El juez Clarence Thomas, considerado el más conservador de la Corte Suprema de Estados Unidos, quedó envuelto en nuevos cuestionamientos éticos después de que el medio de comunicación ProPublica reveló hoy que un multimillonario republicano pagó la educación privada de uno de sus familiares cercanos.
Thomas ya quedó en la mira a principios de abril, cuando también ProPublica reveló que había aceptado, sin declararlos, obsequios costosos, incluidos vuelos en un jet privado o cruceros en un mega yate pagados por el multimillonario Harlan Crow.
En su artículo publicado hoy, el medio indica que en 2008 Thomas decidió enviar a su sobrino nieto adolescente, a quien había estado criando con su esposa "como un hijo" desde que tenía seis años, a una escuela privada cuya matrícula superaba los 6.000 dólares al mes.
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Pero un extracto bancario de Hidden Lake Academy de julio de 2009 muestra que la matrícula del adolescente de ese mes fue pagada por la compañía de Harlan Crow, Crow Holdings.
Según Christopher Grimwood, un exfuncionario escolar citado por el medio, los pagos fueron más allá de ese mes.
La publicación en línea también señaló que el magistrado conservador, que integra la Corte Suprema desde 1991, nunca informó de estos pagos en sus estados financieros anuales.
El magnate inmobiliario Harlan Crow es uno de los mayores donantes del Partido Republicano en Estados Unidos.
Tras las revelaciones de abril, legisladores demócratas reclamaron la renuncia de Thomas y abogaron por un código más estricto para los jueces, consignó la agencia de noticias AFP.
Thomas se defendió al asegurar que las normas que rigen las declaraciones sobre este tipo de estadías habían cambiado y que Crow no tenía ningún caso pendiente ante el Tribunal Supremo.
Pero Thomas, de 74 años, no es el único juez que fue involucrado por este tipo de irregularidades.
Según el portal local Politico, su colega conservador Neil Gorsuch vendió una gran propiedad en Colorado, justo después de su confirmación a la Corte Suprema en 2017, al jefe de la firma de abogados Greenberg Traurig, quien litiga regularmente casos en el Tribunal Superior.
Antaño una de las instituciones más respetadas del país, la Corte Suprema, que decide sobre cruciales debates sociales como la pena de muerte o el aborto, parece inmersa en su peor momento de credibilidad.
Designados de por vida, sus nueve magistrados -de mayoría conservadora- son los únicos jueces federales que escapan a un código de conducta explícito.
Con información de Télam
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