Al-Mawla, el "emir" del Estado Islámico que revitalizó la organización yihadista

03 de febrero, 2022 | 15.03

Apodado "el profesor" o "el destructor", el líder del grupo Estado Islámico (EI) Amir Mohamed Said Abd al Rahman al-Mawla, cuya muerte anunció hoy Estados Unidos, era, a diferencia de su predecesor Abu Bakr al-Baghdadi, relativamente desconocido, pero mantuvo la estrategia y actividad de la organización durante dos años.

Al-Mawla, un yihadista con múltiples alias que se hacía llamar "el emir" Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, murió durante una operación de las fuerzas especiales de Estados Unidos en la madrugada del jueves en Siria, anunció el presidente Joe Biden.

Antes de su ascensión a la dirección del grupo, que se dio después de que Washington eliminara a su predecesor en octubre de 2019, el hombre nacido en Turkmenistán probablemente en 1976 había organizado la masacre de la minoría yazidí.

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Según el Counter Extremism Project (CEP), este exoficial del ejército iraquí, graduado de la Universidad de Ciencias Islámicas de Mosul, se incorporó a Al Qaeda tras la invasión estadounidense de Irak y la captura de Sadam Husein en 2003.

Fue encarcelado en 2004 en la prisión estadounidense de Bucca, considerada como el caldo de cultivo del yihadismo en el Levante -región entre Siria e Irak-, donde conoció a Baghdadi.

Liberado por razones desconocidas, permaneció junto a Baghdadi, que en 2010 tomó el control de la rama iraquí de Al Qaeda antes de crear el grupo Estado Islámico en Irak y Siria.

Según el CEP, "Al-Mawla ascendió rápidamente a las altas esferas de la insurgencia" y adquirió una reputación de hombre brutal, en particular por la eliminación de los oponentes del emir dentro del grupo.

En su ciudad natal de Tal Afar, a 70 kilómetros de Mosul, proliferaron los talleres de explosivos y los proyectos de atentados.

Al-Mawla, que a diferencia de los anteriores dirigentes del EI no era de origen árabe, intentó devolver el vigor a un grupo debilitado en comparación con la "edad de oro" de su "califato" (2014-2019).

Bajo su dirección, trabajó por el retorno a "primera línea" de la filial del EI en Afganistán (EI-Khorasan) antes de la llegada de los talibanes al poder, explicó a la agencia de noticias AFP Damien Ferré, director de Jihad Analytics, especializada en la yihad global.

Desde entonces, el EI-K se convirtió en la principal amenaza para los talibanes de Afganistán, atacando incluso el aeropuerto de Kabul durante la caótica retirada estadounidense en agosto de 2021.

Varios investigadores apuntan también a la actividad del EI en la región de África Central y del lago Chad, especialmente con la integración de los efectivos de Boko Haram, una organización yihadista fundada en Nigeria en 2009, que expandió sus ataques a las vecinas Chad, Camerún y Níger.

"A nivel operativo, durante su mandato, el EI se recuperó en 2020 antes de reducir la calidad y la cantidad de sus ataques durante el último año", añadió el CEP, incluso si la organización sigue activa en la zona de Irak y Siria, como demostró recientemente un ataque a una prisión controlada por fuerzas kurdas.

El mes pasado, el EI llevó a cabo su mayor operación militar desde que fue derrotado y dispersado en 2019: un ataque a una prisión en el noreste de Siria que albergaba al menos a 3.000 detenidos del EI.

El ataque parecía tener como objetivo liberar a los altos mandos de la agrupación yihadista.

Los expertos apuntan a que el EI prepara siempre la sucesión de sus líderes, pero no se filtró ninguna información en los últimos meses sobre quién podría suceder a Al-Mawla en un grupo que, como su gran rival Al Qaeda, ha sobrevivido a sus líderes.

Con información de Télam