Rodolfo Hernández, de 77 años, se presentó a las elecciones con la Liga de Gobernantes Anticorrupción y disputará la presidencia de Colombia ante Gustavo Petro, de la coalición izquierdista del Pacto Histórico el próximo 19 de junio. Hernández, que llega a la disputa con un discurso populista de anticorrupción y de "seriedad fiscal", estuvo al frente de la alcaldía de Bucaramanga, capital del departamento de Santander, al norte del país, pero se presentó en estas elecciones como un “outsider” de la política. “Hoy sabemos que hay una voluntad ciudadana firme para acabar con la corrupción como sistema de gobierno”, dijo en un discurso que leyó tras conocerse el resultado final que en el preconteo con el 99,16% de las mesas informadas lo ubica con el 28,20% de los votos, es decir unas 5.931.722 personas que votaron por su fórmula.
“Hoy perdió el país de la politiquería y la corrupción. Hoy ganó la ciudadanía. Hoy ganó Colombia. Ahora entramos al segundo tiempo y estos próximos días serán decisivos para determinar el futuro del país”, sostuvo el candidato. En el último tramo de la campaña, decidió alejarse de las cámaras y de los debates televisivos. La razón: las encuestas avizoraban la posibilidad de disputar la presidencia de Colombia ante el conservador Federico “Fico” Gutiérrez, por Equipo por Colombia.
Además, hizo una lectura de lo que significa el resultado de estas elecciones: “Soy consciente de la necesidad de unir a nuestro país en el camino de cambio que hoy se ha hecho evidente contundentemente. Y Soy consciente de las dificultades que vendrán cuando asuma la presidencia”.
“No soy ajeno respecto a las resistencias que habrá frente al gobierno que ha decidido acabar con la politiquería y la corrupción especial por parte de quienes se han sentido dueños de este país. Soy consciente de que será el pueblo colombiano el que me acompañe en la defensa de las decisiones que debo tomar. Y será este pueblo quien construirá la victoria en segunda vuelta”, dijo Hernández al dirigirse a sus contrincantes.
También, le habló a su electorado, a quienes les agradeció y les llamó a acudir a las urnas en el balotaje: “Cuento con ustedes para ganar en segunda vuelta así poder concretar este gran camino que ustedes han concretado hoy”, señaló y cerró con un “Viva Colombia”.
Hernández es un empresario inmobiliario, millonario que ama la controversia y que ha logrado escalar en las encuestas en la recta final de la campaña. Es, dicen, un espejo del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Colombia, aunque hay quienes le ven también como una versión mayor de Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, tal como lo definió la periodista colombiana Catalina Oquendo en una nota para el diario español El País.
Además, es conocido como “el viejito de TikTok”, la red social que le dio popularidad y que le permitió llegar a una población colombiana desencantada con la política tradicional del país. Según definió ante El Destape la periodista de La Silla Vacía, Tatiana Duque, este candidato “no representa el enemigo habitual de Petro, que es la derecha, sobre la cual él ha basado su discurso: ‘no voten por el heredero de Duque’”, por lo que de ahora en adelante habrá que ver cuál es la estrategia discursiva que desenvolverá el candidato izquierdista para disputarle el Ejecutivo Nacional.
El candidato por la Liga de Gobernantes Anticorrupción, también, enfrenta acusaciones y una investigación de la Fiscalía General de Colombia por supuestamente haber intervenido desde su cargo en la adjudicación de un contrato para el tratamiento de tecnología alternativa en el manejo de basuras. Es conocido por su estilo temperamental: hay registros en las redes sociales de sus reacciones violentas, en especial, cuando le pegó a un concejal en medio de una discusión política. En el último tramo de la campaña, en tanto, un juzgado le impuso una orden por desacato por la que deberá permanecer cinco días en prisión.