El Día Mundial del Refugiado, conmemorado el 20 de junio de cada año, es una oportunidad para honrar a las personas refugiadas y desplazadas alrededor del mundo, reconociendo la difícil situación en la que se encuentran. En el caso de Argentina, es importante entender cómo es la situación de los refugiados en el país, qué derechos se les otorgan y qué aspectos aún faltan por mejorar.
Qué dice la Ley argentina sobre los y la refugiadas
La ley argentina considera refugiadas a aquellas personas que se encuentran fuera de su país de origen debido al temor de ser perseguidas por su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social u opiniones políticas, y que no pueden o no desean ser protegidas por su país. También se considera refugiadas a aquellas personas que no tienen nacionalidad y están fuera del país donde residían y no desean o no pueden regresar a él.
Además, aquellos que huyen de su país debido a amenazas a su vida, seguridad o libertad por violencia generalizada, agresión de otro país, conflictos internos, violación masiva de derechos humanos u otras circunstancias que alteren el orden público, también son reconocidos como refugiados según la ley argentina. La condición de refugiado también puede ser reconocida cuando se produce un ingreso masivo de personas pertenecientes a un grupo determinado que se ve afectado. Es decir, cuando una persona es considerada refugiada debido a su pertenencia a un grupo específico que se encuentra en una situación de vulnerabilidad.
Argentina es Estado Parte de la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados y su Protocolo Facultativo, lo que significa que el país se compromete a proteger y garantizar los derechos de las personas refugiadas. En el año 2006, se sancionó la Ley General de Reconocimiento y Protección al Refugiado en Argentina, considerada una ley modelo en la región y a nivel internacional debido a sus altos estándares de protección y enfoque en los derechos humanos.
Esta ley estableció la creación de la Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE), un organismo interministerial que funciona bajo el Ministerio del Interior y tiene la responsabilidad de proteger a los refugiados y solicitantes de refugio en el país.
Qué falta mejorar sobre la situación de los y las refugiadas en Argentina
A pesar de los avances en materia de derechos para los refugiados en Argentina, todavía existen aspectos que deben mejorarse. Uno de ellos es el derecho al voto para las personas extranjeras que residen en el país. A diferencia de los ciudadanos argentinos, quienes son automáticamente incorporados al padrón electoral cuando cumplen la edad requerida, las personas extranjeras enfrentan restricciones tanto por su nacionalidad como por la necesidad de inscribirse personalmente en el padrón electoral.
Esto implica que los migrantes que deseen votar en su lugar de residencia deben realizar un trámite previo de registro en el organismo correspondiente con varios meses de antelación a las elecciones municipales o provinciales. Solo así podrán figurar en el padrón y ejercer su derecho al voto el día de la elección. Solo tres jurisdicciones (CABA, Buenos Aires y Santa Fe) automatizan el padrón de electores extranjeros una vez que obtienen la residencia permanente, lo cual contrasta con la inclusión automática de los votantes argentinos.
En comparación con otros países de América Latina, Argentina otorga derechos políticos a la población extranjera que reside en su territorio, al igual que Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Sin embargo, la participación política de los extranjeros generalmente está limitada al ámbito local, excepto en Chile y Uruguay, donde tienen la posibilidad de elegir representantes a nivel nacional.
Argentina estableció una sólida base legal y normativa para la protección de los derechos de los refugiados, siendo reconocida a nivel regional e internacional por sus altos estándares de protección. Sin embargo, es necesario seguir trabajando en la ampliación de derechos, especialmente en lo que respecta al acceso al voto para las personas extranjeras que residen en el país. La inclusión plena de todas las personas, independientemente de su nacionalidad, es fundamental para fortalecer la democracia y garantizar la igualdad de oportunidades en la participación política en Argentina.