El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, será el anfitrión de la segunda edición de la llamada cumbre por la democracia, con el telón de fondo de la guerra entre Rusia y Ucrania y los temores de la Casa Blanca por el papel cada vez más preponderante de China en el escenario mundial. Esta edición será mixta -virtual y presencial- y contará con 121 líderes mundiales, ocho más que hace dos años, y tendrá como coanfitriones a los líderes de Zambia, Costa Rica, Corea del Sur y Países Bajos. El objetivo de Washington es mostrarse como el líder de las que ellos consideran democracias en el mundo y reforzar su protagonismo internacional en medio de la creciente confrontación con China.
El encuentro se llevará a cabo pese a algunas críticas contra el mandatario estadounidense, a quien le señalaron el hecho de haber renovado alianzas con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed Bin Salman, acusado de la muerte de un periodista en la embajada saudita en Turquía; y con el presidente de Egipto, Abdel Fatah Al Sisi, con quien se reunió el año pasado en la COP27, aunque ninguno de ellos fue convidado a participar. En tanto, la agencia de noticias AP confirmó que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, participará en un acto previo al inicio.
La segunda edición de este encuentro, que se llevará a cabo entre el miércoles y el jueves, se produce en un contexto de creciente autoritarismo y amenazas a la democracia en todo el mundo, incluso dentro de Estados Unidos, donde el 6 de enero de 2021 una turba de seguidores del ex presidente Donald Trump irrumpió en el Capitolio para impedir el cambio de Gobierno. Según describe el propio sitio oficial, esta reunión "demostrará cómo las democracias cumplen con sus ciudadanos y están mejor equipadas para abordar los desafíos más apremiantes del mundo". Contará con un plenario virtual, seguido de reuniones híbridas en cada uno de los países con representantes de los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado.
"Lo que antes se percibía como una amenaza importante, pero más o menos a largo plazo, ahora ha adquirido un carácter muy importante y de extrema urgencia", señaló Marti Flacks, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un centro de pensamiento en Washington.
Las sesiones incluirán a representantes de la sociedad civil para discutir sobre una variedad de desafíos para la democracia, incluso en el campo tecnológico, en un momento en que algunos países occidentales acusan a la red TikTok de servir como una herramienta de espionaje de Beijing, en línea con lo que denuncia la Casa Blanca, aunque sigue sin mostrar evidencia de que exista un vínculo distinto entre la app y el Estado chino al que existen entre las grandes tecnológicas y su propio Estado.
El presidente estadounidense también reavivó los lazos de trabajo con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, un dirigente acusado de reprimir y perseguir a opositores en su país. Sin embargo, los líderes de Arabia Saudita, Egipto y Turquía fueron invitados a la cumbre, lo que se lee como una crítica implícita especialmente hacia Erdogan, que se juega la reelección el 14 de mayo tras dos décadas en el poder.
Excepcionalmente, entre los Estados de la Unión Europea, Biden no invitó a Hungría, cuyo primer ministro, Viktor Orban, ganó un cuarto mandato el año pasado y está acusado de desviarse de los valores liberales al tomar medidas drásticas contra la prensa, denunciar a los refugiados no europeos y hablar en favor de Moscú. Tampoco llamó a participar a Singapur, cuyas elecciones generalmente se consideran libres, pero el país limita la libertad de reunión y regula a los medios; ni a Bangladesh, donde cientos han sido arrestados en virtud de la Ley de Seguridad Digital.
El Departamento de Estado se negó a discutir los criterios de invitación.
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Sin embargo, un vocero de la cartera indicó que el objetivo de Washington para la cumbre "es ser inclusivos y que haya una lista representativa y diversa" de países a nivel regional y socioeconómico: "No estamos buscando definir qué países son y cuáles no son democracias", afirmó el vocero, según la agencia de noticias AFP.
En América Latina, Biden invitó por primera vez a Honduras, que recibió elogios por una mejor conducción de las autoridades en las elecciones de 2021, a pesar de la persistente violencia y su reciente ruptura con Taiwán para restablecer relaciones diplomáticas con China -lo que concretó, justamente, este lunes 27 de marzo-, una decisión que no cayó bien en Washington, aliado de la isla asiática.
India, anunciada como la democracia más grande del mundo, está en la lista de asistentes días después de que el líder opositor Rahul Gandhi fuera expulsado del Parlamento, la última medida del primer ministro, Narendra Modi, que alarmó a los grupos de derechos humanos. Su vecino y archirrival Pakistán, donde Imran Khan fue destituido el año pasado como primer ministro y luego inculpado, también está entre los invitados.
En momentos en que Estados Unidos se enfoca en África -territorio en el que China y Rusia decidieron reforzar vínculos-, el país del Norte decidió invitar a cinco países que habían estado ausentes en 2021: Tanzania, Costa de Marfil, Gambia, Mauritania y Mozambique.
Con información de Télam