(Agrega dos nuevas votaciones y récord desde 1859)
La Cámara de Representantes de Estados Unidos votó hoy, por novena vez en tres jornadas, para elegir su nuevo presidente, pero volvió a fracasar por luchas internas en las filas republicanas, e inició el décimo proceso, algo que no sucedía desde 1859.
Los conservadores de línea dura rechazaron nuevamente al congresista de California Kevin McCarthy, respaldado por el expresidente Donald Trump y a quien acusan de ser demasiado moderado, lo que hizo que la designación del cargo sea la primera en un siglo en requerir múltiples rondas de elección.
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A pesar de nueve votaciones desde el martes, McCarthy no logró obtener los 218 votos necesarios para convertirse en presidente de la cámara baja, el tercer cargo más poderoso en la política de Estados Unidos después de la presidencia y la vicepresidencia, informaron medios estadounidenses.
Si bien los republicanos tienen mayoría en la Cámara Baja, McCarthy alcanzó solo 200 sufragios, mientras que el demócrata Hakeem Jeffries logró 212. El resto de los votos republicanos se repartieron entre Byron Donalds (17) y Kevin Hern (3).
Desde 1923, todos los presidentes consiguieron hacerse con el mando tras una sola votación, informó el diario New York Times y agregó que es la votación más larga desde 1859.
En 1856 llevo dos meses elegir al "speaker" -como se llama en Estados Unidos al presidente de la cámara baja- y se realizaron 133 votaciones, informó la agencia de noticia AFP.
De las más de 120 veces desde 1789 en que la Cámara eligió a un nuevo presidente, solo en 14 ocasiones el proceso requirió varias votaciones, según el Servicio de Investigación del Congreso.
Sin un "speaker", la cámara baja, que inició una nueva legislatura tras las elecciones intermedias de noviembre, no puede tomar juramento a sus miembros, decidir la integración de los diversos comités, ni abordar proyectos de ley o abrir ninguna de las investigaciones que la oposición republicana prometió sobre el presidente demócrata Joe Biden.
Además, el bloqueo de McCarthy deja al Partido Republicano incapaz de capitalizar hasta ahora la escasa mayoría que obtuvo en los últimos comicios legislativos
Mientras tanto, McCarthy dijo a los periodistas que preveía seguir en carrera y que había hablado con su principal patrocinador, Trump, quien pidió ayer a los republicanos renegados que no "conviertan un gran triunfo en una gigantesca y vergonzosa derrota".
McCarthy, que no puede ser elegido sin el apoyo de los republicanos rebeldes, aceptó una de sus demandas para facilitar la destitución del "speaker", según varios medios locales.
Aún así, la oposición a su candidatura continuó.
"Estamos determinados a introducir cambios importantes", declaró el representante Dan Bishop en el hemiciclo.
Ningún tema de la Cámara de Representantes puede tramitarse sin un presidente, lo que significa que los legisladores electos deben continuar votando hasta que alguien obtenga la mayoría.
Los congresistas continúan debatiendo previo a la que será la octava votación, pero McCarthy parece carecer aún de los votos necesarios para hacerse con el puesto, según informaron medios estadounidenses.
Dos partidarios de McCarthy -el líder de la mayoría entrante en la Cámara de Representantes, Steve Scalise, y Jim Jordan, un favorito de la derecha- parecen ser las alternativas más viables.
Los estadounidenses "quieren una nueva cara, una nueva visión, un nuevo liderazgo", afirmó ayer el congresista de Texas Chip Roy desde el pleno.
Biden calificó el hecho de que los republicanos no eligieran a un "speaker" como "vergonzoso para el país" y dijo que el "resto del mundo" estaba observando de cerca.
McCarthy, que recaudó millones de dólares para las campañas de legisladores de derecha, contribuyó a que su partido volviera a controlar la Cámara baja luego de cuatro años de dominio demócrata, aunque la mayoría republicana es de apenas 222 contra 212 del otro partido.
Este exempresario de 57 años ambiciona desde hace mucho tiempo la oportunidad de reemplazar a la demócrata Nancy Pelosi (2019-2023).
La candidatura de McCarthy abrió una brecha dentro de los republicanos: los centristas se refieren a la facción de extrema derecha que encabeza la resistencia como los "20 talibanes".
La pugna provocó frenéticas negociaciones tras bambalinas entre los aliados de McCarthy y sus detractores conservadores en busca de un acuerdo que consiga también la aprobación de los moderados.
Con información de Télam