El vicepresidente de Taiwán, William Lai, viajó a Estados Unidos antes de asistir al traspaso de mando en Paraguay, el próximo martes. Esta acción, se da en un contexto de fuertes tensiones entre el país del norte de América y el gigante asiático y acabó por irritar a las autoridades chinas. "Entusiasmado de reunirme con nuestros amigos estadounidenses en la escala", escribió Lai.
En respuesta, Laura Rosenberger, presidenta del American Institute in Taiwan, que actúa como representación de Taiwán en Estados Unidos, afirmó que hay responsables que "esperan con ansias dar la bienvenida" a Lai. Es que, en el país norteamericano la representación no es oficial por no estar reconocido como país soberano. Por el contrario y pese al enfrentamiento político, económico y militar que tienen las potencias, el país comandado por Joe Biden reconoce a China, que clama como propio el territorio de la isla.
Lai tiene previsto hacer una escala en Nueva York en su viaje hacia Paraguay para participar de la investidura del nuevo presidente paraguayo, Santiago Peña, y una parada en San Francisco a su retorno. Antes de abordar su vuelo, anticipó que planeaba encontrarse "con líderes de varios países del mundo y también reunirse con delegaciones de países afines" durante su viaje a Paraguay, único país de América del Sur que reconoce diplomáticamente a Taiwán frente a China.
"Haré que la comunidad internacional conozca nuestros numerosos esfuerzos para mantener la paz y la estabilidad en la región del Indo-Pacífico", declaró Lai, informó la agencia de noticias AFP.
Los matices de EEUU ante la falta de reconocimiento diplomático de Taiwán
La semana pasada, el Ministerio de Exteriores de China instó a Estados Unidos a "respetar el principio de una sola China" y terminar con los intercambios oficiales con Taiwán. Antes del viaje, Taiwán buscó restar importancia al desplazamiento y el vocero del ministro de Exteriores, Jeff Liu, afirmó que "no hay nada especial" en que un vicepresidente esté en tránsito en Estados Unidos, algo que ya ocurrió en 11 ocasiones.
La situación entre China y Taiwán se agravó en agosto del año pasado a raíz de la visita a la isla de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, que el gigante asiático consideró una provocación y a la que respondió con el anuncio de cuatro días de ejercicios militares. Por su parte, la Casa Blanca se distanció del controvertido viaje de Pelosi a la isla, con el argumento de que la dirigente toma sus propias decisiones.
Estados Unidos reconoce diplomáticamente a China sobre Taiwán, pero mantiene relaciones de facto con Taipei y apoya el derecho de la isla a decidir su futuro. En tanto, China considera a Taiwán "a donde huyeron los nacionalistas chinos tras su derrota en una guerra civil ante los comunistas en 1949" una provincia que debe ser reunificada.
Los vínculos entre Taiwán, donde viven 23 millones de personas, y China continental solo se restablecieron a nivel empresarial e informal a finales de la década de 1980. Mientras que las tensiones entre la isla y el continente crecieron a su máximo nivel en los últimos años, no sólo a través de declaraciones diplomáticas cruzadas, sino también ejercicios militares en la zona.