El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó que existen "cero chances" de cometer un autogolpe de Estado y aseguró que no pondrá obstáculos a las elecciones del próximo año, luego de haber acusado de fraude a la justicia electoral por el sistema de urnas electrónicas.
En una entrevista con la revista Veja publicada hoy, el ultraderechista también confirmó que será candidato a la reelección, que su Gobierno "salvó vidas" en la pandemia y envió mensajes al mercado financiero, como prometer que no perforará el techo del gasto fiscal ni intervendrá en las tarifas ni el precio de los combustibles.
"De mi parte, la chance de un golpe es cero", dijo el presidente, minimizando la atmósfera de ruptura que él mismo alimentó al participar el pasado 7 de setiembre de actos contra la corte suprema, que lo investiga, en los cuales amenazó con no cumplir sus fallos, aunque a las 48 horas dio marcha atrás ante la crisis política generada.
Según Bolsonaro, "del otro lado, de la oposición, siempre vemos esa posibilidad (de golpe), con más de 100 pedidos de juicio político en mi contra".
"No hay un golpe sin vicepresidente y sin pueblo", dijo al afirmar que la población y el vicepresidente Hamilton Mourao están de su lado y que no existen motivos para destituirlo.
En la nota, ofrecida en su aislamiento preventivo por Covid-19 en el palacio de Alvorada de Brasilia, Bolsonaro por primera vez afirmó que no pondrá "obstáculos" a las elecciones de 2022, a las cuales es favorito el líder opositor Luiz Inácio Lula da Silva, según todas las encuestas.
Bolsonaro elogió que las Fuerzas Armadas participen del proceso electoral convocadas para la logística de las urnas por el presidente del tribunal electoral, Luis Barroso, luego de que su propuesta de cambiar el sistema de votación fracasara en el Congreso.
"Miren, habrá elecciones, no pondré obstáculos, habrá elecciones", dijo el presidente ultraderechista, excapitán del Ejército con una popularidad del 23% según las últimas encuestas y rechazo récord.
"Con las Fuerzas Armadas participando, no hay por qué dudar del voto electrónico. Las fuerzas armadas empeñarán su nombre, no hay motivos para dudar. Elogio esa idea desde que las instituciones participan de todas las fases del proceso", afirmó.
El presidente acusó a Barroso de buscar realizar fraude en 2022 para que pierda las elecciones y lanzó una campaña a favor de agregarle el voto impreso a las urnas electrónicas, a las que considera vulnerables, cuando no hubo denuncias de fraude electoral en las últimas seis elecciones presidenciales con ese sistema.
Además, sostuvo que en su gobierno no hay corrupción pese que el juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal, lo investiga por prevaricato en un escándalo con compras sobrefacturadas de vacunas contra el coronavirus.
Al respecto se presentó como víctima de una "calumnia" de la comisión del Senado que lo investiga.
"En la pandemia no me equivoqué en nada -afirmó al ser consultado sobre los casi 600.000 muertos contabilizados en las estadísticas oficiales-.Yo decía que quedarse en casa generaría desempleo e inflación".
Dijo que sigue defendiendo la cloroquina -remedio contra la malaria que no tiene fundamentos científico contra el coronavirus- en un supuesto tratamiento preventivo del coronavirus. "La cloroquina nunca mató a nadie".
El mandatario defendió que las ayudas económicas a la población "han salvado a la gente".
Aplicando una política económica ultraliberal, dijo que "no puede" intervenir en la tasa de cambio ni en el precio de los combustibles que fija la estatal Petrobras.
"No habrá control de precios, pero quiero que se sepan todos los impuestos que tiene el precio del combustible", afirmó.
En ese marco, también atribuyó la inflación a la suba del dólar, pero aclaró que de ello dependen medidas del banco central, a cargo de Roberto Campos, quien por ley aprobada este año tiene independencia legal para actuar en el ajuste más allá de los gobiernos.
Sobre el favoritismo de Lula para las elecciones que vienen, en el que coinciden todos los sondeos, afirmó: "las encuestas son una cosa y la realidad es otra" y añadió que no quiere elegir un adversario favorito para 2022, que su principal misión está cumplida, que es haberle bloqueado en 2018 el acceso a la presidencia de Brasil "al comunismo".
"Mi sillón es una desgracia, nunca hay paz. La única satisfacción que tengo es saber que no hay un comunista sentado en ese sillón, sólo eso", disparó ante la revista que se destacó en ser uno de los medios privados que se posicionaron editorialmente en 2015 y 2016 a favor de la caída de la presidenta Dilma Rousseff.
Con información de Télam