(Actualiza con declaraciones de Biden)
El Gobierno de Estados Unidos anunció hoy que permitirá el ingreso de hasta 30.000 migrantes cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos cada mes, pero establecerá restricciones más duras para aquellos que intenten cruzar la frontera desde México sin la documentación necesaria.
"Estas medidas ampliarán y acelerarán las vías legales para una migración ordenada y tendrán nuevas consecuencias para quienes no utilicen esas vías legales", señaló la Casa Blanca en un comunicado citado por la agencia de noticias AFP.
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"No vengan a la frontera" sin haber iniciado antes un proceso legal, pidió este jueves el presidente Joe Biden a los migrantes que llegan al país en cifras récord.
En un discurso en la Casa Blanca, en el que también comunicó que el domingo visitará la frontera con México por primera vez desde que asumió el cargo, el mandatario prometió una estrategia "segura y humana".
"Todos deberíamos reconocer que mientras Estados Unidos sea la tierra de la libertad y las oportunidades, la gente va a intentar venir aquí", dijo Biden en su intervención.
"Y eso es lo que hicieron muchos de nuestros antepasados. Y no es de extrañar que vuelva a ocurrir hoy. No podemos impedir que la gente haga el viaje, pero podemos exigirles que vengan aquí de forma ordenada", añadió, según la cadena CNN.
La cuota de migrantes anunciada hoy estará limitada a quienes tengan a un patrocinador estadounidense, mientras que aquellos que intenten entrar ilegalmente serán expulsados bajo la norma sanitaria conocida como Título 42, con intervención de la policía y en coordinación con México.
En octubre pasado se lanzó un programa similar para 24.000 venezolanos, que les permitía ingresar al país mediante una petición formal, para la cual precisaban tener un patrocinador en Estados Unidos, aunque sólo por vía aérea.
El Título 42, una controvertida restricción fronteriza implementada bajo el Gobierno de Donald Trump que permite la deportación rápida en las fronteras terrestres y que estaba previsto que expirara en diciembre, seguirá vigente tras una decisión de la Corte Suprema, que aceptó, al menos temporalmente, una petición de 19 estados que alegaron que se verían desbordados por la llegada de migrantes si se levantaba la norma.
A mediados de noviembre, un juez estadounidense dictaminó que el Título 42 se usó de manera "arbitraria y caprichosa" para bloquear sus solicitudes de asilo.
Por solicitud del Departamento de Seguridad Nacional, el mismo juez concedió luego cinco semanas al gobierno del demócrata Biden para poder prepararse frente a una temida avalancha de migrantes, en su inmensa mayoría latinoamericanos.
La medida había sido activada en marzo de 2020 por el gobierno de Trump para poder expulsar sin demora a los migrantes sin permiso de residencia detenidos en las fronteras terrestres.
Activistas y expertos en derechos humanos la consideran una violación del derecho internacional y juzgan particularmente "inhumano" impedir que un potencial solicitante de asilo formule su trámite en este sentido.
Biden volvió a pedir hoy al Congreso que apruebe una legislación que permita revisar "lo que ha sido un sistema migratorio roto durante mucho tiempo".
"Pero los republicanos del Congreso se han negado a considerar mi plan integral", aseguró, y culpó a los "republicanos extremistas" del estancamiento.
El presidente estadounidense hará el domingo una visita a la frontera en El Paso, Texas, previo a la cumbre que mantendrá lunes y martes en México con el mandatario anfitrión, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
"Tenemos una agenda apretada" para esta cumbre, dijo Biden. Y añadió: "Una parte importante de esa agenda es reforzar la frontera entre nuestros países".
Estados Unidos y México comparten una frontera de más de 3.057 kilómetros de largo. En El Paso se habían acumulado gran cantidad de migrantes en las últimas semanas, a la espera de que expirara el Título 42
El tema fronterizo tiene gran centralidad en el país y es una de las principales problemáticas para Biden, además de un obstáculo en sus aspiraciones de reelección.
La economía estadounidense depende en gran medida de la mano de obra extranjera, pero la cantidad de migrantes, mayormente latinoamericanos, que a menudo ponen sus vidas en peligro por llegar a Estados Unidos, tensionó mucho el sistema.
Trump llegó al poder en 2016 en parte gracias a un mensaje que calificaba de delincuentes, e incluso de violadores y asesinos, a quienes cruzan esta frontera.
Biden prometió en 2020 restaurar los valores tradicionales de Estados Unidos en la frontera, esto es, dar refugio a los solicitantes de asilo y poner fin a las duras políticas de detención para quienes la cruzan sin la documentación necesaria, pero la pandemia de Covid-19 complicó el debate.
Con información de Télam