El escenario político no era el mismo al de la última elección presidencial de 2021 en Ecuador. El Gobierno conservador de Guillermo Lasso fracasó estrepitosamente, al punto de tener que convocar a comicios anticipados para evitar un juicio político; el correismo venía de hacer una muy buena elección en las principales regiones y municipios en febrero pasado, y la comparación entre los años de bonanza y seguridad de los Gobiernos de Rafael Correa y la difícil actualidad se terminaron de volver patente con una seguidilla de asesinatos y ataques políticos. Pese a todo esto, la candidata presidencial de la fuerza correista, Luisa González, apenas superó el caudal de votos que había sacado su partido hace dos años.
En 2021, el joven economista Andrés Arauz, el mismo que hoy se presenta como vice de la fórmula presidencial correista, había ganado la primera vuelta con 32,7% de los votos, un número que no le permitía evitar un balotaje con el 40% más una diferencia de 10 puntos, pero sí lo dejaba muy bien ubicado frente a su futuro competidor, Lasso, que no había podido llegar ni al 20%. El indigenista Yaku Pérez había quedado tercero pisándole los talones a Lasso y muchos aventuraron que su base electoral, por entonces muy vinculada al movimiento indígena y a los reclamos contra las políticas neoliberales podía llegar a aportar los votos que el correismo necesitaba para ese empujón final en la segunda vuelta. Pero la grieta a la ecuatoriana pudo más y Lasso ganó por 52% frente a 47%.
Dos años después, al menos a nivel de la dirigencia política, la grieta correismo-anticorreismo sigue intacta, quizás incluso se radicalizó un poco más. González quedó primera cómoda en esta primera vuelta con más del 33% de los votos, lejos del segundo, otro hijo sano del poder concentrado ecuatoriano, Daniel Noboa, que obtuvo más de 24%. Pero es difícil imaginarse una alianza con alguno de los candidatos que no llegarán a octubre.
Sin posibles aliados a la vista
El que se ubicó tercero es el reemplazo del candidato presidencial asesinado en plena campaña, Fernando Villavicencio, del Movimiento Construye. Con más de 16%, Christian Zurita, difícilmente vaya en contra del discurso de su antecesor, un ex periodista y dirigente que hizo carrera en la vida pública denunciando por corrupción a todos los últimos mandatarios del país, desde Correa hasta Lasso, pasando por Lenin Moreno.
Cuarto llegó el anticorreista más acérrimo de la campaña, el experto en seguridad y ex miembro de la Legión Extranjera francesa, Jan Topic. Pese a que varias encuestas lo daban segundo, capitalizando el repudio y las ansias de mano dura generados por los constantes ataques y asesinatos a dirigentes políticos, quedó lejos con un 14,6%.
Los otros dos candidatos que le siguieron son el ex vicepresidente de Lenin Moreno -el presidente que supo ser el delfín de Correa y luego se le dio vuelta hasta perseguirlo judicialmente a él y a otros dirigentes nacionales de la fuerza que hoy siguen condenados o procesados- Otto Sonnenholzner, con más del 7%, y el líder indigenista, Yaku Pérez, con más del 3% de los votos.
Otro dato que seguramente preocupará al correismo de cara al balotaje del 15 de octubre próximo es que la participación se mantuvo firme en más de 82%. Desde la elección del último mandato de Correa, en 2013, la participación en las elecciones presidenciales se mantuvo constante entre 80 y 82%, varios puntos porcentuales -incluso algunos años más de 10- por encima de lo que era en los comicios anteriores. No será fácil movilizar a nuevos votantes en los próximos dos meses.
Pero no todo está perdido. En las elecciones para la Asamblea Nacional, Revolución Ciudadana, la fuerza correista, obtuvo casi un 41% de los votos, lo que demuestra que existe un electorado afín al que podría convencer para aumentar sus números en octubre. Y, aún si no le alcanza en el balotaje presidencial y reedita el resultado de 2021, los resultados legislativos de este domingo le garantizan un poder central en el próximo congreso, mientras la fuerza de Noboa, ADN, obtuvo la tercera minoría con 13,7%, detrás del movimiento Construye del difunto Villavicencio, que recibió 20,8%.