El presidente electo de Estados Unidos Joe Biden amplió su ventaja sobre Donald Trump, luego que haya finalizado el recuento de todos los estados del país. El demócrata se quedó con una plaza muy importante como Georgia, donde desde hace más de 20 años que no triunfaba un candidato de esta procedencia política.
Con el triunfo en Georgia, tradicional bastión republicano, el demócrata sumó 16 votos adicionales en el Colegio Electoral y escaló hasta los 306, 36 más de los requeridos para ganar la presidencia. Ante lo ajustado del resultado en Georgia comenzó un recuento manual de votos que no cambió la ecuación.
En la noche del jueves, Biden también fue declarado ganador en Arizona, estado tradicionalmente conservador que solo dos demócratas habían ganado previamente. Este viernes también se proyectó la victoria de Trump en Carolina del Norte, con lo que cuenta con 232 votos del Colegio Electoral.
El resultado es exactamente el mismo pero a la inversa de las elecciones de 2016, cuando Trump se impuso por sobre Hillary Clinton. Aún así, el republicano quiso poner en duda los comicios, luego de denunciar la existencia de un supuesto fraude electoral sin aportar evidencias.
Trump no reconoció la derrota ante Biden
En su primera intervención pública luego de la denuncia de fraude, Trump insistió en no reconocer la derrota en medio de un discurso para descartar un regreso a la cuarentena: "Pase lo que pase en el futuro, quién sabe qué administración será, no habrá cierre (por la suba de contagios), supongo que el tiempo lo dirá".
Usualmente, el nombre del ganador de las elecciones presidenciales estadounidenses se conoce la misma noche de la jornada electoral, que en esta ocasión fue el 3 de noviembre. Sin embargo, los comicios fueron más complejos de lo usual por la pandemia del coronavirus, que impulsó a millones de ciudadanos a votar por correo o de forma anticipada.
Se estima que unos 100 millones de estadounidenses habían ejercido su derecho de esta forma antes de la fecha de la elección. Esta cifra sin precedentes impactó en el proceso de cómputo de resultados pues en algunos estados no se permitió contar estos votos sino hasta el mismo día o, incluso, hasta después de concluida la jornada electoral.