El primer debate presidencial de cara al balotaje del 30 de octubre que definirá el futuro político de Brasil comenzó con una discusión sobre políticas sociales. Por un lado, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva defendió sus dos mandatos como el momento de "más inclusión social de la historia del país", mientras que el actual mandatario Jair Bolsonaro reivindicó las ayudas que distribuyó durante los meses más duros de la pandemia de Covid-19 y los comparó con el programa emblema del petismo: Bolsa Familia.
La estrategia de Lula en este debate fue mantenerse más tranquilo que en el anterior, antes de la primera vuelta, enumerar los logros de sus Gobiernos y luego contrastarlos con lo que hizo Bolsonaro. "¿Cuántas construyó usted?", "¿Qué hizo usted?" Ante los datos y las preguntas concretas del líder del Partido de los Trabajadores (PT), el presidente tuvo varios silencios incómodos y osciló entre cambiar el tema y acusar a su rival electoral de mentir. Con el pasar del tiempo, Bolsonaro fue mejorando y logró en más de una ocasión hacer enojar a su rival electoral y recuperar el ritmo de la discusión. Hacia el final, incluso, quedó más de siete minutos hablando solo porque el líder petista se quedó sin tiempo.
Dado el aumento innegable de la pobreza en Brasil, que llevó al país a volver al Mapa del Hambre de la ONU, de donde había salido tras el Gobierno de Lula, la política social se convirtió en un eje central de la campaña presidencial. Ambos candidatos se reivindicaron como defensores de los más pobres.
Lula recordó que la inclusión social de su Gobierno no se dio solo con ayudas directas, sino que construyó universidades y escuelas técnicas en todo el país. "¿Cuántas universidades o escuelas técnicas construyó durante su Gobierno", lo desafío y se adelantó a decir que una sola que ya había sido aprobada en el Gobierno de Dilma Rousseff. Bolsonaro eligió no responderle y aseguró que las ayudas sociales durante el confinamiento de la pandemia -"que fue decretada por muchos gobernadores de su partido, no por mi"- "representaron 15 Bolsas Familias", en referencia al programa de transferencia de ingresos que logró sacar a millones de personas de la pobreza durante los años de los Gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT).
De entrada, Lula buscó marcar el ritmo del debate y salió detrás del atril, caminó hasta la cámara y le habló directamente a los televidentes a los ojos. Ante este gesto, Bolsonaro no pudo quedarse atrás y lo imitó, lo que los dejó a los dos al borde del set televisivo, de pie. En el caso del mandatario, le costó encontrar la cámara y, como evitó en todo momento mirar a la cara a su rival electoral, habló moviendo constantemente el cuello.
El segundo tema que crispó el clima del debate fue la gestión de la pandemia. Lula le cobró su falta de confianza en la ciencia y su promoción de medicamentos no probados. "Yo mismo perdí una suegra por el Covid", aseguró el ex mandatario y se hizo un silencio doloroso. Luego, Bolsonaro no respondió a esa declaración y continuó defendiendo su Gobierno: "Salvamos las vidas de millones de brasileños", sentenció y destacó la campaña de vacunación, aunque Lula lo había criticado por retrasar el inicio del desarrollo y compras de las dosis, e incluso le recordó que hubo denuncias de corrupción en ese proceso.
Luego debatieron sobre el crimen organizado y la violencia, a pedido de Bolsonaro. "Llegamos nosotros y el ministro Sergio Moro para reducir el número de muertes violentas", aseguró el mandatario y repitió una mentira que suele repetir su campaña: la mayoría de los presos vota por Lula. Moro, quien abandonó el Gobierno de Bolsonaro acusándolo de tratar de interferir en las investigaciones de la Policía Federal, apareció esta noche como parte del equipo que asesoró al mandatario en el debate.
Bolsonaro intentó vincular a Lula al narcotráfico por hacer campaña elecotral en las favelas de Rio de Janeiro mientras que el líder del Partido de los Trabajadores rebatió diciendo que el jefe del Estado está vinculado al crimen organizado de los parapoliciales de ultraderecha que mató a la concejala Marielle Franco en Río de Janeiro en 2018.
"Bolsonaro sabe que quien cuida al crimen organizado no soy yo. Quien tiene una relación con los milicianos no soy yo. El sabe quién es. El mismo crimen organizado que está relacionado con la muerte de Marielle (Franco)", denunció Lula, en referencia a la concejala de Río de Janeiro asesinada en 2018. Luego, el ex mandatario volvió a intentar centrar el debate en la cuestión social y agregó: "Soy el único presidente de la república que tengo el coraje de entrar a una favela" y recordó sus recientes actos de campaña en Río de Janeiro.
Cuando discutieron sobre infraestructura, Lula volvió a repasar todas las obras que cambiaron estructuralmente a Brasil y finalizó con un nuevo desafío a Bolsonaro: "¿Vos pensás que un nordestino que está viendo cree que vos llevaste agua, que hiciste vías. ¿Dónde hay un proyecto tuyo?" El mandatario desvió nuevamente la respuesta y criticó al Gobierno de Dilma Roussefff y llamó mentiroso al ex presidente.
El segundo bloque fue más incómodo para los dos candidatos. Los dos esquivaron las preguntas sobre fake news -ambas campañas fueron acusadas por el Poder Judicial de difundir informaciones falsas- y sobre la compra de votos del bloque mayoritario en el Congreso conocido como "Centrao". Bolsonaro fue categórico y aseguró: "Nunca compré votos". Además sentenció: "Si usted recibió dinero de mi presupuesto secreto, usted va a votar conmigo. ¿Es lógico o no es lógico? Es lógico", le dijo Bolsonaro al periodista
Por su parte, Lula intentó mostrarse como jefe de Estado y sostuvo: "Un presidente va a gobernar con el congreso con el que fue electo y eso vale para todos los presidentes."
Lula también cruzó a Bolsonaro con dos temas que han sido centrales en esta campaña: criticó la privatización de la petrolera estatal Petrobras -aseguró que "no sirve para nada"- y también atacó la propuesta de ampliación de la corte suprema del oficialismo: "Poner un compañero, a alguien partidario en la corte es un retroceso, un error. Conmigo no habrá un debate sobre cambiar a la corte. A la corte hay que entrar por competencia, por currículum." El mandatario, por su parte, acusó al PT de también haber buscado la ampliación del máximo tribunal y reiteró sus críticas a la cúpula del Poder Judicial, con quien tiene una fuerte confrontación hace meses.
En el bloque sobre educación, Lula denunció que los más pobres fueron los que menos aprendieron durante la pandemia porque no tenían internet en sus casas, a lo que Bolsonaro respondió que él no quería que los estudiantes estuvieran confinados: "A los niños les llevaba tres años para ser alfabetizadas, ahora en nuestro gobierno lleva seis meses. La gran diferencia está ahí, no decimos lo que vamos a hacer, mostramos lo que estamos haciendo."
Por momentos, Lula perdió la tranquilidad que buscó imprimirle a este debate. Uno de esos momentos fue cuando Bolsonaro justificó la privatización de algunas empresas públicas por la corrupción que fue demostrada por la Justicia. Apuntó especialmente a Petrobras. "Transformé a Petrobras en la segunda mayor empresa de energía en el mundo y eso hizo que tuviéramos autosuficiencia (energética)", aseguró el ex mandatario y agregó: "Los responsables lo reconocieron y fueron juzgados, pero para combatir la corrupción, no tenía que cerrar empresas, privatizar empresas."
Hacia el final, Bolsonaro buscó presionar a Lula para que diera su opinión sobre los Gobiernos de Venezuela y Nicaragua, dos temas recurrentes en su campaña. El ex presidente evitó entrar en esa discusión y luego se quedó sin tiempo para responder. "Por qué en pocas ciudades brasileñas tienen metro y Venezuela tiene metro pagado con nuestro dinero", lo desafió el mandatario y eso habilitó a su rival para pedir tiempo extra para responder: "Bolsonaro continúa mintiendo porque yo voy a gobernar este país, porque el pueblo necesita alguien que lo cuide."
Para el cierre de la noche, cada candidato resumió su propuesta. El mandatario Bolsoanro dijo sí a la familia, a la propiedad privada, al derecho a la legítima defensa y no a las drogas, al aborto y a la corrupción. Lula, en cambio, se concentró en una promesa: "Quiero gobernar este país democráticamente, dando prioridad a los problemas de la gente porque en este país hay 31 millones de personas pasando hambre."