Un juez de la Corte Suprema de Brasil determinó diversos allanamientos y el bloqueo de las redes sociales de ocho empresarios multimillonarios aliados al actual presidente Jair Bolsonaro y acusados de intentar un golpe de Estado en caso de que el líder opositor del Partido de los Trabajadores (PT) y ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva gane las próximas elecciones presidenciales a celebrarse el 2 de octubre.
Este martes por la mañana, la policía federal realizó allanamientos en las propiedades de dichos empresarios investigados que forman parte de un grupo de Whatsapp donde estarían tramando un movimiento para evitar el reconocimiento de una eventual victoria de Lula. Estos fueron ordenados por el magistrado, también titular del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, quien además investiga al presidente por alentar "fake news" y atentar contra la democracia.
Los empresarios sospechosos son Luciano Hang (dueño de las tiendas Havan), Meyer Nigri (de la constructora Tecnisa), Afranio Barreira Filho (de la cadena de restaurantes de camarón Cocobambú), Ivan Wrobel (de la constructora W3 Engenharia), José Peres (de la gigante de los shoppings Multiplan), Marco Raymundo (de la multinacional brasileña del surf Mormaii) y los magnates Luiz Tissot y José Koury (del Grupo Sierra, constructora de muebles de lujo).
La revelación sobre la trama golpista fue informada por el sitio de noticias de "Brasilia Metropoles", algo que el mandatario Bolsonaro calificó como "fake news" en la conferencia de prensa del pasado viernes. De todas formas, durante la noche del lunes, evitó condenar las manifestaciones golpistas de sus seguidores alegando que forman parte de la "libertad de expresión" -que le piden que cierre el Congreso y el Tribunal Federal Supremo- permitida en dicho territorio.
Al mismo tiempo, en una entrevista con el Jornal Nacional, el noticiero de la TV Globo, el actual presidente de Brasil alimentó la hipótesis de imitar a su aliado estadounidense, Donald Trump, y desconocer el resultado electoral en el caso de que gane quien lidera las encuestas, Lula da Silva. Por otro lado, también condicionó la aceptación del resultado: "Será respetado el resultado desde que las urnas sean limpias y transparentes".
Sobre esto último, Bolsonaro repitió sus sospechas en relación el sistema electoral: había afirmado que en las elecciones del 2014 hubo denuncias de que las urnas electrónicas "no son capaces de ser auditadas".