulsando, formalmente, un diálogo entre el oficialismo venezolano y la oposición, más concretamente, con el candidato Edmundo González y sin María Corina Machado (para evitar que el madurismo se levante de la mesa). La encrucijada de estos países crece a medida que pasa el tiempo. Lula, al igual que sus pares colombiano, Gustavo Petro, y mexicano, Andrés Manuel López Obradoz (AMLO), han puesto en juego su capital político para buscar una solución al llamado “problema venezolano”. En ese camino, en el que han apostado por el diálogo, son objeto de las miradas -e incluso, esperanzas- internacionales. “Quiero el resultado, si lo hay, intentaremos (reconocerlo). Hay que presentar los datos, a través de algo confiable, el Consejo Nacional (Electoral), que tiene gente de la oposición, podría ser (el garante)”, presionó hoy Lula en una entrevista con una radio brasileña.
Pero AMLO pateó el tablero. "Vamos a ver qué resuelve el tribunal, es que no creo que sea prudente el que nosotros de afuera, un gobierno extranjero, sea quien sea, opinemos sobre algo que corresponde resolver a los venezolanos", enfatizó al ser consultado sobre si era "prudente" o no pedir nuevas elecciones en Venezuela. "¿Apoyaría que se repitieran?", había sido la pregunta detrás de su declaración en su asidua conferencia matutina.
Lula dejó hoy un punto suspensivo al referirse a la estrategia que eligió el oficialismo de enviar las actas a la Corte Suprema: “No puedo juzgar a los tribunales de otro país”. Machado, por su parte, dijo que el TSJ “no tiene competencia alguna” sobre esta materia. Al ser consultado por si reconoce a Maduro como ganador de las elecciones, afirmó: “Todavía no. Él sabe que le debe una explicación a la sociedad, al mundo. Él lo sabe”. Tampoco reconoció una victoria opositora. “No quiero comportarme de forma apasionada y precipitada, quiero resultados”, agregó. De cara al futuro, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) deslizó dos opciones durante la entrevista; nuevas elecciones o un gobierno de coalición. “A Maduro le quedan seis meses de mandato. Si tiene sentido común, podría intentar hacer un llamamiento al pueblo venezolano, quizás incluso convocar nuevas elecciones, establecer un criterio para que participen todos los candidatos, crear un comité electoral suprapartidario en el que participen todos y dejar entrar a exploradores de todo el mundo. Lo que no puedo hacer es apresurarme a tomar una decisión”. En esta misma jornada, le preguntaron al presidente de EE. UU., Joe Biden, si apoyaba la convocatoria de nuevas elecciones en Venezuela, y este se limitó a contestar: “Sí, lo hago”, sin dar más detalles. Pero la Casa Blanca dijo que fue un mal entendido y prometió aclarar su posición.
En gesto de presión, Petro se sumó hoy a los dichos de Lula y apoyó la idea de que “un acuerdo político interno de Venezuela es el mejor camino de paz”, algo que “depende solo de los venezolanos”. A Maduro le atribuyó la responsabilidad de encontrar “solución política para Venezuela que lleve paz y prosperidad a su pueblo” y propuso mirar al Frente Nacional colombiano como “una experiencia que usada transitoriamente puede ayudar a la solución definitiva”. “Levantamiento todas las sanciones contra Venezuela. Amnistía general nacional e internacional. Garantías totales a la acción política. Gobierno de cohabitación transitorio”, detalló en un mensaje en la red social X. Petro también prometió a las poblaciones de las zonas limítrofes entre su país y Venezuela que “las fronteras seguirán abiertas”, algo que durante la etapa anterior a su Gobierno, en tiempos del llamado Grupo de Lima, que aglutinó a la derecha regional, no sucedía.
“Si se va a una segunda elección y (a Maduro) no le gusta el resultado, entonces ¿se va a una tercera, a una cuarta, a una quinta elección hasta que le guste el resultado a Maduro? (...) Plantear desconocer lo ocurrido el 28 de julio, para mí, es una falta de respeto a los venezolanos que lo han dado todo y que expresaron la soberanía popular. La soberanía popular se respeta y las elecciones ya ocurrieron”, dijo Machado sobre las versiones de propuesta de repetir los comicios en Venezuela. En la vereda opuesta, el oficialista presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (legislativo) de Venezuela, Diosdado Cabello, también descartó volver a las urnas: “No hay segunda vuelta, la Constitución no prevé segunda vuelta. Eso no es una ocurrencia, eso es una gafedad por no decir una estupidez. Aquí no se van a repetir elecciones porque aquí ganó Nicolás Maduro”, dijo en su programa de TV.
Respecto a la opción de un gobierno de coalición, Machado aseguró que en los casos en que han sido exitosos, las partes eran “grupos democráticos” o no vinculados con crímenes, pero “este no es el caso” de Venezuela. Y si bien aseguró que apuestas a una transición negociada, al igual que en otras entrevistas, no aclaró cuál sería el mecanismo. En ese sentido, ha evitado hablar de amnistía.
También hoy, el excanciller brasileño Amorim, enviado de Lula durante los comicios venezolanos, se presentó al Senado para informar sobre su misión. “No le vamos a imponer la democracia a Venezuela, vamos a conversar”, respondió el diplomático ante una pregunta del exjuez y senador Sergio Moro. La idea de la repetición de los comicios fue sugerida esta semana por Amorim durante una entrevista, sin embargo, hoy moderó la versión: “Yo no hice… nosotros no hicimos una propuesta de nuevas elecciones”, dijo sonriente y agregó con ironía: “Lo que es curioso de nuevas elecciones es que tanto uno como otro podrían aceptar fácilmente porque si dicen que ganaron, entonces lo harían de nuevo”. El asesor brasileño se refirió al proceso de monitoreo de las elecciones y dijo que solo la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea lo tienen, pero que el primero es “imposible” porque después del golpe en Bolivia no tiene “credibilidad frente a los gobiernos progresistas”, y que el segundo sí la tiene, aunque debería levantar las sanciones impuestas a Venezuela para que pueda participar en una eventual repetición electoral. “Pero es una idea (la repetición), está ahí, como hay otras (...) No hay nada que Brasil esté defendiendo (particularmente), estamos promoviendo el diálogo y viendo si del diálogo surge alguna idea. A veces es necesario pensar un poco fuera de la caja”. Y detalló: “Nuestro objetivo principal es la paz porque creo que la situación en Venezuela es muy peligrosa, no quiero entrar en la cuestión de quién tiene más culpa o menos culpa”.
Durante una audiencia, transmitida por televisión, Amorim también dijo que México está un poco “retraído” en los últimos días, pero lo atribuyó más a una cuestión de la transición de mando mexicana antes que a una condescendencia con el gobierno de Maduro.
Amorim destacó la labor del Centro Carter, veedor convocado por el Gobierno de Venezuela, que aseguró que las elecciones no contaron con “estándares internacionales” y que presiona para que el oficialismo muestre las actas. Sin embargo, el brasileño descartó que tengan la capacidad logística necesaria para hacer semejante proceso de veeduría.
Presión en las calles
“Va a ser un hito muy importante”, dijo Machado sobre su convocatoria a manifestarse en Venezuela y el resto del mundo el próximo sábado 17 de agosto, para que el Gobierno reconozca el resultado de las elecciones que alega la oposición. La oposición, desde el día después de las elecciones del 28J apostó a una estrategia de movilizar a su electorado. Machado deseó que sea “un día de unión de todos los que les duele lo que pasa en Venezuela” y comentó que ya confirmaron su participación personas de “318 ciudades del mundo”. “Esto no tiene vuelta atrás. Será un grito de unión de toda Venezuela”, para hacer “valer la verdad”, concluyó