La candidata de Juntos por el Cambio (JxC) en las elecciones 2023, Patricia Bullrich, tomó como referencia en la política internacional a la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, al elogiar la “autoridad” con la que desempeña su rol. "Se para y plantea que se terminan los vivos que viven de los planes sociales y se termina", dijo la aspirante a la Casa Rosada. La dirigenta italiana, que comenzó su carrera en una fuerza política que se considera heredera del partido fascista de Benito Mussolini, es reconocida por sus posturas antiinmigrantes, ultranacionalistas y antieuropeas.
Su actual fuerza, Hermanos de Italia, logró la mayor cantidad de votos en las elecciones del 25 de septiembre pasado y eso le permitió a Meloni jurar en el cargo el pasado 22 de octubre luego de sellar una coalición con la extrema derecha y la derecha de Liga y Forza Italia. En ese momento, se convirtió en la primera mujer y en la primera representante de la extrema derecha en acceder al poder desde Mussolini.
Paradójicamente, Meloni se crió en Garbatella, un barrio obrero del sur del país históricamente reconocido por su antifascismo. En el mercado de Roma vendía tomates junto a sus abuelos, una escena sobre la que construyó su imagen de mujer del pueblo trabajador.
Recorrido político
A los 15 años, Meloni se unió al Frente Juvenil, el ala juvenil del Movimiento Social Italiano (MSI) que surgió de las cenizas del fascismo de Mussolini. Luego se convirtió en presidenta de la rama estudiantil del sucesor del movimiento, Alianza Nacional; y, en 2006, fue elegida para la Cámara de Diputados del Parlamento italiano. En 2008, a los 31 años, se convirtió en la ministra más joven de Italia, designada para la cartera de Juventud y Deporte por Silvio Berlusconi.
Después de formar su propio partido en 2012, obtuvo solo el 4% de los votos, en 2018. En 2020, también asumió la presidencia del Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que incluye, entre otros, al partido PiS, del mismo tinte político en Polonia.
En septiembre del año pasado, tras ser el único partido importante que se había mantenido fuera del gobierno de coalición de unidad nacional de Mario Draghi, los Hermanos de Italia obtuvo el 26% de los votos. En su alianza de derecha con Berlusconi y el partido de extrema derecha Liga del exministro del Interior Matteo Salvini se consagró una mayoría parlamentaria para poder armar Gobierno.
Su partido mantiene el logotipo de los partidos de extrema derecha de la posguerra: la llama tricolor, a menudo percibida como el fuego que arde en la tumba de Mussolini. El lema con el que entró a la campaña electoral fue "¡Primero Italia y los italianos!" y su programa incluye más prestaciones familiares, menos burocracia europea, impuestos bajos y el fin a la inmigración. Brega por renegociar los tratados de la Unión Europea –una postura que comenzó a moderar desde su llegada al poder- y la pertenencia de Italia a la comunidad monetaria del euro. Rechaza el aborto, así como también el matrimonio igualitario.
"Está del mismo lado que Marine Le Pen o Viktor Orban. Y quiere una 'Europa de las naciones', para que todos estén básicamente solos. Italia podría convertirse en el caballo de Troya de Putin para socavar la solidaridad, por lo que le permitiría seguir debilitando a Europa", dijo ante la BBC para caracterizarla Gianluca Passarelli, profesor de ciencias políticas en la Universidad Sapienza de Roma.
"¡Sí a la familia natural, no a los grupos de presión LGBT!", dijo en un mitin del partido Vox de extrema derecha de España, en 2022.
Las últimas políticas económicas
Las políticas económicas de Meloni van más allá del “recorte de los planes”, como dijo la candidata Patricia Bullrich. Entre ellas, primero, avanzó con la eliminación de la “renta ciudadana”, un subsidio de desempleo de hasta 780 euros, que a partir de septiembre cambió y sólo alcanza a familias que tengan a cargo menores de edad, mayores de 60 años o personas con discapacidad sin posibilidad de acceder a un empleo.
A esa medida, se sumó un decreto-ley para que los bancos que hayan ganado en 2023 un 6% más que el año anterior, y los que en 2022 hayan tenido una ganancia de más de 3% frente al ejercicio precedente, pagarán el 40% a modo de impuesto. La medida incluye además otros requisitos como tener ingresos declarados anuales menores a 6.000 euros por familia y ser ciudadano europeo, titular de un permiso de trabajo o familiar.
La medida, explicó el vicepremier Matteo Salvini, es "una norma de equidad social que se dedicará a una ayuda para los préstamos de compra de la primera vivienda y una rebaja de impuestos" a personas y empresas. "Se aplica entonces un impuesto del 40% a las ganancias multimillonarias de los bancos", planteó Salvini, quien prevé que se recauden "un par de miles de millones".
Poco después, las entidades bancarias reaccionaron con dureza a la medida y la calificaron como "negativa", en medio de caídas de entre el 2 y el 7% en la bolsa de Milán. Dos días después, el nuevo anuncio económico estuvo a cargo del senador Maurizio Gasparri, vicepresidente de la Cámara: "Presenté en el Senado una moción para pedir al Gobierno iniciativas concretas para acelerar toda forma de imposiciones fiscales a los gigantes de la web. Hablo de Amazon, Google, Apple, Netflix y todos los demás", dijo.