El flujo de migrantes en la frontera entre México y Estados Unidos empezó a bajar después de que se venciera el llamado Título 42, afirmó hoy el ministro de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, en el primer día sin la norma estadounidense activada en pandemia que permitía expulsar a la mayoría de los que llegaban a la zona y mantenía suspendido el derecho a pedir asilo.
"Hay calma y normalidad" en las ciudades fronterizas, afirmó Ebrard al tomar la palabra en la rueda de prensa diaria del presidente, Andrés Manuel López Obrador, en la que dio detalles sobre el parte que le entregó la Secretaría de Defensa Nacional.
Agregó que un reporte del Instituto Nacional de Migración (INM) afirma que hay descenso en los flujos observados en los últimos días.
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En pocas palabras: el flujo va bajando al día, cuando menos hasta esta hora no hemos tenido confrontaciones, ni situaciones de violencia en la frontera, expresó el canciller.
La agencia Ansa, en tanto, cita cifras de autoridades locales y de la Iglesia Católica para ubicar en 11.000 el número de mexicanos varados en Ciudad Juárez y El Paso, en Texas.
En las últimas semanas, miles de migrantes se agolparon en la frontera mexicana-estadounidense en medio de un aluvión de cruces ilegales antes de que expirara en las primeras horas de hoy el Título 42, la norma activada durante el gobierno del expresidente Donald Trump que supuestamente buscaba frenar la Covid-19, pero que en la práctica se utilizó casi 2,8 millones de veces para expulsar a migrantes.
La expulsión por el Título 42 no tenía consecuencias judiciales, lo que alentaba repetidos intentos, pero desde hoy, en cambio, quienes violen las leyes y nuevas disposiciones migratorias se enfrentan a tener la entrada prohibida a Estados Unidos durante cinco años o incluso a un proceso penal.
Estados Unidos anunció que la norma que rige desde hoy hará imposible obtener asilo a personas que hayan viajado hasta la frontera a través de otro país, como México, sin haber tramitado allí su solicitud.
El gobierno de Joseph Biden lleva más de un año preparándose para el escenario pos-Título 42 con una batería de medidas que incluyen recompensas para los migrantes que empiecen a tramitar sus solicitudes antes de llegar a la frontera mediante la aplicación móvil CBP One.
Washington enfatizó que los pasos fronterizos seguirán cerrados a la migración irregular y que la única manera de ingresar legalmente a territorio estadounidense es mediante la solicitud de visas de asilo desde los países de origen.
Para seguir una "vía legal" el migrante puede acogerse a programas de reunificación familiar, a los permisos humanitarios para cupos de venezolanos, haitianos, nicaragüenses y cubanos, o bien tramitar sus solicitudes antes de llegar a la frontera mediante la aplicación móvil CBP One o en los "centros regionales de procesamiento", que recientemente fueron habilitados en Guatemala y Colombia.
Ebrard destacó que Estados Unidos está cumpliendo con su compromiso de otorgar 360.000 visas a quienes hagan sus trámites migratorios mediante la aplicación móvil CBP One y señaló que otorgarán 100.000 más para ciudadanos de Guatemala, Honduras y El Salvador.
Sin embargo, la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) aseguró que estas citas son casi imposible de obtener, ya que el cupo diario de admisiones "es extremadamente limitado y se agota en cuestión de minutos".
HRW evaluó que la nueva medida es un peligroso "reciclaje" de la era Trump y sigue representando una grave amenaza para la seguridad personal de los migrantes que aguardan en la frontera sur con México.
Mientras, entre los migrantes que acampan en la frontera todo era confusión y frustración.
"Es algo insólito que una aplicación prácticamente decida nuestra vida y nuestro futuro", se quejó Jeremy de Pablos, un venezolano de 21 años que lleva semanas acampando en Ciudad Juárez y aseguró a la agencia de noticias AFP que lo más difícil es el reconocimiento facial porque "es un bingo, reconoce a quien quiere".
En plena línea fronteriza entre Tijuana y San Diego, Steven Llumitaxi, un ecuatoriano de 21 años, dijo que tiene "mucha fe" en que las autoridades migratorias lo dejen pasar con su esposa y su hijo de dos años.
"Dicen que tienen prioridad los bebés", declaró en Tijuana, lugar al que fue trasladado por "coyotes" que le cobraron 3.000 dólares por pasar desde la frontera sur con Guatemala.
Horas antes, el secretario de Seguridad estadounidense, Alejandro Mayorkas, en un mensaje para contradecir a los traficantes de personas que "difunden información falsa", había advertido que las "fronteras no están abiertas".
Estimaciones locales citadas por la agencia Ansa señalan que hay uno 5.000 migrantes en Ciudad Juárez, aunque solo alrededor de la mitad de ellos buscaron refugio en los albergues habilitados para su acogida, y que el municipio de El Paso del lado estadounidense- reportó 6.124 personas en centros de detención, aunque se calcula que más de 2,000 personas durmieron en las calles de la ciudad.
El INM mexicano, en tanto, ordenó hoy a las oficinas de todo el país que no concedan permisos para el tránsito de migrantes por territorio mexicano, e informó que los centros de alojamiento de migrantes están al máximo de su ocupación.
La institución dio cuenta de que las fuerzas de seguridad de ambos lados de la frontera evitaron ayer repetidos intentos de cruces masivos, según recoge el diario El Universal.
La baja del flujo que pronostica México se contrapone con el vaticinio de Guatemala, cuyo Gobierno admitió que prevé un aumento de la migración hacia Estados Unidos.
"Anticipamos una situación humanitaria muy fuerte en la cual pondría en desafío las capacidades logísticas del Estado de Guatemala para albergar a las personas en lo que esperan su procedimiento" de refugio en Estados Unidos, afirmó el secretario de Comunicación de la Presidencia, Kevin López.
El funcionario remarcó que el país buscará trabajar en conjunto con Estados Unidos sobre el tema, atento a que miles de guatemaltecos emigran cada año de forma irregular para escapar de la violencia y de la situación socio-económica.
De fondo, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) reveló hoy la muerte reciente de un menor migrante mientras estaba bajo cuidado federal.
"El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos está profundamente entristecido por esta trágica pérdida y sentimos pesar por la familia, con quien estamos en contacto", dijo el HHS en un comunicado.
Los niños bajo cuidado federal tienen acceso a atención médica, servicios legales, servicios de traducción y consejeros de salud mental, señaló la dependencia, que explicó que también pueden hacer llamadas telefónicas a familiares.
Los medios informaron que se trató de un adolescente hondureño de 17 años y que su muerte fue el miércoles, en un refugio administrado por el gobierno federal en el estado de Florida.
Con información de Télam