La policía federal de Estados Unidos (FBI) inició hoy un registro en la casa de playa del presidente Joe Biden en el balneario Rehoboth, en Delaware, en el marco de una investigación sobre el posible mal manejo de documentos clasificados, dijo el abogado del mandatario.
Según los procedimientos estándar del Departamento de Justicia, en aras de la seguridad e integridad operativas, se buscó hacer este trabajo sin previo aviso público y acordamos cooperar, dijo el abogado de Biden, Bob Bauer, en un comunicado.
La búsqueda de hoy es un paso más en un proceso minucioso y oportuno del Departamento de Justicia que continuaremos apoyando y facilitando por completo. Tendremos más información al final de la búsqueda de hoy, expresó Bauer a través de un comunicado.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
La revisión de hoy se basa en una búsqueda que se inició en Wilmington, Delaware, el 20 de enero, cuando los agentes localizaron documentos adicionales con marcas clasificadas y también tomaron posesión de algunas notas escritas a mano.
Los agentes del Departamento de Justicia estadounidense ingresaron al inmueble de Biden con el permiso del mandatario, quien ofreció su colaboración de manera voluntaria.
Una fuente familiarizada con la investigación dijo que no había una orden judicial involucrada y que la búsqueda fue consensuada, informó la cadena NBC News. No está claro si los agentes del FBI están buscando algo que conocen o si es una búsqueda aleatoria de más documentos clasificados.
El rastrillaje se podría extender hasta por 13 horas, detalló la cadena de noticias CNN.
La medida se produce después de que se encontraran el 2 de noviembre documentos con marcas clasificadas en una residencia de Biden en Wilmington y en una oficina de Washington, mientras cerraban una oficina en el Penn Biden Center, un grupo de expertos afiliado a la escuela Ivy League.
Los archivos corresponden a la etapa del actual mandatario como número dos de la presidencia de Barack Obama.
Una ley de 1978 obliga a los presidentes y vicepresidentes estadounidenses a enviar todos sus correos electrónicos, cartas y otros documentos de trabajo a los Archivos Nacionales.
El 9 de enero, Biden admitió a través de sus abogados que se habían descubierto documentos confidenciales en noviembre en un centro de estudios en Washington donde él tenía una oficina.
Para el 12 de enero, el líder demócrata tuvo que aceptar que se habían encontrado otros archivos confidenciales en su casa de Wilmington, en Delaware.
El caso es especialmente sensible para Biden, que evalúa postularse a la reelección en 2024.
La Casa Blanca busca distinguirse lo más posible del expresidente Donald Trump, quien ya se embarcó en una nueva carrera por la Casa Blanca y está siendo investigado por haber llevado varias cajas de documentos oficiales a su residencia en Florida y por su supuesta obstrucción de los esfuerzos del gobierno para recuperarlos.
Si bien los dos casos no son del todo comparables, el tema es peligroso para Biden, quien se presenta como un presidente riguroso y respetuoso de las reglas después de los años llenos de escándalos de la Presidencia del republicano Trump.
El escándalo puso en cuestión la gestión realizada por Biden y dio alas a los republicanos, que utilizaron el caso para denunciar la doble vara, tras las acusaciones vertidas el año pasado contra Trump por conservar también documentos.
Tanto en el caso de Trump como en el de Biden, el Departamento de Justicia, ansioso por evitar cualquier acusación de parcialidad, encomendó la investigación de los documentos confidenciales a dos fiscales especiales.
Con información de Télam