Otro asesinado por la policía que dijo "no puedo respirar" dos meses antes que Floyd

18 de marzo, 2022 | 17.35

La difusión de un video que muestra otro asesinato en manos de la policía con una mecánica prácticamente igual al crimen de George Floyd amenaza con reabrir la polémica sobre la brutalidad policial para con los detenidos, aunque la muerte fue hace dos años y la víctima esta vez fue un hombre blanco.

Dos meses antes de que Floyd muriera bajo las rodillas de agentes, en marzo de 2020, otro hombre fue víctima de violencia injustificada y desproporcionada por parte de un grupo de policías del sur de California que lo había detenido para un control en la ruta.

El video muestra que el conductor –Edward Bronstein, blanco y de 38 años- repitió la frase "no puedo respirar" 12 veces en cuestión de segundos y luego murió.

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La cinta, de 18 minutos y filmada por uno de los policías, fue difundida ahora por decisión de un juez, y permite ver al hombre de rodillas, esposado y rodeado por los uniformados.

Aunque está lúcido, se lo nota asustado cuando se le ordena que se acueste para una extracción de sangre, y, en cambio, se queda de rodillas.

Los policías, afroamericanos algunos, suben el tono y lo acusan de "querer iniciar una pelea", lo que él niega.

Y aclara que quiere someterse “voluntariamente a la extracción", pero duda en acostarse.

Bronstein parece cada vez más asustado, aterrorizado y desorientado y mira alrededor buscando una salida, hasta que de repente los agentes lo tiran al suelo y comienzan a presionarlo con las rodillas en la espalda. Sigue repitiendo que está dispuesto a hacer la extracción de sangre, pero los agentes lo ignoran.

El video, detallado por la agencia Ansa, muestra que el conductor comienza a repetir las mismas palabras de Floyd, "I cant' breathe" (no puedo respirar) y "Let me breathe" (déjame respirar). Dice alguna de estas frases 12 veces en solo 30 segundos, pero los policías no lo escuchan.

Bronstein pierde después el conocimiento y durante 3 minutos los policías continúan sacándole sangre. Recién después de más de 11 minutos de gemidos, intentan en vano el masaje cardíaco.

La autopsia determinó que Bronstein murió de "intoxicación aguda por metanfetamina durante el arresto".

La familia impugnó esta conclusión y demandó a una docena de policías por uso excesivo de la fuerza y violación de los derechos civiles, en una presentación en la que explicó que la aparente resistencia a la extracción de sangre no era más que la fobia del conductor a las agujas.

Dos meses después, en Minneapolis, Floyd, de 46 años, fue asfixiado por la rodilla de un policía, y su súplica, "No puedo respirar", se volvió un símbolo de la violencia policial contra la comunidad afroamericana y generó protestas sin precedentes en Estados Unidos y el mundo.

El agente que lo mató, Derek Chauvin, fue condenado a 22 años y medio de cárcel.

Aunque el caso de Bronstein no tiene implicaciones racistas parece un ejemplo del exceso generalizado de violencia entre las fuerzas del orden en estados Unidos, donde hace años se especula con una reforma a fondo de la policía, que nunca avanza en el terreno concreto.

California decidió prohibir el agarre en el cuello que impide el suministro de sangre al cerebro, y otros estados analizan prohibir la práctica de presionar con las rodillas la espalda y el cuello del detenido, el atroz método que mató a Bronstein y Floyd.

Con información de Télam