El papa Francisco lamentó que haya una "actitud reaccionaria" en algunos obispos de Estados Unidos que lo critican con dureza por las posiciones que tiene en temas como su apertura a personas homosexuales y la inmigración.
"Has visto que en Estados Unidos la situación no es fácil, hay una actitud reaccionaria muy fuerte, organizada, que estructura el sentido de pertenencia, incluso emocional", respondió Jorge Bergoglio a un jesuita portugués que lo consultó por los "muchos obispos" que lo critican.
En los últimos años, sectores del episcopado estadounidense criticaron al Papa por temas como la apertura a la población homosexual o por su negativa a negar de manera terminante la comunión a políticos católicos pro aborto como la demócrata Nancy Pelosi.
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En un diálogo con jesuitas portugueses que tuvo lugar el 5 de agosto en Lisboa y fue publicado hoy por la revista La Civiltà Cattolica, el Papa sostuvo que un sector "indietrista" (un neologismo en italiano con el que refiere a los tradicionalistas) no quiere que la doctrina de la Iglesia progrese.
"Pero la doctrina también avanza, se consolida en el tiempo, se expande y se consolida y se vuelve más firme, pero siempre progresando. El cambio se desarrolla desde la raíz hacia arriba", explicó el Papa, tras recordar los criterios canónicos de evolución planteados por San Vicente de Lerins en el siglo V.
"He aquí, el entendimiento del hombre cambia con el tiempo, y así también la conciencia del hombre se profundiza. Las otras ciencias y su evolución también ayudan a la Iglesia en este crecimiento en la comprensión. La visión de la doctrina de la Iglesia como un monolito es errónea", sentenció Francisco.
Para el Papa, "los problemas que los moralistas deben examinar hoy son muy graves, y para afrontarlos deben correr el riesgo de cambiar, pero en la dirección que decía".
En el diálogo con jesuitas, el pontífice repitió una vez más que en su modelo de Iglesia "todos" deben ser aceptados, incluso personas homosexuales o transexuales.
"Todos están invitados. Ese es el punto. Y es necesario aplicar la actitud pastoral más adecuada para cada uno. No debemos ser superficiales e ingenuos, obligando a las personas a adoptar cosas y comportamientos para los que aún no están maduros o no son capaces", precisó el Papa, tras destacar el trabajo de un sacerdote que está cercano a personas homosexuales y de una monja que trabaja con personas trans.
"Acompañar espiritual y pastoralmente a las personas requiere mucha sensibilidad y creatividad. Pero todos, todos, todos estamos llamados a vivir en la Iglesia: no lo olvidéis nunca", finalizó.
Con información de Télam