Si algo dejó en claro la elección de Brasil este domingo es que el electorado es cada vez más difícil de anticipar e interpretar. Reconocidas encuestadoras como Datafolha o Ipec de la TV Globo pronosticaron hasta último momento una amplia diferencia entre el ex presidente y líder del Partido de los Trabajadores (PT), Luiz Inácio Lula da Silva, y el actual mandatario, Jair Bolsonaro, pero, por el contrario, la sorpresa fue el estrecho margen entre uno y otro. Cerca de las 21:30hs y con el 97 por ciento de los votos escrutados, el Tribunal Superior Electoral afirmó que la elección estaba "matemáticamente definida" y anunció el ingreso a la segunda vuelta.
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"Los votos de Lula están dentro de las posibilidades que marcaban las encuestas", dijo en diálogo con El Destape Mauricio Santoro, profesor del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, en referencia al entre 48 por ciento/ 50 por ciento que asignaban a Lula los principales sondeos, pero marcó la sorpresa en torno al caso de Bolsonaro. "Lo que pasó es que las encuestas daban a Bolsonaro entre un 35 por ciento y 38 por ciento pero tuvo 44. Mucho más de lo que cualquiera podía imaginar", agregó el doctor en Ciencia Política por el Instituto de Estudios Sociales y Políticos.
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Una primera respuesta para entender de dónde salió ese caudal de votos "inesperado" tiene que ver -según Santoro- con los candidatos que quedaron en tercer y cuatro lugar: Simone Tebet y Ciro Gomes. "No salieron de Lula", enfatizó Santoro. El doctor en Ciencia Política señaló que tanto Tebet como Gomes hicieron un peor desempeño del que vaticinaban los sondeos. De hecho el de Gomes fue su peor resultado de las cuatro ocasiones en las que peleó por la jefatura del Planalto. Este domingo sacó algo más del 3 por ciento cuando las mediciones le daban cerca del 5; mientras que Tebet sacó 4,1 por ciento y las encuestas la acercaban al 5 o 6.
"Los votantes de Tebet y Gomes prefirieron elegir ahora a los candidatos que iban a elegir en segunda vuelta y parece que muchos optaron por Bolsonaro", explicó Santoro. También es llamativo el alto porcentaje de votos en blanco y abstenciones, que en total alcanzaron el 25 por ciento, el número más alto desde las elecciones de 1998.
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Hay bolsonarismo para rato
Bolsonaro tuvo, sin dudas, una mejor elección de la que esperaba, sobre todo en el Congreso donde varios de sus ex ministros y hasta su vicepresidente fueron beneficiados con una banca. "Es una importante victoria para Bolsonaro porque hoy se diseñó un Congreso que tendrá un perfil muy conservador. El mensaje general de esta primera vuelta es que Bolsonaro y su movimiento político tienen raíces más fuertes de lo que todos pensábamos", opinó Santoro y agregó: "Hay algo que las encuestas no supieron captar".
Entre algunos de los que fueron elegidos para la nueva legislatura se destacan el vicepresidente Hamilton Mourao, que fue electo senador por Río Grande do Sul, y sus pares Tereza Cristina y Damares Alves, ex ministras de Agricultura y de la Mujer y Familia, respectivamente. Además, se hizo de un curul el ex juez Sérgio Moro, el encargado de llevar adelante la operación de lawfare contra Lula.
Para el profesor de Relaciones Internacionales, si bien Lula tuvo una "importante victoria", también "sabe a derrota" porque la expectativa era que la diferencia fuera de al menos diez puntos entre los dos principales candidatos. "Vamos a tener una segunda vuelta más difícil de lo que imaginábamos y también más tensa. Con más riesgo de violencia porque Bolsonaro no va a aceptar los resultados si pierde".
La lectura que hace Santoro es un Bolsonaro fortalecido y una correlación directa de ese entusiasmo en sus bases que -sugiere- pueden insistir con mensajes desestabilizadores que tomen como ejemplo la falla en las encuestas para sembrar dudas sobre el sistema electoral.
En este escenario, con un Bolsonaro que sacó ocho puntos más de lo esperado y que ya puso quinta para entrar en la segunda vuelta, el desafío de Lula -para Santoro- está en interpelar a la clase media de los estados del sudeste y centro-sur de Brasil, donde están las clases más ricas, más desarrolladas y los representantes del agronegocio. "Lula tuvo una campaña correcta, una coalición amplia, un discurso moderado pero eso no fue suficiente. Creo que el problema es que Lula no logró comprender la fuerza de las raíces sociales del bolsonarismo", opinó.