El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sembró este miércoles algunas dudas sobre el escrutinio de las elecciones del pasado domingo en las que quedó en segundo lugar, detrás del líder progresista Luiz Inácio Lula da Silva. El actual mandatario brasileño puso especial foco en remarcar que lideró los comicios durante gran parte del acto eleccionario pero luego, los números terminaron favoreciendo a su rival.
A través de una transmisión en vivo desde sus redes sociales, el líder ultraderechista manifestó su "extrañeza" sobre el cambio que se produjo en las tendencias del vencedor durante el conteo y dio a entender que parecía fruto de un algoritmo programado. "Parece que si tuviéramos otros cinco minutos más de escrutinio, nuestro oponente habría garantizado la elección en la primera vuelta", manifestó dando a entender que alcanzaría más de la mitad de los votos y evitaría así el balotaje.
Cabe recordar que Bolsonaro lideró la votación durante la mayor parte del tiempo y llegó a estar hasta cuatro puntos porcentuales por encima del representante del PT. Pero, al alcanzar el 70% de los votos escrutados, Lula pasó a liderar y terminó venciendo con una ventaja de cinco puntos. El líder progresista, con el 48,4 % de los votos, tendrá que medirse ahora al líder de derecha, que obtuvo un 43,2 %.
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Al mismo tiempo, para hacer una comparación con dos situaciones, el actual mandatario recordó las elecciones de 2014 en las que la ahijada política de Lula, Dilma Rousseff, venció al centrista Aecio Neves por una estrecha diferencia. Aquella vez, también había comenzado perdiendo y luego dio vuelta el resultado. "Hasta el gráfico de la evolución del escrutinio, teniendo en cuenta el porcentaje de votos que era computado, mostró una figura geométrica uniforme, muy típica de algoritmos y muy parecida a la de 2014, cuando Aecio Neves fue derrotado", manifestó.
De todas maneras, Bolsonaro no llegó a poner en duda la transparencia del sistema electoral brasileño ni a desconocer el resultado, algo que se temía que podía ocurrir si perdía. "Tuvimos el escrutinio y algunos problemas aparecieron, pero ya los dejamos atrás", afirmó. Además criticó a las firmas encuestadoras que preveían una victoria de Lula en primera vuelta por más de 10 puntos y los acusó de querer manipular a los electores.
"Fue un escándalo lo de los sondeos, que realmente influyeron en el resultado de las elecciones. Todas las encuestas se equivocaron y eso induce al elector a votar en el que las lidera. Todos se equivocaron contra mí. Está claro que fue de mala fe para atender intereses de quien financiaba las encuestas", concluyó.
Ahora, Bolsonaro y Lula deberán medirse en un balotaje previsto para el 30 de octubre para definir la Presidencia de Brasil.
Con información de EFE.