La enemiga número uno de Trump en el Partido Republicano pierde su banca en el Congreso

17 de agosto, 2022 | 07.02

La representante Liz Cheney, la mayor crítica republicana de Donald Trump en el Congreso de Estados Unidos, no podrá volver a postularse para los comicios de noviembre al perder la interna en su estado contra una candidata apoyada por el exmandatario, que refuerza así su control de las bases del partido.

Cheney, miembro de la Cámara de Representantes por el estado de Wyoming desde 2017, y su equipo llegaron a la interna de ayer con pesimismo, conscientes de que el respaldo de Trump daba a la candidata Harriet Hageman una gran ventaja en el estado que el exmandatario ganó por mayor margen en las elecciones de 2020.

De hecho, la hija del exvicepresidente Dick Cheney (2001-2009) ya tenía su vista puesta en un futuro político fuera del Congreso que podría incluir su posible candidatura presidencial en 2024, algo que la enfrentaría otra vez con el magnate Trump, que ha insinuado que quiere intentar un regreso a la Casa Blanca.

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La legisladora admitió su derrota anoche y la describió como el inicio de un nuevo capítulo en su carera política, en un breve discurso frente a un puñado de seguidores, entre ellos su padre, en un campo de Wyoming flanqueado por montañas y fardos de heno.

"Nuestro trabajo está lejos de haber terminado", dijo, parafraseando a Abraham Lincoln, que también perdió elecciones legislativas antes de catapultarse a la presidencia y preservar la unidad del país tras la Guerra de Secesión.

Los resultados -una derrota por 30 puntos- ilustraron el rápido giro en curso del Partido Republicano hacia la derecha, y cómo una agrupación antaño dominada por neoliberales y conservadores está ahora cada vez más controlado por Trump, animada por sus posturas populistas y su negación de la derrota en las elecciones de 2020.

La "Gran Mentira", como llaman los medios a la afirmación de Trump de que hubo fraude en aquellas elecciones, derivó en un ataque sin precedentes al Congreso de partidarios del exmandatario cuando los legisladores certificaban el triunfo del actual presidente demócrata, Joe Biden, el 6 de enero de 2021.

Cheney es la republicana de mayor rango dentro de la comisión especial del Congreso que investiga el ataque al Capitolio, que fue instigado por Trump con un ya célebre discurso en la puerta de la Casa Blanca.

"Desde el 6 de enero vengo diciendo que haré lo que sea necesario para asegurar que Donald Trump nunca más esté cerca de la Oficina Oval, y lo digo en serio", aseveró anoche Cheney, de 56 años, en su discurso, informó la agencia de noticias AFP.

En otra parte de Wyoming, a 250 kilómetros del lugar donde habló la legisladora, simpatizantes de Hageman se reunieron a festejar en un extenso rodeo al aire libre y un festival de cultura, muchos con botas, pantalones y sombreros de vaquero.

"Obviamente, todos estamos muy agradecidos con el presidente Trump, quien reconoce que Wyoming tiene solo un representante en el Congreso y tenemos que hacer que cuente", dijo Hageman, una abogado de la industria ganadera de 59 años, que terminó tercera en una candidatura anterior para gobernadora.

Haciéndose eco de las teorías de conspiración de Trump, volvió a afirmar que las elecciones de 2020 estuvieron "amañadas".

Trump celebró la derrota de Cheney, probablemente su mayor victoria política en una temporada de primarias en la que decenas de candidatos que le responden han obtenido resonantes triunfos de cara a los comicios legislativos de noviembre próximo, en los que se renovará parte del Congreso justo a la mitad del mandato de Biden.

"Liz Cheney debería avergonzarse de sí misma, de la forma en que actuó y de sus palabras y acciones rencorosas y mojigatas hacia los demás", escribió Trump en su plataforma de redes sociales.

"Ahora finalmente puede desaparecer en las profundidades del olvido político donde, estoy seguro, será mucho más feliz de lo que es ahora. ¡Gracias WYOMING!"

Cheney votó a favor de un juicio político al magnate la segunda vez que Trump fue sometido a una acusación, en febrero de 2021, por haber incitado el ataque al Capitolio. La acusación no prosperó al ser absuelto por el Senado, y Trump lleva más de un año intentando desmontar esta tesis.

Desde que investiga a Trump y sus colaboradores, la congresista ha sido blanco de una serie de amenazas de muerte y ya no viaja sin escolta policial.

Esto la obligó a realizar una especie de campaña en la sombra, sin mítines electorales ni actos públicos.

Incluso evitó ayer la tradicional sesión de fotos del día de las elecciones, esquivando a la prensa en el lugar donde votó, cerca de la ciudad de Jackson.

Con información de Télam