El presidente del Ecuador, Guillermo Lasso, llegó a la Asamblea Nacional luego que las y los legisladores opositores leyeran la interpelación en su contra, en la que lo acusan de peculado y hechos de corrupción en una de las empresas públicas estatales. Al tomar el micrófono, el mandatario agradeció a todas y todos los presentes en el recinto, pero sobre todo se dirigió a los asambleístas interpelantes: "Quiero agradecerles por haber creado la mayor de templanza para los demócratas de este país, porque mientras más absurda sea su acusación, mientras más ocurrida y pintoresca, mayor será la oportunidad de desplegar el talante democrático que este país necesita", les espetó Lasso, antes de hacer un racconto de las razones que lo alejan de la posibilidad de haber participado de las maniobras de las que se lo acusan en la empresa Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec). En su defensa, en tanto, insistió en que se trata de un "infundado proceso".
"Han creado una situación ficticia que no resuelve los problemas del pueblo ni de nadie", manifestó Lasso, en un discurso cargado de ironía, en el que "felicitó" y catalogó de "distinguidos" cada vez que pudo a las y los opositores que emprendieron el camino del juicio político en su contra, aún en contra de la resolución de la Comisión de Fiscalización del Congreso, que hace dos semanas recomendó no continuar el procedimiento. Sin embargo, al tratarlo en el recinto, la mayoría de las y los legisladores -88 en total-, decidieron continuar el curso. En el mediodía ecuatoriano de este martes, mientras tanto, una convocatoria del partido Ciudadanos convocó a una movilización para "defender a Lasso y a la democracia", acompañada por un fuerte operativo policial, según reportó el portal El Comercio.
Sin nombrarlos, apuntó contra Viviana Veloz (del correísta Unes), quien impulsa esta causa junto a Esteban Torres, que impulsaron este proceso en un difícil momento de la gestión actual, que enfrenta una grave crisis económica, carcelaria con los números de la violencia en alza y, sobre todo, tras las elecciones y el referéndum constitucional que le dieron la espalda al presidente. Dados esos resultados, se dio inicio al segundo proceso de enjuiciamiento por peculado en la empresa Flopec, que transporta el petróleo ecuatoriano. En el dictamen indicaron señalaron que Lasso habría permitido que se firme un contrato con la firma privada Amazonas Tankers, a pesar de que habría sabido que era lesivo para el Estado, por un examen de Contraloría y una alerta del gerente de esa empresa naviera estatal.
En tanto, según enumeró Lasso en su defensa: no hay contrato ni adendas firmadas en durante su Gobierno; no hay recomendaciones de la Contraloría para terminar ese acuerdo; no hubo determinación de indicios de responsabilidad penal sobre ningún funcionario; y las leyes fueron aprobadas antes de que comenzara su mandato, por lo que "él no puso las reglas", adujo. "La verdad es que lamento mucho que del frágil castillo de naipes que construyeron durante cinco meses no haya quedado más que conformarse con la carta más débil, que es la de Flopec", dijo, ya que en las investigaciones que se llevaban adelante involucraban varias empresas públicas.
"Yo mismo puse en conocimiento de la Fiscalía el expediente de Flopec", señaló el mandatario en la hora en la que habló; y añadió que "no hay testigos relevantes de nada". En esa línea, indicó que los hechos que se le imputan "ocurrieron en el año 2018, cuando su Gobierno aún no había asumido. "Se les olvidó que tanto el contrato, la adenda como el informe de Contraloría fueron sobre un proceso que ocurrió entre 2018 y 2020, tres años antes de que asumiera la presidencia de la República", marcó. A eso sumó que las tres recomendaciones hechas "fueron adoptadas al pie de la letra" y marcó que "jamás recomendó (la Contraloría) terminar el contrato con Amazonas Tankers. Fue una distinguida interpelante, quien a través de un informe de la Comisión que presiden, que recomendó se le dé continuidad a ese contrato. De igual manera, la Contraloría nunca estableció ningún tipo de índicos de responsabilidad penal contra ningún funcionario, y es bueno recordar que la empresa Flopec perdía 50 millones al año y, en el 2022, llegó a ganar hasta 180 millones de dólares", reseñó ante unos aplausos tímidos y espaciados.
MÁS INFO
"Muy fácilmente la florida ficción que habían montado va dejando paso a la sobria e ineludible realidad", continuó en el tono irónico. "Resulta que los distinguidos interpelanantes, tampoco se enteraron que las empreas publicas son entidades autónomas y que el presidente no tiene injerencia, ni interviene en la firma del contrato ni en negociación de ningún tipo", repasó Lasso para deshacerse de la responsabilidad de la que se lo acusa. Para el caso, citó la Ley Orgánica de Empresas Públicas que lo ampara, que establece que no es el presidente quien dirige ni elije al directorio.
Aprovechó, en tanto, para instar a que se aplique el peso de la ley en caso de que algún funcionario haya cometido un ilícito: "Si algún funcionario violentó las normas que debía cumplir o si usó su cargo para favorecerse a sí mismo, no sólo espero que el sistema de Justicia lo sentencie con la pena más dura sino que su alma jamás conozca perdón de dios". A continuación, levantó y mostró en sus manos el informe de la Comisión de la Fiscalización de ese mismo Congreso, que sugirió que no se llevara adelante ningún proceso: "No hay un informe acusador, sino todo lo contrario. Aquí tengo en mis manos el informe de que recomienda no enjuiciar al presidente de la república".
Dijo que “lo político jamás puede ser justificación para lo ilegal” y usó parte de su tiempo para hablar de algunos hitos de su gestión, en cuestiones productivas, de comercio internacional, empleo y ambiente. Habló de la incautación de drogas y dijo que no quisiera creer que él está en la Asamblea por la declaración de las "bandas como terroristas". Festejó, por el contrario -ya sin un tono sarcástico-, a quienes no acompañan la medida del impeachment: “Me alegra ver en muchos de ustedes la sabiduría de no dejarse arrastrar por el caos. Esta Asamblea podría seguir por el mismo camino, o recapacitar, sacar las lecciones, y volcarse junto al Gobierno en un trabajo a favor de la ciudadanía”. El Presidente hizo un llamado a los asambleístas a deponer las diferencias para trabajar juntos -con el discurso securitista que lo caracteriza- “en contra de las mafias que atentan contra la seguridad de todos y dividen a los ecuatorianos”.
Al finalizar, la Asamblea quedó en suspenso y queda resolver cómo y cuándo continuará la sesión en la que las y los asambleístas deberán decidir. Para la destitución se necesitan, al menos, 99 votos.