Joe Biden y Donald Trump se encaminan a reeditar la disputa electoral como lo hicieron hace cuatro años en Estados Unidos. En el caso del mandatario actual, la campaña está marcada por las dudas que generaron algunos episodios que pusieron en duda su salud, y en el del republicano por las causas judiciales que enfrenta. En ese contexto, es el ex presidente el que lleva la delantera en las encuestas para la elección del 5 de noviembre. En medio de los cuestionamientos por la edad de los candidatos, 81 y 77 respectivamente, queda claro que ni el Partido Demócrata ni el Republicano han podido avanzar en un recambio generacional y ofrecer una propuesta más atractiva o distinta.
“Justo después de mi elección, fui a lo que llaman una reunión del G7 con todos los líderes de la OTAN. Me senté y dije: ´Estados Unidos ha vuelto´ y Mitterrand de Alemania, quiero decir, de Francia, me miró y dijo: ´¿Sabes por cuánto tiempo regresarás?´”, aseguró Biden hace menos de un mes, al confundir al presidente actual francés, Emmanuel Macron, con el ex mandatario muerto hace más de 20 años. Este episodio se suma a otros en los que ha confundido la muerte de su hijo o que se lo ha visto desorientado en algunos eventos oficiales y que ha desembocado en fuertes cuestionamientos dentro del Partido sobre su capacidad para competir en la elección de este año.
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Esos episodios generaron roces dentro del propio Partido Demócrata entre quienes sostienen que Biden no debería ir por la reelección y quienes consideran que la administración en indicadores económicos fue buena y se debe respetar la decisión del mandatario. Sin embargo, la discusión no solo fue a puertas cerradas dentro del movimiento, sino que a nivel nacional según la encuesta realizada por The New York Times y Siena College, al menos el 56% creen que Biden es demasiado grande. Especialmente si se piensa que terminaría un segundo gobierno con 85 años.
Si bien en el caso de Trump parecieran ser menos las críticas a su edad, lo cierto es que solo tiene cuatro años menos y también ha tenido situaciones como caídas o momentos en los que se ha puesto en duda su estado para dirigir nuevamente el país. De hecho, esta semana salió una encuesta de Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research donde sostienen que seis de cada diez estadounidenses desconfían de las facultades mentales de los candidatos para llevar adelante otra administración, en el caso de Biden es un poco más alta del 63% pero el ex mandatario no se queda muy atrás, con el 57%.
Sin nuevos liderazgos
“A Biden se le nota bastante más la edad avanzada y se ha convertido en tema en la campaña, cuando algo se convierte en tema es un poco irreversible el escenario. Además de que tiene algunos pocos años más y que a Trump se le nota menos, tiene evidentemente otra energía, otro nivel de agresividad y eso lo hace menos vulnerable a esta crítica, pero sí, el común denominador es que tenés dos partidos que no fueron capaces ni tuvieron un gesto en dirección hacia una renovación de sus liderazgos”, afirmó a El Destape el investigador del CONICET y profesor de teoría política en la Universidad de San Martín (UNSAM), Martín Plot.
Al ser consultado por qué no hubo un recambio generacional, Plot recordó que en el caso de Biden ya existían cuestionamientos sobre su edad en la campaña anterior, pero él se había presentado como un mandatario de un solo gobierno. "Me veo a mí mismo como un puente. Hay toda una generación de líderes detrás de mí y ellos son el futuro de este país", decía el ahora presidente en 2020, cuando estaba parado al lado de la actual vicepresidenta, Kamala Harris, en lo que parecía una clara alusión a que ella podría sucederlo. Sin embargo, el especialista sostiene que la funcionaria no alcanzó la popularidad que se esperaba que pudiera generar como para ser la sucesora.
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“Cuando un presidente decide que va por la reelección es muy difícil que algún candidato que tenga alguna chance se lance a competir contra él. Había un par de nombres como el gobernador de California Gavin Newsom, pero si él (Biden) dijese me parece que debilito el partido, apoyo a una primaria, ya es un poco tarde igual, seguramente habría más de uno que se ofreciese, pero no eran débiles necesariamente sino que es una situación estructuralmente de debilidad si te vas a presentar contra un incumbent (mandatario en funciones) que no fue un presidente malo y no tiene tampoco una oposición fuerte dentro del partido como tenía Hillary”, señaló Plot sobre por qué no surgieron otros contrincantes de peso a Biden, de un candidato que según explica el especialista no genera tanto rechazo ni siquiera en el sector más progresista del movimiento.
Es interesante, como sostuvo Plot y sostienen varios analistas que paradójicamente la administración del Demócrata no fue mala en términos económicos, creció el empleo, bajó la inflación, hubo crecimiento económico, entre otros datos que podrían citarse. Sin embargo, en ese contexto pareciera que el tema migratorio, muy fogoneado además por Trump, y la edad del mandatario se colaron de lleno en la campaña. Aunque con más fuerza este segundo, ya que el tema de la migración puede no ser algo que tenga demasiada repercusión en los seguidores demócratas. Sin embargo, la popularidad del mandatario va en descenso.
En el caso del Partido Republicano, la situación por la que no hubo un recambio es completamente distinta. Tras la toma del Capitolio del 6 de enero del 2021, todo parecía indicar que Trump perdería apoyo y que los republicanos que nunca habían gustado de su estilo, los más tradicionales, iban a ganarle la batalla. Sin embargo, las causas judiciales le han servido al ex mandatario para agitar más el discurso de “caza de brujas” y generar aún más apoyo en su base dura, y el ala más moderada parece haber quedado completamente derrotada.
Dos casos que podrían enumerarse como parte del sector más tradicional, puede ser por un lado Nikki Haley, su ex embajadora en la ONU, que compitió en la primaria contra Trump hasta esta semana cuando después del supermartes declinó su candidatura. La además ex gobernadora de Carolina del Sur buscó durante toda la campaña marcar un liderazgo distinto al del ex presidente y se presentó como la candidata que alzaba la voz de quienes no habían sido escuchados. Si bien se podría decir que en la primaria logró captar en algunos estados por encima del 20% y quedarse con algunos como Columbia o Vermont, primó el fuerte respaldo al líder republicano, que además se vio envalentonado con la encuesta reciente de New York Times que lo da 5 puntos arriba de Biden.
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El otro caso que puede citarse es el del senador y jefe de la bancada republicana, Mitch McConnell. El legislador conocido por sus diferencias con Trump, anunció recientemente que no será más jefe de su bancada y en torno a su renuncia gravitan dos ideas que se dan en la coyuntura de la campaña. Por un lado el de su edad, 82 años, y que así como Biden había tenido episodios en los cuales se quedó completamente callado y desorientado, y por otro lado, que había sido uno de los más críticos con lo que sucedió en la toma del Capitolio. Por lo cual, su renuncia también fue vista como una victoria más del ex jefe del ejecutivo y de los más radicalizados dentro del Partido.
“En el caso de Trump es hiper popular en una base dura, de trumpistas convencidos y fieles y un cordón más periférico de votantes más tradicionales que preferirían que no fuese él el candidato, pero de todas maneras esa gente va a votarlo. Trump tiene menos problemas a pesar que tiene las causas judiciales que le dan la oportunidad de estar todo el tiempo en la en el centro de la escena, así lo leyó él y creo que lo leyó con astucia”, agregó Plot sobre la popularidad de Trump, que lo sitúa incluso arriba en las encuestas y que hace de cada una de sus acusaciones un espectáculo que apoyan sus seguidores.
Con unas primarias poco competitivas y muy distinta a las de años anteriores como cuando competían Hillary y Barack Obama, la campaña electoral si bien genera atracción porque son dos posturas completamente opuestas, posiblemente, esté atravesada por los cuestionamientos en base a la edad y a que ninguno de los dos grandes partidos en un contexto de crecimiento de la antipolítica, logró ofrecer un recambio y las opciones serán las mismas, continuidad de Biden o el regreso de Trump. Este último con más chances de hacerse con la presidencia, según los sondeos, pese a las denuncias en su contra.