Patiño, ex canciller de Rafael Correa: “Hay posibilidades de ganar en primera vuelta"

Entrevista exclusiva a uno de los dirigentes correistas que sufrió en carne propia el lawfare, a menos de un mes de las elecciones anticipadas. El análisis de la recta final del Gobierno Lasso, el escenario electoral y la posibilidad de una vuelta de Correa a Ecuador.

22 de julio, 2023 | 00.05

El ex canciller de Rafael Correa, Ricardo Patiño, sostuvo que es una posibilidad que el correísmo gane en la primera vuelta en Ecuador el próximo 20 de agosto con un 40% y una diferencia de más de 10 puntos con el segundo. Si bien afirmó que no deben confiarse, contó que los números que manejan les permitiría obtener una victoria y evitar una segunda vuelta, en la que la oposición anticorreísta podría unificarse y arrebatarles nuevamente la elección, como sucedió en el ballotage del 2020. El ex funcionario correísta sostuvo, además, que el gobierno de Guillermo Lasso fue un “fracaso” y que dejó unos niveles de inseguridad que el país nunca había vivido.

Patiño conversó con El Destape desde Venezuela, donde se encuentra actualmente, tras haber vivido en México, a donde fue luego que durante el gobierno de Lenín Moreno lo acusaran de instigación a la rebelión contra el Gobierno por llamar a una resistencia combativa en una reunión privada. “Estoy hace cuatro años fuera del país por haber dado un discurso, ni en las peores de las dictaduras”, sostuvo el también ex ministro de Defensa y habló del posible futuro político de Rafael Correa.

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- Para justificar la disolución de la Asamblea, recientemente Lasso dijo que prefirió gobernar seis meses en “el purgatorio antes que dos años en el infierno.” ¿Qué balance hace de lo que fue al Gobierno?

- Ciertamente no puedo dejar de comentar que ha sido un desastre. El Gobierno ha sido tal desastre que no le quedó más alternativa que irse, digamos que disolver la Asamblea para irse. No solamente fue un desastre en términos de ineficiencia, sino fundamentalmente en términos de la aplicación de la política neoliberal, que otra vez demuestra que en América Latina cuando se aplica, fracasa y destruye pueblos. A ese fracaso de la política neoliberal como concepto también se suman otros problemas como la corrupción y el narcotráfico. Estas últimas fueron la razón del juicio político que se inicia contra él. Su círculo más cercano, el familiar y social, había estado involucrado en acciones de venta de cargos de ministros a cambio de mucho dinero, y en acciones de narcotráfico en la campaña de Lasso. Y esto no fue descubierto por la Revolución Ciudadana (fuerza del correismo) ni por un periodista, sino por la Policía. Las grabaciones salieron de informes de la Policía, del mismo Gobierno de Lasso.

Entonces, claro, al final, el resultado de todo eso fue un desastre en seguridad y un infierno. Esto hay que decirlo. Él habla del infierno, pero él fue el que provocó el infierno en nuestro país. La gente en el Ecuador teme salir a comer porque siente que por quitarle un celular lo pueden matar. Y no solo a él, sino a todas las personas que están en el restaurante. Esto es lo que ha pasado en el Ecuador en los últimos tiempos. 

- Las encuestas posicionan a Luisa González, la candidata del correismo, como la favorita. ¿Están confiados en volver a gobernar?

- Veo bastante bien la campaña porque hay una recuperación de la conciencia de los ecuatorianos y de las ecuatorianas. Hay una recuperación. Yo creo que durante los primeros años del Gobierno de Moreno hubo una confusión muy grande porque era tan hasta apasionante la acción falsa de las élites de la banca, de los grupos de poder en el Ecuador, contra Rafael Correa y contra su equipo de gobierno, que le hicieron creer al pueblo que sí, que habíamos robado. Una parte lo creyó y esto les permitió hacer los destrozos que hicieron en las institucionales y sobre los derechos en el Ecuador con Moreno. 

Hay que recuperar lo que se perdió en este período, que fue la institucionalidad y la política de servicio. Ha sido una política de despojo, una política de dejar a la gente que vea cómo vive. El 20 de agosto esperamos ganar, incluso esperamos ganar en la primera vuelta. No nos confiamos. Hay posibilidades de ganar en primera. Las encuestas establecen ahora que Luisa González y Andrés Arauz están por encima del 40%. Confiamos en que sea posible, aunque no tenemos que confiarnos y tenemos que seguir trabajando muy fuerte como si no tuviéramos un voto. Pero lo cierto es que los cuatro siguientes candidatos o binomios están entre el 15 y el 8%. O sea, están bastante lejos de nuestro binomio. Entonces, es muy poco probable que se nos acerquen a 10 puntos. Nosotros tenemos que lograr rebasar de manera suficiente el 40% para ganar en la primera vuelta y no darles la oportunidad que en la segunda todos se puedan juntar contra nosotros. Porque ahí es un poco más difícil la pelea.

- El Presidente anunció más reformas para los próximos días. ¿Qué fichas cree que podría jugar Lasso cuando ya le quedan pocas semanas de Gobierno?

- Una de las cosas que a mí me preocupa mucho y particularmente en mi condición de ex canciller del Ecuador y de la Patria Grande son los acuerdos que está llevando adelante. En primer lugar, al unísono con diputados y senadores norteamericanos lograron que se aprobara en Estados Unidos una ley para convertir al Ecuador prácticamente en una colonia, o sea un supuesto acuerdo entre los dos países que no ha sido ratificado por la Asamblea afortunadamente. Espero que la nueva Asamblea no ratifique esos acuerdos en los que Estados Unidos tendrá una alianza estratégica con el Ecuador. Por supuesto para que China y Rusia no se acerquen siquiera a nuestras fronteras, no inviertan, no hagan nada, mientras ellos solamente nos prestan a través del Fondo Monetario Internacional, con el daño que eso provoca. 

Además de ese acuerdo que es genérico, digamos la ley de Estados Unidos, ahora están por firmar -lo iban a hacer ahora justamente a fines de este mes, lo cual es irresponsable porque ya se está yendo- un acuerdo militar y policial de seguridad con Estados Unidos. Nosotros sabemos el riesgo que significa siempre hacer acuerdos militares con una superpotencia porque nos embarca en sus guerras. Es gravísimo, entonces, que ahorita, en los últimos días de su Gobierno, esté llegando a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para supuestamente dar apoyo tecnológico y financiero a las Fuerzas Armadas ecuatorianas, lo que significa, en otras palabras, amarrarla a los intereses y a la doctrina de los Estados Unidos. 

- ¿Cuál es su situación judicial en Ecuador?

- El juicio sigue sin poder llevarse adelante porque el supuesto delito del que me acusan, que es instigación para desestabilizar un Gobierno, no puede realizarse si yo no estoy presente. En septiembre de 2019, en una reunión interna del movimiento, alguna gente grabó y por supuesto yo no niego haberlo dicho, que debíamos pasar de la resistencia pasiva que habíamos tenido hasta ese momento -porque habíamos hecho tres movilizaciones contra Moreno, por todo el desastre que estaba llevando a cabo en el Ecuador-a una resistencia combativa. ¿Qué significa resistencia combativa? Dije que acompañar a nuestro pueblo en las calles, en las carreteras, en los edificios públicos a defender sus derechos. Y dije además, y sin el uso de la violencia: 'Vamos a hacerlo organizadamente junto a nuestro pueblo'. Bueno, utilizaron dos prestanombres, me presentaron demandas, me llamaron a declarar y yo dije sí, yo dije eso pero expliqué que eso no significa desestabilizar a los gobiernos, sino defender a nuestro pueblo. Ellos se pasaron un poco de tiempo justificando o mejor dicho probando que yo había dicho eso. Yo les dije que no tenían que probarlo, porque les estaba diciendo que lo dije en uso de mi libertad de expresión, como una acción política y que tengo todo el derecho. 

- ¿La única causa que tiene es por ese video?

- Sí, es la única. Estoy hace cuatro años fuera del país por haber dado un discurso. O sea, ni en las peores de las dictaduras. Pero esto es el lawfare, es la nueva forma de dictadura que hay, que es la persecución judicial. Utilizar ilegítima, mafiosamente la función judicial para perseguir, apresar o alejar a las personas que no quieren entenderla. Para comenzar, lo hicieron con el presidente Correa, la figura más importante y líder de nuestro proyecto; y también con Jorge Glas, que estuvo cinco años preso y no le han podido encontrar un centavo. 

Acaba de salir en el diario El País que la empresa privada de seguridad española que el Gobierno lamentablemente contrató, lo espió a Correa y a sus dos hijas (n.d.e. El entonces presidente la había contratado para dar seguridad a la embajada en Londres, donde estaba Julian Assange. Luego, su sucesor, Moreno, habría ordenado espiar al propio Correa y sus reuniones). Es tan contundente, tan clara, diáfana, los principios, la autoridad moral de Rafael Correa que, a pesar de haber sido espiado por el mismo organismo de seguridad que le dio seguridad a él durante años, estando la CIA prácticamente espiándolo directamente, no le han podido encontrar absolutamente nada. Nunca han podido y lo han perseguido por todas partes del mundo, por donde ha ido. Nunca han podido encontrar en él ninguna acción incorrecta. 

- ¿Cree que Correa podría volver al país y postularse en el 2025?

- No sé si tan pronto sea posible por razones políticas, institucionales, pero la gente quiere eso. Y todos nosotros también, aunque no vuelva a ser presidente todavía. Queremos volver a estar, a acompañar a un Gobierno que sea de la Revolución Ciudadana, a acompañarlo en las gestiones, en el trabajo de organización.

- Últimamente gran parte de las noticias que llegan de Ecuador tienen relación con la seguridad. ¿Cuál es la situación?

- Cuando llegamos al Gobierno, la tasa de homicidios estaba en 20 por cada 100 mil. Nosotros logramos, en un trabajo intenso y muy difícil, bajarla a 5. Era el país más seguro de América Latina después de Chile y luego pasó al 27. Ahorita está en el 32. Es gravísimo, está en 32 y en algunas ciudades pueden llegar hasta más del 40. Eso es, vivir en una ciudad muerto de miedo. 

El asunto es que hay delitos que en Ecuador no se conocían. El secuestro, por ejemplo. Había un secuestro, digamos, cada año por ahí, cada dos años. Ahora los secuestros son permanentes. Las extorsiones o, como se se llama en Colombia, la vacuna:  el pago que tienen que hacer los comerciantes de un mercado a grupos de delincuentes, bandas, mafia. Estos grupos les dicen: 'A partir de este mes, usted nos va a pagar cincuenta dólares, doscientos dólares, todos los meses. Nosotros vamos a preocuparnos de que aquí no le pase nada, que no le roben porque nosotros somos ladrones. Entonces, no le vamos a robar, pero usted nos paga tanto mensualmente y estamos en paz'. Eso no se veía antes. No existía. Solamente lo conocíamos por películas.

Ahora es de todos los días. Parientes, amigos míos me llaman, me dicen Ricardo, voy a tener que salir del país porque, además, si no pagan la vacuna, te matan. El otro día vi un video en el que, en un mercado entraron unos tipos y, a un señor que vendía sandía en la calle, en el piso, pasaron y le dispararon. Imagínate el terror de todas las personas del mercado que vieron que en su cara les mataron a un tipo que no había querido pagar. Es el terror institucionalizado.