Blinken insta a China a compartir información sobre brote de Covid-19

22 de diciembre, 2022 | 17.45

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió hoy a China que comparta información sobre el brote de Covid-19 en su país, argumentando que el creciente número de casos impactó al mundo, y renovó su oferta para compartir vacunas estadounidenses.

"Es muy importante que todos los países, incluida China, se centren en que las personas se vacunen, que las pruebas y el tratamiento estén disponibles y, lo que es más importante, que compartan información con el mundo sobre lo que están experimentando, porque tiene implicaciones no solo para China, sino para el mundo entero", dijo Blinken en una conferencia de prensa.

Blinken dijo que China, frecuente adversario de Estados Unidos, no pidió ayuda.

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Beijing promueve las exportaciones de vacunas locales que los expertos internacionales en salud consideran menos eficientes que las fabricadas en Estados Unidos.

"Estamos completamente preparados para brindar asistencia a cualquiera que la solicite si cree que es útil", dijo Blinken, recogió la agencia de noticias AFP.

El secretario de Estado, quien planea una visita a Beijing a principios de 2023, dijo que el interés de Estados Unidos es limitar el brote de Covid-19.

"Cada vez que el virus se está propagando o se está moviendo, existe la posibilidad de que se desarrolle una nueva variante, y esa variante se propaga aún más. Viene y nos golpea, o golpea a otros países", dijo.

"Y luego, como hemos visto, hay implicaciones claras para la economía global", señaló sobre las políticas de Covid-19 en China, la economía más grande del mundo después de Estados Unidos.

China, donde el Covid-19 se detectó por primera vez hace tres años, había anunciado una política de cero casos que incluía restricciones estrictas.

La política sanitaria de confinamientos y test y rastreos masivos, conocida como "Covid cero", era única en el mundo por su severidad y había permitido un eficiente control del virus en el país de 1.400 millones de habitantes, pero a un gran costo económico y de hartazgo social.

Beijing admitió la semana pasada que los casos seguramente habían subido, pero que la magnitud del brote se había vuelto "imposible" de rastrear desde el fin de las pruebas obligatorias.

A principios de diciembre y en medio del creciente descontento popular por las estrictas medidas de control del virus y la extensión de éstas (casi tres años), las autoridades decidieron atenuar los controles y suspender varias de las restricciones vigentes, una decisión que bajó la tensión político social, pero disparó los contagios nuevamente.

De todos modos, las cifras oficiales de casos diarios vienen decreciendo desde hace dos semanas, luego de que el país registrara un récord de más de 40.000 en un solo día, antes de relajar las medidas.

Ayer, las autoridades chinas aseguraron, un día después de modificar los criterios estadísticos para definir los fallecimientos por Covid-19, que el país no registró muertos por la enfermedad en las últimas 24 horas.

No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se mostró ayer "preocupada por la evolución de la situación en China", según declaró su presidente, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en su rueda de prensa semanal.

Millones de ancianos en China no están completamente vacunados, y los crematorios en algunas regiones del país se han visto desbordados.

Con información de Télam