“Entramos a la cueva de los vendepatria”, dijo Gustavo Salle cuando supo que su partido, Identidad Soberana, había logrado dos bancas en el Congreso uruguayo. En ese momento llevaba puesta una remera con la leyenda: “Meteos vuestra Agenda 2030 por el culo”. Es abogado penalista de profesión y, aunque es catalogado por muchos como un “antisistema” o “antipolítico”, lo cierto es que hace rato transita esos caminos: comenzó a militar en su juventud en el Frente Amplio (FA) hasta que se alejó en 2004, se afilió al Partido Verde Animalista hasta que fundó el suyo propio. Se hizo conocido por instar denuncias de corrupción contra el FA, hizo movilizaciones antivacunas durante la pandemia y está en contra de la Agenda 2030. También fue candidato a presidente y ahora llegó a la Cámara de Diputados, en donde será una pieza clave en las negociaciones.
Tras los resultados en las elecciones del último domingo en el país vecino, dejaron un estrecho triunfo para el Frente Amplio ante el bloque de la oficialista Coalición Republicana -que incluye al Partido Nacional, Independiente, Colorado y Cabildo Abierto- que podrían llegar a necesitar de sus votos en caso para avanzar en las respectivas propuestas legislativas. El primero, consiguió en la Cámara de Diputados 48 de 99 bancas (necesita 50 para la mayoría) y 49 para el total de la Coalición. En el Senado, el FA sí consiguió la mayoría de los 30 escaños: se quedó con 16, contra 14 del actual oficialismo.
Ese estrecho margen explica los llamados que Salle contó haber recibido en los últimos días, entre los bandos que se disputarán el balotaje el próximo 24 de noviembre. Uno fue por parte del mismo candidato a la presidencia por el Partido Nacional, Álvaro Delgado; y otro de un sindicalista cercano al frenteamplista Yamandú Orsi, que se ofreció hacer “un puente”.
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Salle contó la conversación a el diario El País, de Uruguay: “Delgado me llamó el martes para hablar del balotaje. Me dijo: 'Hola, Gustavo'. Y me salió en el celular que era él. '¿Qué tal, cómo andás Álvaro', le respondí. Yo sabía que me iba a llamar, si tengo la llave (de la Cámara de Diputados). Tengo 64.735 votos, ¡qué no me va a llamar!”, dijo.
Y siguió: “‘Te llamo por el tema’, me dice. ‘Esta todo bien, pero vos ya sabés todo lo que yo dije (…) Yo voy a votar anulado’, le contesté. Y me dice: ‘Bien, ¿pero qué vas a hacer con tus militantes? ¿Les das libertad?’ ‘No les doy, tienen’. ‘¿Pero vas a exhortar?’ ‘Y bueno, voy a tener un comportamiento referencial’. ‘¿Y qué vas a hacer si te llama Orsi?’. ‘Le voy a contestar lo mismo que a vos’”.
Durante esta semana, Orsi al ser consultado sobre la posibilidad de hablar con Salle sostuvo que está dispuesto a “conversar con todo el mundo”. Desde ese lado, quien se comunicó con el electo diputado fue el dirigente sindical Gusavo Ricci, que se ofreció de “puente”. La respuesta por parte de Salle fue igual que con Delgado: “Acá los que precisan un puente son ustedes, no yo”.
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Salle y el Parlamento
En una entrevista en el día de la votación publicada en Búsqueda, Salle consideró que el Parlamento de su país está “dominado por un partido único”. A su entender, “todo eso de la coalición, blancos, colorados, Frente Amplio es todo mentira. Es un verso. Ellos son el partido único del nuevo orden mundial, son la aplicación de la agenda 2030, es el statu quo del colonialismo, del imperialismo, del extractivismo, de la corrupción, del Estado narcoforestal”, dijo en un discurso que va de la mano con las extremas derechas europeas, nacionalistas y conservadoras.
Dos preguntas después, ante la consulta de si moderaría su discurso reconoció que usaría “una terminología técnica” porque no puede hablar de “contrato coimero”, pero sí decir: “Conforme a los indicios de la metodología utilizada y la falta de consulta al pueblo, habría elementos que podrían hacernos pensar en una conducta criminal”.
Cómo se hizo conocido
El abogado penalista de 66 años militó en el partido que en algunas entrevistas llama de “Fraude Amplio” entre 1971 y 2004. Se postuló a la presidencia por el Partido Verde Animalista y, en 2022, fundó Identidad Soberana. Tomó relevancia mediática cuando denunció al exvicepresidente Raúl Sendic por “usurpación de título” universitario por su militancia contra la instalación de una planta de celulosa de una empresa finlandesa.
Fue por más durante la pandemia: convocó a movilizarse contra las vacunas de CoviD-19 durante la pandemia de 2020, cuando se viralizó su imagen con un megáfono; y hasta llegó a prender fuego su título de doctor en Derecho y Ciencias Sociales durante un vivo de Facebook.
Según contó a una entrevista a El País, decidió meterse en política cuando falleció su madre. "El 15 de enero (de 2019) falleció mi madre, la enterré y cuando estaba bajando el cajón a la tierra, advertí la transitoriedad, lo efímero que es el pasaje de un ser humano por la faz de la tierra. Ante la inmundicia que se está recreando en mi patria, no estuve dispuesto a morir como un viejo cobarde, estoy dispuesto a morir para dejarle un Uruguay mejor a mis tres nietos. El Uruguay que está construyendo el Fraude Amplio (Frente Amplio) es una inmundicia, es la corrupción, es el neocolonialismo, es el extractivismo y es la venta de la patria. No me puedo morir como un viejo cobarde", dijo entonces.