Joe Biden no es ajeno a la pelea por la Casa Blanca. Tal vez, es la primera vez que lo encuentra en el centro de la batalla, pero sus más de 40 años dedicados a la política de Estados Unidos le dan la experiencia para dar el salto y convertirse en presidente. Quien fue vicepresidente con Barack Obama hoy es la principal esperanza opositora para evitar que Donald Trump obtenga su reelección.
Para sus seguidores, "el tío Joe" es un experto en política exterior con décadas de experiencia en Washington, un hombre cercano, de clase trabajadora, cuyo encanto llega con facilidad a la gente común. Es además un hombre que ha superado con valor terribles tragedias personales que, según comentan sus allegados, lo transformaron en una persona sumamente empática que conecta con el dolor ajeno. No es una característica más en un contexto en el que el coronavirus mantiene un saldo de más de 200 mil víctimas fatales en Estados Unidos.
Este "superpoder de la empatía", dicen sus simpatizantes, le puede ayudar en sus aspiraciones para el próximo 3 de noviembre, cuando podría convertirse en el presidente más viejo de la historia en su toma de posesión, a los 78 años.
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¿Quién es Joe Biden?
Joe Biden, de 77 años, se crio en una familia de clase trabajadora y de creencia católica. De su madre recuerda su fuerte compromiso con la justicia social y de su padre, una frase que le repetía una y otra vez como consejo de vida: "Levántate, levántate después de haber sido derribado". Una lección que Biden aprendió no solo de boca de su padre sino por propia experiencia.
Recién cumplidos los 30 años, Biden se había convertido en abogado, estaba casado con Neilia, y tenía tres hijos -Beau, Hunter y Naomi. También acababa de ganar un escaño en el Senado de EE.UU. por el estado de Delaware. Se iniciaba así una carrera de más de 40 años en la política estadounidense.
La muerte de la esposa de Joe Biden
Días antes de navidad de 1972, Biden estaba en Washington DC entrevistando a personal para su despacho cuando recibió una devastadora llamada. "Su esposa e hija han sufrido un terrible accidente. Tiene que regresar a casa", dijo la voz al otro lado de la línea. Biden supo en ese momento que su mujer había muerto.
Posteriormente se conocieron los detalles del accidente. Neilia y los tres niños volvían de comprar el árbol de Navidad cuando un camión que transportaba mazorcas de maíz chocó lateralmente con su auto.
La mujer, de 30 años, y la hija pequeña, Naomi, de 13 meses de edad, murieron. Los niños (Beau, de 3 años, y Hunter, de 2) resultaron gravemente heridos y fueron hospitalizados. Empezaba una etapa de dolorosos contrastes en la vida de Biden.
Siguiendo el consejo de sus allegados, Biden se entregó a su trabajo como senador, que desempeñaría durante más de 30 años. Pero también le prestó atención a su vida personal. En marzo de 1975, salió en una cita concertada por su hermano Frank con Jill, estudiante de último curso en la universidad.
Jill y Joe se casaron en 1977 para alegría de Beau y Hunter, que se habían encariñado casi de inmediato con ella. En 1981, la pareja tuvo una hija, Ashley. Sin olvidar el recuerdo de Neilia y Naomi, Biden sintió que su familia volvía a estar completa. Hasta que se vio sacudida por una nueva tragedia.
La muerte de su hijo, Beau Biden
Beau Biden no siguió los pasos políticos de su padre. Desplegado con la Guardia Nacional a Irak en 2008, Beau fue fiscal general del estado de Delaware por dos períodos. En el desempeño de ese trabajo conoció a la senadora Kamala Harris, entonces fiscal general de California y actual candidata a la vicepresidencia de EE.UU. La relación de amistad y mutua admiración entre Beau y Kamala fue uno de los factores que motivó a Biden a elegir a Harris como compañera de fórmula.
Cuando en 2013, los doctores le diagnosticaron a Beau una rara forma de cáncer cerebral, los Biden intentaron no perder el ánimo, pese al desalentador pronóstico. El exvicepresidente plasmó los detalles de cómo fueron los dos años de enfermedad de su hijo en el libro Promise me, Dad ("Prométeme, papá") publicado en noviembre de 2017.
"Una noche, cuando estaba claro que las probabilidades no eran buenas, Beau me pidió que me quedara en su casa después de cenar. Me dijo: 'Papá, sé que me amas más que nadie en el mundo. Pero prométeme que estarás bien. Yo estaré bien, papá'. Estaba cara a cara con la muerte. Me vio sufrir la pérdida de su madre y hermana. Y no quería que me encerrara en mí mismo. No quería que me rindiera ante la dureza de la vida", relató en un fragmento.
Para este entonces, Biden era vicepresidente en el gobierno de Barack Obama. En aquel momento se había planteado pelear entonces por la presidencia de su país, pero la muerte de Beau le hizo descartar esa opción, en contra incluso de la voluntad que había expresado su hijo.
El camino a la presidencia
De forma constante las encuestas han estado dando a Biden una ventaja de entre 5 y 10 puntos por encima de Trump en la carrera por la Casa Blanca. Sin embargo, aún queda un largo camino que recorrer, y las consultoras ya han demostrado que son sumamente falibles.
Ambos candidatos ya han chocado por sus posturas ante la ola de protestas por la violencia policial en contra de los afroestadounidenses, así como por el manejo que ha hecho el gobierno de la pandemia del coronavirus. Incluso el uso de mascarillas se ha convertido en un tema político, en el que Biden parece hacer un esfuerzo para ser fotografiado usándolas mientras Trump ha asumido la postura contraria.
Pero, más allá de las pequeñas peleas y del manejo de imagen propio de las campañas electorales, en esta competencia hay muchas cosas importantes en juego. Si Biden gana, será el momento de coronación para una larga y ajetreada carrera política. Si pierde, le dará cuatro años más en la Casa Blanca a un hombre de quien él piensa que "carece totalmente de las condiciones para ser presidente de Estados Unidos", alguien en quien simplemente "no se puede confiar".