Espacio Futuro, el grupo que reúne a líderes latinoamericanos y españoles impulsado por la CELAG del que participa el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, realizó una serie de exigencias al gobierno de Ecuador para evitar manejos espurios en las elecciones presidenciales del próximo fin de semana.
A través de un comunicado oficial, el espacio del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, expresó las conclusiones de su más reciente sesión virtual y alertó sobre los posibles desmanejos del gobierno que encabeza Lenin Moreno en las elecciones. Ecuador encara un proceso electoral signado por la persecución al expresidente Rafael Correa, a quien se le prohibió participar de los comicios, y a su delfín, Andrés Arauz.
El documento lleva la firma de Axel Kicillof y dirigentes políticos como Gustavo Petro (senador y candidato a la presidencia de Colombia); Pablo Iglesias (vicepresidente de España), el propio Arauz; y Álvaro García Linera (exvicepresidente de Bolivia), entre otros. Entre sus declaraciones, reclama "que se respeten de forma escrupulosas los procedimientos democráticos para garantizar unos comicios limpios, transparentes y en igualdad de condiciones".
En ese sentido, los líderes latinoamericanos y españoles resaltaron que esto implica "no aplazar y/o suspender la fecha de la cita electoral bajo ningún pretexto". "Los derechos políticos del pueblo ecuatorinano no pueden ser negados bajo ninguna circunstancia", enfatizaron.
Otro de los puntos exige a las autoridades ecuatorianas que se "atengan" a cumplir los plazos establecidos por ley para el escrutinio electoral, incluyendo "no anunciar de forma anticipada y por canales extraoficiales cualquier tipo de resultado" para "alcanzar objetivos políticos no legitimados por las urnas" o provocar la ruptura del orden constitucional.
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El comunicado también realiza un llamamiento a la Organización de Estados Americanos (OEA), que comanda el polémico Luis Almagro, para que trabaje en la observación del proceso electoral y el cumplimiento de los principios democráticos.
Las elecciones en Ecuador
El próximo domingo 7 de febrero deberán elegir presidente, legisladores y autoridades locales en unos comicios donde se juega la posibilidad de que los seguidores de Rafael Correa regresen al poder. El líder ecuatoriano fue privado de participar de los comicios gracias a las presiones de su exaliado, el actual presidente Lenin Moreno, y el manejo a discreción de la Justicia, pero su fuerza llevará al joven Andrés Arauz como firme candidato.
Los comicios se darán en medio de un nuevo pico de la pandemia que amenaza con otro colapso sanitario, de una crisis económica sin salida clara y de un escenario político atomizado, con un mandatario saliente que se quedó solo y una oposición correísta que apuesta todo para volver al poder. En ese contexto, las denuncias del correísmo por censura electoral y parcialidad de las autoridades electorales han sido una constante que preocupa en torno al normal desarrollo de los comicios.
"El órgano electoral está controlado por los partidos que son adversarios de (Rafael) Correa, hay una desconfianza enorme en los sectores sociales y políticos y llamado a la vigilancia popular y ciudadana del proceso", explicó a la agencia Télam Franklin Ramírez, profesor del Departamento de Estudios Políticos de Flacso Ecuador.
Por la presidencia competirán 16 fórmulas, sin embargo, los candidatos más consolidados para llegar a una segunda vuelta son Arauz y el emrpesario Guillermo Lasso. Detrás de ellos, pelea por su lugar la fuerza de Yaku Perez, presidente de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas, quien puede ser una figura clave para definir un posible balotaje.
Andrés Arauz, de 35 años, es el delfín elegido por el expresidente Correa, quien intentó presentarse por todos los medios posibles pero fue inhabilitado porque se le confirmó en tiempo récord una condena de cárcel por un presunto caso de corrupción y no pudo cumplir con el requisito impuesto a último momento de presentar la candidatura personalmente.
La fórmula de Arauz, por la coalición Unión por la Esperanza (UNES), se completa con Carlos Rabascall, un candidato a vicepresidente que no está vinculado al correísmo más ortodoxo y busca el voto de la clase media urbana que marcó sus diferencias con Correa.