La campaña en Brasil arrancó en quinta: guerra de apoyos y lluvia de fondos federales

Lula sumó el apoyo de ex candidatos de la primera vuelta y referentes nacionales, pero Bolsonaro se anotó el respaldo de los gobernadores de los tres estados más poderosos política y económicamente. El PT intenta combatir las mentiras del bolsonarismo y ambas campañas se concentran en el voto cristiano.

06 de octubre, 2022 | 00.05

A tres días de la primera vuelta electoral, tanto el lulismo como el bolsonarismo pusieron quinta y se lanzaron a una campaña electoral que será breve, intensa y en la que ambas partes ya dejaron claro que se juegan todo, su presente y su futuro. Tienen solo 25 días antes que los 156 millones de votantes del país vuelvan a las urnas y definan quién será el próximo presidente y cómo quedará el mapa de gobernadores. Mientras desde el oficialismo del presidente Jair Bolsonaro se concentraron en reforzar su base aliada evangélica, su estrategia de fake news y garantizarse un armado de apoyos a nivel de gobernadores en los estados política y económicamente más importantes, la oposición encabezada por Luiz Inácio Lula da Silva consiguió alianzas con ex rivales de la primera vuelta y referentes más simbólicos que poderosos, salió a combatir una y cada una de las fake news, por ridículas que parezcan, y buscó recuperar el optimismo.

"Hay que tener cuidado con el clima que se está creando en el campo democrático, el campo de Lula y contra Bolsonaro. Se creó una expectativa para la primera vuelta porque las encuestas decían que era posible. Pero no porque vamos a una segunda vuelta es que debemos desesperarnos y pensar que todo está perdido. No es así. Hay que analizar fríamente los resultados para entender mejor los desafíos que hay por delante. Lula sacó seis millones de votos más que Bolsonaro. Para que Bolsonaro iguale, tiene que conseguir la gran mayoría de los votos de las personas que apoyaron la tercera vía, lo que es imposible porque Ciro (Gomes) ya apoyó y (Simone) Tebet está por hacerlo. La tendencia es que esos votos en su mayoría irán para Lula porque ya hubo una migración hacia Bolsonaro que explica su crecimiento en la recta final. El voto útil salió de ahí", analizó Guilherme Boulos, jefe de la campaña del Partido de los Trabajadores (PT) en San Pablo, el segundo diputado más votado en el país en estas elecciones y líder del Movimiento Trabajadores Sin Techo. 

En un audio enviado a la militancia, agregó: "La abstención fue mayor en los sectores populares, como suele pasar. Fue una de las más altas en primera vuelta. Por eso, debemos enfocarnos en hablar con las personas que eligieron la tercera vía como primera opción. Son antibolsonaristas por toda la tragedia que pasó. Hay que trabajar para reducir la abstención. (...)  Hay que respirar un poco, hay que organizar el discurso, el camino para fortalecer la idea de que Lula va a derrotar a Bolsonaro. Debería haber una hecatombe para que perdamos cuando tenemos una diferencia de seis millones de votos. En este momento es muy necesario estar tranquilos porque estos van a ser veintitantos días decisivos para nuestras vidas".

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Batalla de apoyos

Lula consiguió este miércoles el apoyo de Tebet, quien obtuvo casi cinco millones de votos y quedó tercera el domingo, pero no el respaldo del partido de la candidata liberal, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), que desde hace meses está dividido frente a qué hacer con las aspiraciones presidenciales del líder de izquierda. Tebet, aunque fue la candidata de la fuerza, no representa a todo el partido y es considerada una dirigente joven que recién está empezando a proyectarse a nivel nacional. El Partido Laborista Brasileño (PDT) de Ciro Gomes, en cambio, sí dio todo su apoyo a Lula este martes, pero se trata de una fuerza política que pasó de obtener más de 13 millones de votos en las presidenciales de 2018 a casi 3,6 millones este año. 

En ese mismo sentido, el líder del PT obtuvo este miércoles el apoyo del ex presidente Fernando Henrique Cardoso y del ex gobernador de San Pablo, José Serra, dos líderes con los que se enfrentó en elecciones y dos símbolos del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la misma fuerza de centro derecha a la que pertenece el compañero de fórmula de Lula, el también paulista Geraldo Alckmin. Como el PDT, la socialdemocracia fue uno de los grandes perdedores de estos comicios ya que quedó fuera de la disputa por el que siempre fue su principal feudo: San Pablo. 

Prueba de esta crisis es que mientras los caudillos pasados a retiro se pronunciaban en "defensa de la democracia", el PSDB como fuerza se declaró neutral y dio libertad a sus dirigentes para tomar posición por cualquiera de los dos candidatos. Incluso antes de que se conociera oficialmente esta declaración, Rodrigo García, el gobernador de San Pablo, el estado más rico del país, había volado a Brasilia para reunirse con Bolsonaro y negociar su apoyo. "Como gobernador de San Pablo declaro mi apoyo incondicional a Bolsonaro y Tarcisio", aseguró, en referencia también al candidato bolsonarista para su cargo, Tarcisio de Freitas.

De igual manera, Bolsonaro consiguió el apoyo del reelecto gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, un aliado suyo; y del también reelecto gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema. En resumen, de los tres estados considerados el motor económico del país. Además, este miércoles viajaron otros dos gobernadores a Brasilia para dar su apoyo al presidente: Ibaneis Rocha del Distrito Federal del MDB y Ratinho Junior de Paraná y del Partido Social Democrático (PSD), ambos dirigentes de fuerzas que se definen como centristas.

"La máquina federal es el mayor canal (de fondos) electoral brasileño y ningún presidente lo usó con tanto empeño como Jair Bolsonaro", escribió el periodista Thomas Traumann en el portal Poder360 y agregó: "El Gobierno gastó en la primera vuelta 12,2 billones de reales en beneficios no previstos en el presupuesto. Para la segunda vuelta, serán otros 6,4 billones de reales, incluyendo la partida extra de (la ayuda social) Auxilio Brasil, el aumento de los vales para el gas y los vouchers para camioneros y taxistas. En cuatro meses, el Ministerio de Ciudadanía incluyó 3 millones de familias en el programa Auxilio Brasil, que ahora atiende a 21,1 millones de familias. Y en su primera promesa de la segunda vuelta, Bolsonaro dijo que distribuirá un 13er pago (de la ayuda social) a 17 millones de mujeres registradas en el programa. Si sumado a este uso de la estructura federal Bolsonaro tiene el apoyo de gobernadores de San Pablo, Minas Gerais y Río de Janeiro, Bolsonaro gana un impulso como no tuvo nunca antes en la campaña."

Al mismo tiempo que Traumann escribía esto, la Unión Nacional de Estudiantes denunciaba que el Gobierno de Bolsonaro había bloqueado 2,4 billones de reales del presupuesto del Ministerio de Educación que estaban destinados a universidades e institutos federales de educación. Según el diario Folha do Sao Paulo, se trata de un 11,4% de las actuales partidas discrecionales del ministerio que, supuestamente no pueden afectar a sueldos, algo que desde el sector educativo ya pusieron en duda y se declararon en alerta. 

Fake news y el voto cristiano

Una de las decisiones de la campaña de Lula tras los resultados del domingo pasado fue que es necesario dar una fuerte batalla contra las fake news y comenzar a recuperar el control de la discusión, especialmente entre los sectores populares. Y citaron como ejemplo que antes de la primera vuelta, creció la versión en cadenas de WhatsApp y Telegram de que el PT cerraría escuelas si ganaba en primera vuelta. Para la dirigencia petista, este rumor convenció a varios de volcarse por Bolsonaro. Por eso, ahora, decidieron atacar los dos frentes: las fake news y recuperar el voto cristiano. 

La decisión de dar la batalla comunicacional convenció al PT de salir a responder incluso las mentiras más ridículas: "1. Lula cree en Dios y es cristiano. 2. Lula no tiene un pacto ni jamás conversó con el diablo", rezó un posteo en Instagram, que también coló su discurso económico, al entender que se dirige a uno de los sectores de la sociedad más afectados por el crecimiento de la pobreza en los últimos años: "3. Lula cree que un presidente debe cuidar a los que tienen hambre."

El voto de un segmento identificado desde lo religioso es una prioridad para ambas campañas, que dedicaron su primer día de actos tras la primera vuelta a reunirse con comunidades evangélicas, Bolsonaro, y franciscanas, Lula. 

Acto de Bolsonaro en la Iglesia de Belén

Los dos primeros actos de la campaña oficialista de cara al balotaje fueron en una convención de iglesias evangélicas y un encuentro entre "obreros y pastores" en otra iglesia, ambos en San Pablo, un estado donde puertas adentra la izquierda reconoce que durante los años de los Gobiernos del PT fue perdiendo presencia en los barrios trabajadores y más vulnerables, un espacio que fue ocupado por comunidad evangélicas que hoy construyen con mucho éxito sentido político y social entre sus miembros.